Entrevistamos a Andrés Fortunato, director general y voz principal de la banda que en pleno siglo XXI recupera instrumentos y músicas ancestrales, relacionándose con figuras como Carca, el Tano Marciello o Juan Palomino.
Augusto Dorado @AugustoDorado
Martes 24 de agosto de 2021 00:00
Chimbe, banda de Buenos Aires que rescata la cultura musical milenaria de pueblos originarios de todo el mundo. Fotos: Leonardo Italiano.
En un vértice opuesto al abordaje que de la cultura de los pueblos originarios podrían hacer algunos de los padres de la Antropología (por caso, Clifford Geertz, por mencionar solamente uno), Chimbe la aborda desde un aspecto fundamental como es la música, pero no para exhibirla como una “rareza” o una extravagancia, sino para recuperarla, recrearla y actualizarla. El resultado es una propuesta totalmente novedosa, fresca, respetuosa de las tradiciones milenarias y -sobre todo- auténtica. No se percibe nada de pose en la propuesta de Chimbe: todo es producto de una búsqueda seria, realizada desde un trayecto de estudios en etnomusicología pero que les llevó a relacionarse profundamente con el chamanismo y aspectos de diversas culturas que tienen como eje el respeto a la naturaleza y a la tierra, a la Pachamama. Todo esto sin esconder desde dónde parten: un siglo XXI desde una ciudad cosmopolita como Buenos Aires, donde el rock es una de las culturas que pone su matriz en prácticamente toda producción musical.
Es por eso que en el camino de Chimbe también se cruzan figuras del rock argentino como el Tano Marciello (durante años la guitarra de Almafuerte), Carca (ícono del rock alternativo argentino desde sus comienzos en Tía Newton hasta sus actuales colaboraciones con Babasónicos, además de una prolífica carrera solista) o el actor Juan Palomino. Y cuando cierto eclecticismo llega desde un lugar de búsqueda profundo, el uso de instrumentos de distintas culturas y de distintos continentes no puede resultar en otra cosa que en originalidad: en la música de Chimbe puede aparecer armónicamente un sintetizador junto a un baglamá -instrumento de cuerdas nacido en el Egipto “A.C.” y muy popular en Turquía y los Balcanes- o un bajo eléctrico puede marcarle la marcha a una quena y un sikus.
Formada por Andrés Fortunato (Dirección General y voz principal, además de ejecutor de instrumentos ancestrales, guitarra, bajo, percusión), Belén Ricardes (Dirección Audiovisual, voz, sintetizador, sampler, instrumentos ancestrales), Lautaro Toscano (voz, guitarra, charango, instrumentos ancestrales), Ezequiel Del Peral (guitarras), Yago Loretti (batería y percusión) y Oscar Ávila (bajo, instrumentos ancestrales), Chimbe llegó con su música a lugares como el segmento de videos del programa de Peter Capusotto (llamado La línea de Zeuz de Marcelo Iconomidis). Andrés, uno de los mentores del proyecto, fue parte de la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías de la UNTREF, con la que participó de giras internacionales y llegó a radios de Estonia, Suecia, Alemania, Hungría o Islandia. La Izquierda Diario se comunicó con Andrés Fortunato para charlar sobre pasado, presente y futuro de Chimbe, proyecto musical que desde ya recomendamos con especial atención.
LID - ¿Cómo se formó Chimbe?
AF - Chimbe es un sueño que tomó muchos años de investigación y compromiso para verlo materializado, se originó con otro nombre en 2015 aproximadamente y comenzó como un intento de utilizar el vehículo del Rock para transmitir un mensaje específico sobre el respeto a la Madre Tierra así como a las sabidurías milenarias que son esencialmente de carácter espiritual.
¿Qué significado tiene el nombre de la banda? ¿Por qué lo eligieron?
El nombre de la banda fue elegido por Amalia Calderón, la hija de El Chamán de los 4 Vientos, ella es chamana de la costa norte peruana y una gran maestra y amiga hace más de 10 años. Chimbe es un espacio sagrado para el chamanismo norperuano.
Tenemos entendido que hay una formación académica previa, una investigación sobre instrumentos y sonidos que se fue plasmando en lo que hoy es Chimbe ¿Cómo fue ese recorrido?
La Universidad Nacional de 3 de Febrero ha sido un espacio de investigación académica y dentro de ella muchos de los miembros de Chimbe hemos formado parte del Instituto de Etnomusicología, así como de la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías con la cual hemos recibido distinciones internacionales y hemos realizado conciertos e investigaciones en los 5 Continentes, esto claramente nutrió de forma sustancial las texturas sonoras de Chimbe, sumado al vínculo con los hombres y mujeres de conocimiento de las diferentes tradiciones indígenas por las cuales hemos tenido el honor de acercarnos nos han afectado completamente y han terminado de hornear la estructura que hoy es CHIMBE.
La propuesta de Chimbe desborda los límites de la matriz de lo que se rotula como rock y sin embargo tienen buen diálogo y han trabajado con figuras del mundo del rock como el Tano Marciello o Carca en el último trabajo. ¿Cómo surgió esa relación y cómo fueron esas experiencias?
Personalmente siempre he tenido un amor incondicional por el género Rock y no lo considero separado espiritualmente de la búsqueda que CHIMBE posee actualmente en cuanto a el vínculo con el conocimiento ancestral, tanto Carca como el Tano Marciello poseen esa sensibilidad que les permite viajar en el océano de la conciencia a través de su arte y eso nos complementó de manera orgánica y fluida.
¿Qué piensan de artistas que desde el rock tradicional intentaron dialogar con otras culturas musicales, por caso Peter Gabriel o Paul Simon?
Leda Valladares citó en los años 80s a los “rockeros” de nuestro país para formarlos como bagualeros, ella decía que, puesto que el rock y el blues poseen su origen en África, así como en la América nativa, según ella, ellos serían capaces de sostener las estructuras tradicionales de canto de baguala o vidalas del norte argentino. Pienso que la variedad nutre y permite a una expresión artística ramificarse como los ríos y eso siempre es bueno, la combinación e innovación mantienen a la vida vigente y lo que se queda estático se vuelve un elemento muerto o de museo.
La recuperación de lo ancestral es un aspecto fundamental en la producción de Chimbe ¿esa búsqueda tiene alguna relación con responder o alertar sobre la actualidad de problemas como el deterioro del medio ambiente o el cambio climático?
Absolutamente, nos interesa transmitir un mensaje de respeto y cuidado de nuestro planeta, pero por el otro lado, promovemos una aproximación hacia las sabidurías milenarias que los pueblos Originarios del mundo han sabido conservar, que como son de transmisión oral implican sí o sí un vínculo comunitario que pensamos susceptible de ofrecer profundas alternativas al sistema occidental que se encuentra absolutamente colapsado en cuanto a uso y abuso del planeta en el que habitamos.
Sufrieron la pérdida de uno de los miembros originales de Chimbe, Leonardo Garay ¿Quién fue Leonardo y qué impacto tuvo en la obra de la banda su partida?
Leo Garay fue un enviado de los Dioses, una persona única e irrepetible que dio origen a lo que es Chimbe, sin él este proyecto no podría haber existido. Su temprano paso hacia el otro mundo nos dolió muchísimo y generó muchos cambios en el proyecto, pero decidí conservar ese nombre en honor a nuestro querido amigo. Leo Garay es una persona que con el tiempo estoy seguro de que será recordada como un ejemplo de lucha frente a la adversidad y el ambiente de La Renga así como su familia, fue un factor importantísimo para que esto suceda.
¿Qué importancia tiene lo visual en Chimbe, tanto a la hora de hacer videos como para las presentaciones en vivo?
El elemento audiovisual tiene una importancia clave en nuestro desarrollo, y eso lo trabajamos junto a Belén Ricardes que dirige esa área en Chimbe, las propuestas estéticas que tenemos ella las lleva a la décima potencia con su productora “Ojos de Cíclope” con la cual se encuentra realizando videos internacionales en España, Rusia, entre otros.
¿Cómo surgió la invitación al actor Juan Palomino para ser parte de lo más reciente que están presentando, “Destranque”? ¿Qué nos pueden contar sobre Eduardo Calderón Palomino, “El chamán de los 4 vientos” a quien está dedicado el tema?
La participación de Juan Palomino fue otro regalo del gran maestro y hermano Carca, Palomino siempre se ha destacado por defender la identidad latinoamericana y nos ha representado un gran honor su participación, en estos momentos nos encontramos trabajando en una presentación en vivo junto a estos dos íconos del arte nacional.
Eduardo Calderón Palomino “Don Tuno”, más conocido como el “El Chamán de los 4 Vientos” en el clásico libro del antropólogo norteamericano Douglas Sharon, fue el más renombrado Chamán peruano del Siglo XX. Descendiente de la cultura Mochica, innumerables libros y documentales le han sido dedicados alrededor del mundo, su legado fue heredado a varios de sus hijos e hijas y tuve la suerte de acceder a ese mundo maravilloso bajo su tutela. El baño de destranque es un ritual milenario efectuado con hierbas y plantas de todo tipo que destraban los caminos y abren puertas para las personas que lo necesitan, así que esta canción es un homenaje al gran Maestro de Maestros.
Podés seguir a Chimbe en redes sociales (Instagram y Facebook) y escuchar su música en todas las plataformas digitales como Spotify.