Durante la jornada del día viernes en el balance diario del MINSAL, se reportaron un total de 9.958 víctimas fatales por COVID-19, estando a un paso de las 10.000 decesos, y el gobierno es responsable.
Sábado 8 de agosto de 2020
Con una portada distinta, pero con la misma historia, el Ministerio de Salud reportó este viernes durante el balance diario el total de 9958 fallecimientos, según cifras del DEIS, puesto que existe una diferencia de más de 2000 muertes según las cifras de la OMS, a causa de COVID-19 y una mala gestión de la pandemia de parte del gobierno chileno.
Ya han pasado más de 5 meses de la llegada del coronavirus a Chile,y durante este tiempo ha quedado en manifiesto la ineptitud de los errores de cada una de las figuras que dirigen nuestro país. Es que a mal comienzo, es difícil atisbar un buen final.
"La culpa no es del gobierno, la culpa es del virus", afirmó el actual ministro de la cartera de salud, en uno de los ya recurrentes juegos en La Moneda de pasarse la pelota los unos entre otros, es el pueblo trabajador al que le toca cargar con las consecuencia de este verdadero efecto mariposa, que en el caso de una gestión distinta, la contingencia también lo sería.
Iniciamos febrero con una figura de extrema confianza con la afirmación del mandatario de "estar mejor preparados que Italia", para luego tener que retractarse, pues el desastre sería bastante mayor a comparación. Ya en marzo, teníamos un virus distinto, pues muta y "se pone buena persona", pero nos dimos cuenta que ni el virus, ni el ex-ministro se transformaron en buenas personas, puesto que "no tenía conciencia" de la realidad de su país. Llega abril y ya uno podía "juntarse con amigos para tomar un café" gracias al famoso "plan retorno seguro", que no fue más que un seguro impulse a la cifra de contagios y fallecidos en el país. En mayo aceptan su fracaso, ya muy tarde, para en junio promover ayudas como el IFE, que tendría más letra chica que aporte a las familias y nos demostraron una vez más, que no todos somos iguales ante la ley. Julio, un mes turbulento, un plan que va "paso a paso" al rebrote y que nos mostró el lado más oscuro de la política chilena con el controversial debate del retiro del 10%, y el "bono clase media", medidas de salvataje para paliar los efectos del desempleo, que en los últimos días registró las cifras más altas en los últimos diez años, buscando ayudar a la población, volviendo a poner en tabla las polémicas contra el sistema de las AFP, y llevando a la crisis al oficialismo, pues en lo legislativo, pese a todos sus pronósticos fracasaron, pero una vez más su falta de gestión e incompetencia golpearon duro a el pueblo, para el mes de agosto sufrir por la burocracia, problema tras otro, para acceder a los beneficios como el retiro de fondos de las AFP o el famoso bono clase media del SII, fueron tan son solo algunos de la gran cadena de errores, que hoy nos hace lamentar miles de víctimas fatales.
Ya no quedan dudas, la culpa la tiene el gobierno, con su ortodoxia neoliberal, la negativa a las sugerencias de expertos y el impulsar estrategias de imitación de las naciones más ricas, olvidando, una vez más, de que un gran porcentaje de sus ciudadanos son pobres. Y si ya el nivel de desconexión se hizo visible en el estallido social iniciado en octubre, las consecuencias sociales de la pandemia, como lo es el desempleo que ha afectado los ingresos de cerca 2.500.000 de trabajadores, han sido la cafeína que mantiene alerta a las grandes masas sociales, y una especie de nuevo despertar de los que aún seguían medios dormidos, para dejar en claro que el gobierno no gobierna para el pueblo, gobierna para sus propios intereses de clase, los del gran empresariado.