Ideas de izquierda

Armas de la critica

SUPLEMENTO

Charly García y los 40 años de Clics modernos: un álbum de transición

Brenda Hamilton

Josefina García

MÚSICA
Marcoprile

Charly García y los 40 años de Clics modernos: un álbum de transición

Brenda Hamilton

Josefina García

Ideas de Izquierda

El disco, que cumple la misma edad que la "democracia" en Argentina, logró captar la atmósfera de una época en la que lo viejo no terminaba de morir y lo nuevo no terminaba de nacer. (Se recomienda volver a escuchar el disco mientras se lee la nota).

El disco se iba a llamar “Nuevos Trapos” pero una tarde caminando por Nueva York, en medio de la grabaciones, Charly se cruzó con un mural callejero que lo dejó impactado por el parecido con las siluetas de los desaparecidos que utilizaban las madres y abuelas de Plaza de Mayo en Argentina. Ese mural rezaba “Modern Clics” que aparentemente era el nombre de una banda under estadounidense, que pasó a la inmortalidad cuando Charly se sacó la icónica foto que terminó siendo la tapa del disco, dándole también un nombre. La misma esquina que hace algunas semanas fue eternizada como la Charly García Corner en esa ciudad, ante lo cual el ídolo músical confesó: “Quiero decirle a un taxista ’Déjeme acá, en Walker St... y yo’"

Entre Los Dinosaurios y los Nuevos Trapos

En 1983 estaban “pasando demasiadas cosas raras para que todo pueda seguir siendo tan normal”, por eso Charly García sacó este discazo. Como el año de su lanzamiento, Clis Modernos es un álbum de transición. No vive en tiempo presente la dictadura militar pero tampoco la “democracia”. Tanto en sus letras, como en su sonoridad, así como su impacto, llevan al oyente a un tiempo y a un lugar:la Argentina de la transición democrática.

Hay muchos debates, que exceden a esta nota, sobre el contenido de las distintas transiciones democráticas que existen. Desde nuestro punto de vista el más adecuado para analizar el caso argentino de 1983 es el de transición post-contrarrevolucionaria. En gran medida este proceso está marcado por la fuerte crisis que tiene en su interior la propia dictadura, en la que se combinan distintos elementos que dan cuenta del fracaso de su plan.

Por un lado, la legitimidad de la junta militar se fue erosionando en gran medida por sus disputas internas y por el derrumbe de su plan económico, como se ve en las cifras de la inflación anual, que a fines de 1982 llegaban al 274%. Esta situación llevó a la CGT a romper la tregua que venía sosteniendo con la dictadura, y el 30 de marzo de 1982 llamó a una primera marcha por "Paz, Pan y Trabajo", que se volvió un canal de expresión para la resistencia obrera que venía creciendo contra la dictadura después de feroces años de un genocidio contra la clase trabajadora y el pueblo. Dos días después de esa movilización, Galtieri comenzaba la Guerra de Malvinas, y a fines de ese año Charly cantaba "No Bombardeen Buenos Aires”.

Charly García presentando Yendo de la cama al living con escenografía de Renata Schussheim. Video: Youtube, gentileza Jim CSIR.

Al mismo tiempo, seguían creciendo las denuncias tanto nacionales como internacionales que reclamaban por la violación sistemática de los derechos humanos, el robo de bebes y la desaparción de personas en el país. Porque esta dictadura cívico militar eclesiástica habia llevado adelante un genocidio que implicaba un plan sistemático de represión y tortura que contó con más de 400 centros clandestinos de detención que dejaron un saldo de 30.000 desaparecidos. Aspectos que García también denunció, como la censura y el exilio.

Por último, pero no menos importante es la derrota en la Guerra de Malvinas en junio de 1982, que aceleró decididamente los tiempos de esta crisis terminal y obligó a la junta militar tanto a legalizar los partidos políticos como a llamar a elecciones constitucionales en febrero de 1983. Estas características del fin de la dictadura marcaron el periodo posterior que no dejó de estar signado por la inestabilidad política y elementos tanto de ruptura como de continuidad, como sugiere Charly cuando nos dice hay que estar atentos de “los carceleros de la humanidad que nos quieren atrapar dos veces con la misma red”.

