Ideas de izquierda

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SUPLEMENTO

Christian Castillo: "Una revolución social permite pensar en un mundo nuevo"

Juliana Yantorno

Valentina Busi

Emmanuel Serezzo

Fotografía: Manuel Badenes.

Christian Castillo: "Una revolución social permite pensar en un mundo nuevo"

Juliana Yantorno

Valentina Busi

Emmanuel Serezzo

Ideas de Izquierda

El jueves 16 de diciembre, con 200 compañerxs trabajadores, estudiantes terciarios, secundarios y universitarios, se realizó el primer encuentro del taller Marx Ha Vuelto con Christian Castillo, sociólogo, docente de la UBA y la UNLP, y dirigente nacional del PTS. Esta charla en La Plata se realizó en el marco del taller que venimos impulsando desde la Juventud del PTS, con decenas de grupos de estudio previos y que estamos llevando adelante en todo el país.

Comenzó el verano y arrancamos los talleres sobre marxismo con el fin de conocer las ideas de la izquierda. En el marco de la crisis capitalista, la desigualdad social existente y la crisis económica social y política que atraviesa a la Argentina bajo un gobierno atado a las exigencias del FMI, surge la pregunta de cómo transformar esta realidad actual. Por eso, fuimos cientos los que, previo a la charla, realizamos distintos grupos de estudio y de debate. En estos encuentros discutimos la vigencia de las ideas de Marx para pensar esta realidad actual, a partir de la cual surgen preguntas como: ¿Cómo se explica la desigualdad? ¿La clase trabajadora sigue existiendo y puede transformar la realidad? ¿Existen solo dos clases sociales? ¿Somos realmente libres en el capitalismo? ¿Puede existir un sistema sin opresión ni explotación? ¿De qué manera podemos llegar a este sistema?

A continuación dejamos el video de la charla con Christian Castillo que abrió nuevas preguntas y posibles respuestas a estos interrogantes que repasamos más abajo.

Si te interesa sumarte a los talleres y debatir sobre las ideas del marxismo te podes inscribir en en este link.

¿Cómo se explica la desigualdad? ¿Somos realmente libres en el capitalismo?

Partiendo de la desigualdad social creciente que existe en el sistema capitalista, en la charla y grupos de estudio surgió la pregunta en torno a cómo se explica esta desigualdad: cómo se explica que haya millones de niños que no pueden comer, que exista la pobreza extrema mientras se tira un 30 % de los alimentos a nivel mundial.

Tal como planteó el Chipi Castillo en la charla, existen distintas posiciones políticas y teóricas frente al problema de la desigualdad en torno a cómo se produce y se reproduce. Por un lado, están las teorías de los liberales como Milei o la derecha como Macri que nos dicen que la desigualdad es justa en la medida en que cada quien tenga según lo que merece. De esta forma, el esfuerzo individual, o la falta de éste, explicaría la desigualdad social existente. Por otro lado, hay otra posición más reformista sobre la que se basa el peronismo. Estos plantean que el problema reside en la distribución de la riqueza entre los capitalistas y la clase trabajadora, es decir, en intentar que haya una distribución más igualitaria entre empresarios y trabajadores para disminuir el grado de desigualdad.

En última instancia, ninguna de las dos variantes cuestiona el problema estructural que genera la desigualdad: la propiedad privada de los medios de producción. Este “pequeño detalle” que nunca quieren cuestionar, es el que permite que un puñado de empresarios se enriquezcan estando sentados, a costa del trabajo de millones.

Los marxistas, por el contrario, entendemos que en el sistema capitalista existe una gran masa de trabajadores que no poseen nada, ni riqueza, ni tierra, ni medios de producción y que sólo tienen la capacidad de vender su fuerza de trabajo. Cuando vendemos esta fuerza de trabajo no nos pagan el total de la riqueza que producimos, sino que el capitalista se apropia la mayor parte del trabajo gratuito de la clase trabajadora. La desigualdad de la sociedad, para Marx, se explica por la explotación de clase. En la actualidad podemos encontrar muchísimos ejemplos que fueron nombrados en los grupos. La juventud que labura en bares o casas de comida a veces consiguen el sueldo de su día vendiendo dos pintas o una docena de empanadas. Todo el resto que venden durante la jornada es la ganancia que se queda el dueño del lugar.

Existe un antagonismo de clase irreconciliable entre los capitalistas y los trabajadores. Por eso para los marxistas no se puede terminar redistribuyendo la riqueza ni funciona la “teoría del derrame”, donde si a los empresarios les va mejor, a la clase trabajadora le va a ir mejor. En principio, las crisis capitalistas son inevitables, como demuestra la realidad. Y en época de "vacas flacas", los empresarios harán cualquier cosa para seguir obteniendo cuantiosas ganancias. Solo se puede terminar con la desigualdad aboliendo la esclavitud asalariada.

