La esposa de Eduardo Duhalde descargó su odio de clase a pocos días de cumplirse 18 años de la Masacre del Puente Pueyrredón, perpetrada por el gobierno de su esposo y el exgobernador Felipe Solá, donde cayeron Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.
Lunes 15 de junio de 2020 13:36
Hilda “Chiche” Duhalde con el actual ministro de Desarrollo bonaerense Andrés Larroque | Foto Noticias/Perfil
La ex senadora Hilda "Chiche" Duhalde, es conocida por las “Manzaneras”, organización impulsada mientras fue ministra de Desarrollo Social. Esta extensa red de mujeres estaba basada en un férreo clientelismo político del PJ, encargándose de distribuir los alimentos del Plan Vida, llegó a agrupar a 24.787 manzaneras.
Mientras su marido, uno de los responsables políticos impunes por el asesinato de Maxi y Darío, era gobernador de la provincia de Buenos Aires en los críticos años 90, Chiche aseguró: "las chicas se embarazan para cobrar un plan”.
Apenas asumido el Gobierno de Alberto Fernandez, Chiche Duhalde fue convocada para ser parte de la Mesa del Hambre, por iniciativa de Daniel Arroyo, ministro de Desarrollo Social, pero el proyecto quedó trunco.
Durante una entrevista con Romina Manguel, por Radio La Red, Chiche Duhalde aseguró: "Los movimientos sociales son un problema. De qué manera una red de mujeres voluntarias que vayan con las mejores intenciones van a poder trabajar si en el mismo barrios los movimientos sociales le pagan a la gente para que trabajen para ellos y tienen el tupé de pagarles si responden a sus requisitos”, argumentó denunciando un esquema de clientelismo político liderado por las organizaciones en los barrios más vulnerables: “Es una inmoralidad, tienen de rehenes a los sectores vulnerables”.
Sus dichos de señora rica que vive cómodamente, ataca así a los movimientos sociales y de desocupados, aún con métodos que muchas veces no son democráticos y aún con diferencias entre ellos, fueron una herramienta de organización concreta de miles de trabajadores frente al desastre que el régimen del cual ella es parte, los dejaba en banda y al borde de la muerte.
Los dichos de "Chiche" no son casualidad a pocos días del 26 de junio, fecha en la que todos los años se conmemora a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, asesinados por las balas de la maldita policía bonarense. Eduardo Duhalde era el presidente, Felipe Sola gobernaba la provincia de Buenos Aires.
En sus convocatorias para marchar al Puente Pueyrredón todos estos años para exigir justicia, familiares, organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos marcharán al Puente Pueyrredón, seguimos diciendo: "Los responsables de ayer no pueden ser los salvadores de hoy".
Vale la pena aclarar que muchos de los responsables políticos continuaron ocupando cargos públicos como si nada hubiera ocurrido, incluso en el actual Gobierno de Alberto Fernandez.
Que en medio de la crisis económica y social que se recrudece con la pandemia, el ataque de "Chiche" Duhalde a las organizaciones sociales, parece un adelanto de lo que tienen pensado dar como respuesta ante la protesta social.
La pobreza alarmante y las condiciones inhumanas en que millones de bonarenses viven, son consecuencia de décadas de políticas aplicadas por todos los Gobiernos, en su mayoría peronistas que han gobernado desde el año 1987 a esta parte, salvo los nefastos cuatro años de Vidal.
Tanto los Duhalde como todos los gobiernos son responsables del actual estado de miseria y deficiencias estructurales de como mínimo los 1800 villas y asentamientos que el propio Axel Kicillof reconoce que existen. No es la herencia macrista, es una larga cadena de herencias, incluso de su propia tropa.
Ya se ha visto como desde el inicio de la cuarentena las fuerzas represivas se han envalentonado en todo el país, y en la provincia de Buenos Aires en particular, con el ex carapintada Sergio Berni como conductor de la Secretaría de Seguridad.
El desempleo, la falta de ingresos, la falta de viviendas y elementos básicos para vivir, van a tener como consecuencia que tarde o temprano las luchas se extiendan en las calles. Para eso Chiche Duhalde y todo el personal político con Berni y otros nefastos personajes a la cabeza, lanzan todo tipo de provocaciones contra movimientos sociales, trabajadores en lucha y vecinos de los barrios más pobres, a quienes la pandemia golpea de lleno en medio de la crisis económica.
Cuando Maxi y Darío fueron asesinados, la desocupación trepaba en el 22,5 %. Los cierres de fábricas eran moneda corriente. Luego de la caída del gobierno de la Alianza pasaron más de cinco presidentes en una semana, hasta que fue nombrado Eduardo Duhalde. Con él desembarcó el plan de megadevaluación que significó más ajuste y penurias para millones de personas.
El 26 de junio de 2002, los movimientos de desocupados organizaron una jornada que cortaría todos los accesos a la Capital. El MTD Aníbal Verón, junto a otras organizaciones, se dirigían a protestar en el Puente Pueyrredón y se encontraron con un fuerte operativo policial. En días anteriores, desde el Gobierno de Duhalde, se anunciaba a la prensa que “los intentos de aislar a la Capital no pueden pasar más, tenemos que ir poniendo orden”. Y así fue.
Las columnas piqueteras avanzaron. La Policía entró en acción inmediatamente. Primero dispersó a los manifestantes lanzando bombas de gas lacrimógeno. Luego atacó con postas de goma y remató con balas de plomo, desatando una brutal cacería por las calles de Avellaneda.
En la estación, Maxi había sido baleado en el pecho. Darío volvió a socorrerlo. La policía lo cercó y recibió un disparo por la espalda. Hirieron a 90 personas, más de 30 con balas de plomo, y arrestaron a otros 150.
Inmediatamente desde el Gobierno nacional de Eduardo Duhalde, dijeron que los piqueteros estaban armados, y que fue un enfrentamiento entre ellos. Aníbal Fernández, en ese entonces secretario de la Presidencia, alentó esa teoría sosteniendo que "los piqueteros se mataron entre ellos" y afirmando que se trataba de un grupo que quería desestabilizar al Gobierno.
Felipe Solá, gobernador de Buenos Aires en ese entonces, recibió ese mismo día al comisario de la Policía Bonaerense que estaba al frente del operativo. Solá felicitó a Alfredo Fanchiotti y le prometió un cargo más alto.
Los responsables materiales fueron juzgados recién en el 2006, condenando a cadena perpetua al ex comisario Alfredo Fanchiotti y al cabo Alejandro Acosta, ambos miembros de la Bonaerense. Sin embargo, aún hoy continúa vigente el reclamo para enjuiciar a los responsables políticos, que todavía gozan de impunidad. Entre ellos se encuentran el ex presidente, Eduardo Duhalde, el ex gobernador, Felipe Solá, y el ex secretario de la Presidencia, Aníbal Fernández.
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Andrea Lopez
@lopez76_andrea Cronista de la sección Libertades Democráticas de La Izquierda Diario, miembro del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos.