Un país que siempre tuvo fama de “conservador” hoy revienta todos los esquemas. Los gobiernos neoliberales tiemblan y las nuevas generaciones viven en tiempos de alzamientos en todo el continente.

Franco Villalba Docente de La Matanza
Miércoles 23 de octubre de 2019 21:47
Crédito Fotografía: Matias Salazar Acevedo
Millones de Ojos de conmoción frente a cada imagen que llega del otro lado de la cordillera.Lo que se veía cerca pero no tanto hace pocos días en Ecuador, ahora sucede acá al lado.
Chile, un país que siempre tuvo fama de “ conservador”, hoy revienta todos los esquemas. Los gobiernos neoliberales tiemblan y las nuevas generaciones viven en tiempos de alzamientos en todo el Continente.
Ahora el pueblo Chileno se pone de pié…
Ese del cual siempre nos quisieron dividir. Nos educaron en el rencor por una supuesta “traición de los chilenos”. Responsabilizando al pueblo trabajador con el papel jugado por el gobierno del genocida Pinochet, durante la Guerra de Malvinas.
Durante décadas quisieron educarnos con valores pacifistas e individualistas en ambos lados de la cordillera. Conceptos de que la forma de crecer en la vida es pisando la cabeza de otro o haciendo una carrera individual.
Todo lo contrario a organizarse colectivamente, para lograr un cambio social de conjunto. Pero hoy, desde Puerto Rico, hasta uno de los países más australes, están cuestionándolo todos.
Sin embargo, Chile no despertó hoy. ue contagiado por una juventud que Hace más de 10 años viene dando pelea contra el pinochetismo que siguió en los órganos de los regímenes posteriores.
Desde el año 2006 los estudiantes de ese entonces, los denominados “ pingüinos”, dieron enormes luchas para tener una educación pública. Y En el 2011 nuevamente salieron a las calles.
En aquella ocasión me toco viajar allí en representación de La Juventud del PTS, para la fundación de una agrupación juvenil revolucionaria en la cual confluyeron pibes activistas del proceso, con militantes del grupo hermano del PTS en ese pais; que hoy se llama PTR.
Ninguno de ellos superaba los 19 años y no había casi ninguno que no haya recibido, al menos una vez, un garrotazo de los pacos en la cabeza. Recuerdo a uno en particular que cantaba las canciones de las movilizaciones, muleta en mano y saltando en una pata. Tenia 17 años y había sido pisado 2 veces ( hacia adelante y marcha atrás) por un camión hidrante en la misma movilización dónde fue asesinado el estudiante Manuel Gutiérrez.
Una tras otra, en cada testimonio, contaban con una moral impecable, como enfrentaban la represión de los carabineros ante la mirada de reojo del resto de la sociedad.
Ellos comenzaban a cuestionar las bases de una sociedad que luego de la derrota de la dictadura de Pinochet, había sido absorbida por el miedo.
Una clase obrera dividida en organizaciones por empresa, donde para curarte tenés que pagar y dónde el divorcio fue legalizado recién en el 2004.
A los cabezasos, la juventud chilena tuvo que abrirse paso para poder, no solo tener un futuro mejor, sino hasta hacer oír a gritos sus más reprimidos sentimientos de libertad.
De parte del régimen político, ni de Piñera, ni antes de la Concertación se tuvo ningún diálogo o política para canalizar sus reclamos. Siempre la respuesta fue la misma: Represión y Neoliberalismo.
Fueron varias generaciones juveniles entrenadas y ejercitados en el enfrentamiento cotidiano con las FFAA del Estado.
Hoy muchos de esos que fueron parte de esa generación, son maestros, enfermeros, trabajan en el puerto, manejan camiones etc.
Hoy, La nueva generación de estudiantes de los liceos, saltaron los molinetes del metro, incendiaron el edificio de la empresa que se llena de plata con los servicios eléctricos en ese país y en Argentina también. Pero esta vez los adultos ya no miran con recelo. Al contrario. Se sumaron a ellos y ahora hay huelga general.
Esta vez fue al revés. El hartazgo inundó a todos. Y el miedo a los poderosos.
Hoy no solo lograron que el gobierno anule los aumentos de los pasajes, lograron que el país entero empiece a hacer temblar sobre sus cimientos y las nuevas generaciones de todos los países están llamados a hacer lo imposible por hacerles llegar su abrazo solidario y hacer lo propio en cada país donde están.
¡Ahora es urgente!
El gobierno de Piñera sacó a los militares para reprimir las movilizaciones. Pero esta generación ya rompió el miedo al terror del Estado capitalista.
En esta generación juvenil que viene haciendo una larga experiencia y las mujeres que también salen con sus reclamos, está el germen de lo que puede ser un partido revolucionario que permita llevar está vez, estás grandes jornadas al triunfo definitivo. A la vez que acompañan en su experiencia y ayudan a desenmascarar a las direcciones que querrán llevar el proceso a la conciliación con el gobierno.
¡Que sean los capitalistas los que tiemblen de miedo!
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