En este contexto tan convulsionado en el que todavía no se sabía si las elecciones se iban a concretar y quien podía llegar a ganarlas, Charly se va a Nueva York a comprar instrumentos, la "flashea" con la ciudad y decide empezar a grabar este disco ahí. Parece que como nos da a entender en “Plateado sobre plateado (huellas en el mar)”, él se tuvo que ir muy lejos para estar acá, y con su música y sus letras condensar los ánimos de esta etapa, porque él “no es un extraño”.

Clics Modernos suena en un presente imperfecto

Ponemos play a Clics Modernos y escuchamos unos aplausos metálicos, platillos filosos y un bombo que parece un táper. Esa percusión compacta no es una persona tocando la batería, es la caja de ritmos 808 a la que Charly nombró como el burócrata sindical: Rucci. La Roland TR-808 fue la revolución del sonido de los primeros años de la década de los 80’s y por eso es su marca. Nada que ver con las baterías orquestales del rock progresivo de los 70’s que primó en sus bandas como La Máquina de Hacer Pájaros, Serú Girán o Sui Generis. Además, el álbum, lejos de los estudios argentinos, se grabó en Electric Lady y fue producido por Joe Blaney que había trabajado con Jimi Hendrix y The Clash.

Charly García toca en la calle de Nueva York. Video: Youtube, gentileza RarezasSNM.

En un principio, para el público de rock argentino ese sonido era muy plástico. "Ahora todos dicen que soy un genio, qué bueno. El año pasado no decían eso. ¿Será porque vine de New York? ¿Será que me pinto los ojos?", dijo Charly en el recital del Luna Park en 1983 jugando con la incomodidad de ese sonido importado que quedó plasmado particularmente en "Dos cero uno (transas)". Pero como en toda su carrera musical, García supo agarrar lo de afuera y hacerlo nuestro (como hizo con el rock). Así, la caja de ritmos se combinaba con el tango que suena en "No soy un extraño". A eso se sumaban los samples de James Brown en "No me dejan salir (estoy verde)", el funk bien aportado por Pedro Aznar en bajos en la mayor parte de las canciones, los tumbados ("¡sabor!").

En este sentido, el sonido de Clics Modernos lleva al oyente a un tiempo presente incierto que es la materialidad musical de esa transición histórica: hay algo viejo que no terminó de irse y algo nuevo que todavía no se instaló en esa miscelánea cosmopolita, en un momento donde se importan nuevos tipos de instrumentos, pero la industria musical argentina pega un salto en exportación. García tomó la materia prima neoyorquina y la devolvió manufacturada.

Charly había sufrido mucha censura en sus poemas durante la década de los 70’s, como casi todas las canciones de Pequeñas anécdotas de las instituciones de Sui, hasta Serú, contando la historia de "Alicia en el país" de los milicos y dejando un hueco de silencio en “Peperina”. El umbral de la libertad de expresión tuvo su apertura con las canciones de ese álbum de época de guerra que fue Yendo de la cama al living (1982), como "Inconsciente colectivo", "Superhéroes", "Yo no quiero volverme tan loco" y la ya mencionada "No bombardeen Buenos Aires", donde se empezó a tener menos condicionamientos con la música nacional para contraponerla al rock inglés.

Charly García y Joe Blaney. Foto: X.

Después de esa experiencia, las letras de Clics Modernos forman junto a su música la otra parte de esa materia de tiempo presente imperfecto que predomina. El "lo vuelven a golpear" de "Nos siguen pegando abajo". En "No soy un extraño", una canción para el que viene de afuera pero también al que quisieron silenciar durante una década, está esa tensión al presente como centro, por algo dice "Acabo de mirar las luces que pasan" y no "miré las luces que pasan", solo se transforma en futuro en el presagio final "no me atraparán dos veces con la misma red".

"Dos cero uno" también habla en ese tiempo, como "no creo que pueda dejar de protestar". La canción la escribió en respuesta a las críticas del público al ver que lo sponsoreó Fiorucci para el recital del 82’. Los fanáticos de Charly García estaban acostumbrados al tono activista de sus canciones que durante la época de sus bandas se manifestaban contra el ejército (“si ellos son la patria yo soy extranjero”, como en “Botas locas”), la censura (“las increíbles aventuras del señor manos de tijeras”, o “Alicia en el país”: “el trabalenguas, trabalenguas/ y el asesino te asesina”), la familia (“tenés todo y nada para dar”, en “Pequeñas delicias de la vida conyugal”) o la Justicia (como en “Música de fondo para cualquier fiesta animada”). Muy distinto al clima festivo de los nuevos sonidos de Clics Modernos. En este sentido, “Transas” es como una especie de autorretrato de Charly mirándose en ese momento y en el futuro, un efecto parecido al de "Cuando ya me empiece a quedar solo", pero exactamente diez años después.

Charly García en 1983. Foto: X.

Por otra parte, "Nuevos trapos" condensa esa promesa de futuro actual que tiene el disco: "Habiendo compartido aquél temor/ Habiendo convivido en ésta desolación total/ Ya no es necesario más".

"Un mensaje hecho durante la Argentina militar, pero que también se puede adecuar a esta Argentina de ahora y es que: si tenés una nariz grande, hacé algo con ella y no te encojas", dice Charly en ese recital en el Luna Park antes de presentar "Bancate ese defecto" uno de los temas centrales del disco por ese tiempo presente, por la combinación sonora de esa línea de bajo espectacular de Pedrito, del tumbado y de la salsa. Después, "Plateado sobre plateado" tiene versos sin verbos, otros en pasado y otros en gerundio que enfatiza en la idea de un pasado que no se fue (bien tanguero, también, consolidado por la frase de piano al final de estrofa), una canción que trae el tema del exilio: “Abriendo surcos van a llevar/ hacia el exilio o la vuelta/ a los que ya no aguantaron más”.

"Plateado sobre plateado (Huellas en el mar)". Video: YouTube, gentileza Charly García.

Una de las canciones de Clics que más repercusión tuvo en el público argentino de ese momento fue "Los dinosaurios", por ir a tono con el clima antidictatorial de la época denunciando que "los amigos del barrio pueden desaparecer" pero también presagiando que "los dinosaurios también van a desaparecer", que fue interpretado como referencia a los desaparecidos. En varias entrevistas García contó que le impactó cómo pegó este tema en el público, ya que es una canción que escribió tirado en la cama en un momento de alucinación. Y unos años después en su MTV Unplugged de 1995, el músico dijo que esta es una canción que le gusta a todo el mundo, sobre todo a los muertos.

Después del ruido histriónico de las otras canciones, del funk, de James Brown, de las temibles fibras sensibles que toca con sus letras, el disco finaliza con “Ojos de videotape” como una canción de cuna, una canción de amor. “Este mundo te dirá que siempre es mejor mirar a la pared”, lamenta la voz que canta y termina con la frase de piano de “Peperina”, que será un leitmotiv en la obra de García. El presente imperfecto nos termina arrullando con una promesa al final del disco en forma de pregunta: “¿No ves que puedo resucitar?”

No me dejan salir: La democracia y el destape

El 30 de octubre de 1983 es electo Raul Alfonsin como presidente constitucional, y tan solo una semana después Charly hace la presentación del disco en el Luna Park de Buenos Aires el 5 de noviembre, donde dice:

“Estamos en democracia, ¿qué es lo que más quieren? ¿Qué más quieren? No sé, ¿qué quieren? ¿Qué quieren? ¿Ustedes saben qué quieren? Díganme si saben qué quieren. [Mientras comienza a tocar el piano, sigue:] Las cosas cambian muy rápido acá, algunas veces cambian mal, otras bien. Hace poco la cosa cambió para bien, se debe haber equivocado la historia con nosotros, porque siempre nos pasa mal. Ahora vienen hasta periodistas hombres, ¡lo que es el destape, viejo! “¿Charly, te analizás?”. Ahora preguntan cosas así. “¿Cuántas veces hacés el amor por día?”.

Así es como el popular artista argentino resumió un clima de época marcado por las expectativas de futuro pero a la vez por la inestabilidad política, ya que todavía faltaba un mes para que asumiera como presidente el radical recién electo. Porque se acaban de realizar las primeras elecciones constitucionales después de 7 años de la dictadura, pero los elementos “democráticos” todavía no estaban consolidados y se vivía durante esos meses un mar de incertidumbre. Como sintetiza una de las canciones más icónicas del disco, durante estos años seguían pegando abajo.

El “rock nacional” no fue ajeno a estos cambios, ya que como plantea la historiadora Marina Franco, desde el año 1981 se venía expresando un clima antidictatorial en la escena musical, teatral y cinematográfica entre otras actividades culturales. “Tal vez en la cultura ese clima creció a un ritmo bastante más ansioso que en la política. Varias cuestiones influyeron y se retroalimentaron para ello: el autoritarismo en el ámbito cultural fue particularmente opresivo, y los ochenta abrieron un nuevo espacio para manifestar ese hartazgo; fue el momento de la lenta relajación de la censura y del regreso del exilio de artistas e intelectuales con un fuerte discurso crítico. Nuevos sectores culturales emergieron ávidos de volver a los ámbitos de encuentro y creación colectiva. Todo ello movilizó la escena cultural de las principales ciudades del país y contribuyó a alimentar la sensación de recuperar las libertades y los espacios perdidos, a veces de manera abiertamente política, otras veces no tanto, pero el efecto terminó siendo profundamente antidictatorial”, escribe la historiadora (Franco, 2023, p140). [1]

El año 1983 se caracterizó por un quiebre a nivel político, pero también generó grandes cambios a nivel social y cultural que tiene como uno de sus emblemas al fenómeno del destape, que también menciona Charly en sus palabras al público. Siguiendo a la historiadora Natalia Milanesio, entendemos al destape como un momento marcado por la sexualización de la política, la sociedad y los medios de comunicación que se da como respuesta y reacción frente a los valores promulgados previamente por la dictadura y su consecuente censura (Milanesio, 2021). [2]

Te puede interesar: “El Destape: La cultura sexual en la Argentina después de la dictadura”

Dicho fenómeno cultural empieza a cuestionar muchos de los mandatos tradicionales y patriarcales, que pasaron en este contexto del debate privado al público a través de los medios masivos de comunicación y los propios consumos culturales de las y los argentinos que se fueron reconfigurando en esta nueva etapa y llevaron entre otras cosas al boom de la psicología, las terapias sexuales, las revistas femeninas y hasta las revista porno. En este contexto, también podemos entender lo disruptivo de algunas de las letras del disco, como la ya mencionada “No Soy Un Extraño” que relata cómo “dos tipos en un bar se toman las manos, prenden un grabador y bailan un tango”. O en “No siguen pegando abajo” cuando nos cuenta una historia de amor en la que “ella es menor, él es normal y lo que están haciendo es un pecado mortal”.

El destape fue un fenómeno heterogéneo en el cual se buscó sacar a la sexualidad de un lugar tabú, pero al mismo tiempo convivieron tendencias tanto progresivas como otras más conservadoras, sexistas y hasta homofóbicas. A través de los medios de comunicación y de los consumos culturales masivos se reforzaron roles de género ya establecidos, como así también los ideales de belleza inalcanzables para las mayorías populares que no tienen ni el tiempo ni el dinero para llegar a esos estándares estereotipados, porque como canta Charly “aunque te arregles las gomas nena, seguirás siendo rara”.

Por todo esto, Charly es uno de los artistas que mejor retrató esta época de efervescencia a nivel político y cultural, y eso no se reduce sólo a canciones como Los Dinosaurios que se volvieron un himno contra la dictadura, sino que en Clics Modernos también nos expone los claroscuros de la transición democrática, tanto con la ilusión que generó como a su vez el desencanto. Este disco capturó la atmósfera contradictoria de toda una generación que esperaba resucitar mientras miraba su presente con Ojos de Video Tape.


VER TODOS LOS ARTÍCULOS DE ESTA EDICIÓN
NOTAS AL PIE

[1Franco Marina (2023) 1983: transición, democracia e incertidumbre, Ediciones UNGS

[2Milanesio Natalia (2021) El Destape. Buenos Aires, Siglo XXI editores
COMENTARIOS
CATEGORÍAS

[Arte y Cultura]   /   [Dictadura]   /   [El Destape]   /   [Música]   /   [Democracia]   /   [Charly García]   /   [Rock nacional]   /   [Cultura]

Brenda Hamilton

Profesora de Historia (UBA). Integrante del Comité Editorial del suplemento Armas de la Crítica.
Profesora de historia (UBA). Miembro del comité editorial del suplemento Armas de la Crítica.

Josefina García

Estudiante de Letras- Filosofía y Letras UBA Militante de Juventud PTS