A casi dos meses de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y en medio de una serie de protestas a lo largo y ancho de la república mexicana, así como toda la solidaridad del extranjero, es que el Paro Nacional Activo convocado el 20 de Noviembre abrió un nuevo escenario marcado por la represión en todo el país.
Miércoles 26 de noviembre de 2014
Fotografia: ProtoplasmaKid (Wikimedia Commons)
Los COBACH (bachilleratos públicos) han sufrido represión desde que la comunidad estudiantil salió a las calles. Censura, amenazas por parte de los directivos y agresiones físicas a compañeros de la Asamblea Universitaria que han apoyado al sector de las preparatorias, son sólo algunas muestras. Sin embargo, en el marco de las manifestaciones del 20 de noviembre, es que el tono de la represión cambió de forma.
Esto se manifestó cuando sin previo aviso apareció la noticia sobre el adelanto de vacaciones para todos los planteles de bachillerato que se venían manifestando junto con la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) en apoyo al caso Ayotzinapa.
El discurso oficial plantea que la suspensión de cursos, y el adelanto de las vacaciones, se debe a un frente frío que causará bajas temperaturas y “por seguridad de los estudiantes” sería mejor que no se presentaran más a sus escuelas.
La noticia causó mucho impacto en toda la comunidad estudiantil, así como en los mismos padres de familia. Dicha noticia, publicada el 21 de noviembre en medios locales, a altas horas de la noche, refleja el temor que existe por parte del gobierno ante la autoorganización de la juventud, sobre todo la juventud que sale por vez primera a las calles a exigir justicia.
La noticia causó preocupación de diversos sectores de estudiantes y padres de familia, que lo consideraron injustificado e irreal, sobre todo porque la causa oficial de la finalización del ciclo escolar no se aplica para los sectores estudiantiles más vulnerables ante el frío, como los niños de menos de 15 años de edad.
Además, la recomendación de suspender clases fue enviada a las principales universidades del estado, así como a los COBACH, siendo estos últimos los únicos en hacer oficial la terminación de cursos.
A pesar del discurso oficial, resulta claro que el propósito de la suspensión de labores pretende desorganizar el movimiento estudiantil muy poco maduro aún, para evitar el crecimiento de las manifestaciones y el tono que éstas vayan tomando.
Esta situación, de represión y censura que se ha venido presentando en los COBACH marca un nuevo parteaguas para la región del norte del país. El 2 de diciembre puede ser un nuevo escenario de manifestaciones con mayor impacto, organización y alcances políticos superiores, cuestiones que el gobierno de Peña Nieto seguro ha de estar considerando. Ante estos hechos decimos NO MÁS CENSURA, NO MÁS REPRESIÓN, SÍ A LA LIBERTAD DE ORGANIZACIÓN Y MANIFESTACIÓN.