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Red Internacional
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Chihuahua. Chihuahua, ¿estudiar o trabajar?: sube la deserción escolar

Casi 4 mil estudiantes del nivel medio superior y superior abandonan sus estudios en el último ciclo escolar 2020-2021 en la entidad.

Jueves 3 de junio de 2021

Más de un año ha pasado desde que comenzó la pandemia de COVID-19 y, con ella, millones de pérdidas de empleo y una baja económica brutal que recayó sobre los hombres de toda familia trabajadora.

Con el confinamiento, las autoridades de gobiernos decidieron, en lugar de apostar todos los recursos a combatir el virus, implementar medidas como las clases en línea que son parte de la “nueva normalidad” que inició hace un año.

Esta nueva modalidad de clases no pudo ser implementada por todos los estudiantes pues, el gobierno y los caciques universitarios ignoraron la necesidad de garantizar internet, dispositivos electrónicos, electricidad o cualquier cosa vital para una educación en esos términos.

El no garantizar el derecho al acceso a una educación pública y gratuita en medio de una crisis económica y sanitaria brutal, en medio de un sistema que empuja a miles de jóvenes al mundo de la precariedad laboral (al no poder acceder a trabajos dignos ni estables) y en un momento donde nuestros padres están perdiendo sus empleos o los que tienen no alcanzan para llegar a fin de mes, hace que la deserción escolar suba.

Los jóvenes de Chihuahua no fueron la excepción, por eso, como lo dice el reporte Cifras del Sistema Educativo Nacional, 3 846 estudiantes de bachillerato o nivel superior tuvieron que abandonar sus estudios en esta entidad en el último ciclo escolar 2020-2021.

De los casi 4 mil estudiantes que desertaron, el 90 % declaró que antes trabajaban y estudiaban al mismo tiempo, pero, ante el bajo salario que percibían -lo cual hacía insostenible seguir estudiando y aportando a económicamente a sus casas-, decidieron buscar un trabajo de tiempo completo.

En este marco, podemos hablar también del alza de cuotas que sufrían los estudiantes de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), en donde, si no pagaban la colegiatura, se les daba de baja. Ante este hecho, donde candidatos a las próximas elecciones ofrecían pagar el 50 % del costo, la comunidad decidió luchar en defensa de su derecho a la educación.

En este estado del país, o tienes la suficiente solvencia económica para estudiar o te metes a trabajar por un sueldo bajo en una maquila o una fábrica, exponiéndote, en cualquiera de los dos casos, en las calles a la violencia producto del desempleo y de la militarización en el país que los anteriores gobiernos impusieron con la falsa llamada guerra contra el narco y que la 4T ha profundizado al crear la Guardia Nacional.

Es decir que, en momentos como este, lo único que puede garantizarnos el derecho a la educación realmente pública y gratuita, es tomar el ejemplo de lxs compañerxs de la UACJ y luchar con independencia del gobierno y de las autoridades universitarias, organizándonos en nuestros centros de estudios y generando un gran movimiento nacional en defensa de la educación pública y gratuita. No sería necesario que los estudiantes pagaran su educación si se aumentara el presupuesto a la educación con un 10% del PIB, dejando de financiar las fuerzas armadas que llenan de sangre las calles de Chihuahua, y con el cuál se puedan garantizar computadoras e internet a todo joven con deseos de estudiar.

Incluso si regresamos a clases presenciales, además de arriesgarnos a enfermarnos de Coronavirus, tendremos que seguir lidiando con gastos que no podremos solventar -producto de la precariedad laboral- pero que deberán ser vitales para vivir y estudiar, por eso también es necesario luchar por una beca universal con la que se pueda adquirir la canasta básica, evitando que tengamos que decidir entre estudiar o trabajar.

Si tu viviste alguna de estas consecuencias que trajo las clases en línea te invitamos a participar de la consulta por una educación pública y gratuita.

¡Por el derecho a la educación pública y gratuita!