Cuando se habla de avanzar en los derechos de las mujeres y la diversidad sexual, la primera oposición en levantarse viene desde la Iglesia, con la biblia en la mano y destacando valores históricamente impuestos a la fuerza.
Lunes 15 de enero de 2018 11:01
La Ley de Identidad de Género, el matrimonio igualitario, la adopción homoparental, entre otros temas, se han tomado la “agenda valórica” en los últimos meses.
Desde la aprobación del proyecto del aborto en tres causales, la ultra derecha y la Iglesia han desplegado una ofensiva campaña en contra de las mujeres y la diversidad sexual, que se movilizan por sus derechos. Hablan de una “dictadura LGTB”, de la “Ideología de Género” que tanto les atemoriza, pues para ellos es una herejía que las mujeres y la diversidad sexual alcen la voz en medio de la sociedad capitalista y patriarcal.
A pesar de que Chile hace varias décadas se declaró un Estado laico, la Iglesia nunca dejó de permear su influencia en la toma de decisiones, ni dejaron de tener una importante tribuna cuando se trataba de temas de género y diversidad sexual.
Cuando se habla de que el Estado no interfiera en el desarrollo sexual de las personas, se apela a la Biblia y se recita la palabra de Dios; sin embargo, cuando se trata de juzgar los casos de pedofilia y corrupción, se pide tolerancia y trato sensible hacia los involucrados.
Hoy, la Ley de Identidad de Género duerme en el Congreso chileno, y así seguirá siendo, pues “es un tema sensible” para discutirse en medio de la visita del Sumo Pontífice, según dicen desde el gobierno.
Esto solo demuestra que la Iglesia sigue manteniendo su tribuna intacta, a pesar de los fuertes cuestionamientos y su crisis y decadencia en la sociedad.
A pesar de la realidad que viven las mujeres y la diversidad sexual, los sectores más conservadores insisten en sus campañas, realizando manifestaciones e incluso difundiendo calumnias para desprestigiar al movimiento de mujeres y diversidad sexual.
Teniendo en cuenta este este escenario, se vuelve cada vez más necesaria la organización en los lugares de estudio y trabajo, así también la necesidad de desplegarnos en las calles para enfrentar a la moral medieval de los empresarios, las iglesias y la ultra derecha, avanzando en conquistar derechos como el aborto libre y gratuito, ley de identidad de género, matrimonio igualitario, entre otras.
Javier Ilabaca
Estudiante de Periodismo, Universidad Central de Chile