Si al día de hoy existe un puñado de personas que acumulan millones en sus bolsillos y la gran mayoría de la población está por debajo de la línea de la pobreza, y solo puede vender su fuerza de trabajo al mercado capitalista... ¿Estamos muy lejos de la sociedad que describía Marx en sus escritos hace menos de 200 años?

El sistema capitalista se rige por la sed de ganancia y no por la necesidad de alimentación, vivienda, salud y educación de la población. Contra la demagogia que hacen los grandes charlatanes del neoliberalismo como Milei en relación a la libertad, cuando lo que en realidad defienden es la libertad de los ricos; o cuando los peronistas quieren que nos conformemos con migajas, hasta incluso en momentos donde la mitad del país está en la pobreza y le siguen dando mayores beneficios a los dueños de las tierras; los marxistas decimos que para ser libres es necesario liberar a la gran mayoría de la población de la explotación, expropiando los grandes medios de producción por parte de la clase trabajadora, y poder superar la división de la sociedad en clases sociales.

¿Por qué si la burguesía es una clase tan minoritaria logran organizar toda la sociedad para su beneficio? ¿Y cómo podemos superarla?

Esta pregunta la realizó el Chipi en la charla, con el fin de explicar el rol que juega el Estado como un medio de dominación política de la clase dominante hacia la clase dominada. A lo largo de la historia, la clase dominante es una minoría de la población pero que tiene a su favor la fuerza del armamento, y todo un sistema jurídico legal que garantiza su propiedad privada.

En la actualidad, el Estado capitalista intenta crear un “cuento de hadas” dónde todos somos iguales: la ilusión de que los gobernantes están gobernando para el pueblo. La discusión entre los liberales y el peronismo de la puja entre “más mercado” o “más Estado”, para regular las relaciones sociales, oculta el carácter de clase del Estado y su rol es justamente garantizar la explotación capitalista. Actualmente el Estado no solo cuenta con las fuerzas represivas para reprimir a las y los trabajadores que se organizan, como fue el caso de Guernica. Sino que también organiza el “consenso” a través de las direcciones de los sindicatos y de los movimientos de desocupados, estudiantil, etc.

¿Cómo las masas toman conciencia de esta explotación y dominación de una clase sobre otra? ¿A qué sociedad aspiramos?

La pregunta sobre cómo se toma conciencia de esta explotación surgió en reiterados grupos de estudios y en la misma charla. Las conclusiones en torno a este interrogante giraron alrededor de la discusión de que los grandes cambios en la conciencia de las masas se producen a través de grandes luchas. En momentos de alta lucha de clases y de procesos revolucionarios, millones pueden cambiar su forma de pensar rápidamente y cuando hay una victoria para las masas esos millones miran esos triunfos con ansias de conseguirlos.

Contra aquellos que dicen que los cambios radicales de la sociedad son utópicos, discutimos cómo a lo largo de la historia la lucha de clases produjo los grandes cambios históricos. Durante el siglo XX se sucedieron diversas revoluciones en distintos países donde la clase explotada logró quitarle el poder a la burguesía a través de una revolución. Estos grandes cambios no pueden realizarse sin revoluciones ya que la burguesía no va a ceder jamás sus privilegios de clase.

Los marxistas peleamos por una sociedad dirigida por un Estado transicional, de los trabajadores. A esto, como dijimos, no se puede llegar sin una revolución social. Por esto, militamos día a día para construir una herramienta política de la clase trabajadora que se proponga elevar a la clase trabajadora como clase dirigente. Pero para ello tenemos una gran pelea contra las distintas variantes del peronismo que no aspiran a que la clase obrera se transforme en una clase dirigente, sino a que siga existiendo un dominio del capital pero de forma más “distributiva”. También peleamos para unir a los distintos sectores de la clase obrera, que la burguesía, con la ayuda del Estado, los medios y las burocracias en los sindicatos y movimientos, logran dividir constantemente a la clase trabajadora para hacerla creer que el enemigo es el de al lado generando racismo, machismo y xenofobia. La clase trabajadora está ubicada en el centro de la producción por lo que tiene la capacidad de paralizar las principales industrias, servicios y transportes, para no sólo golpear sobre las ganancias capitalistas, sino también pensar en la reorganización de la sociedad de forma igualitaria. Producir según las necesidades de la población, y no pensando en la ganancia de unos pocos.

La charla invitó a cientos de jóvenes a abrazar la pelea por una sociedad comunista, una sociedad igualitaria, sin Estado, sin clases y sin dinero. Es una pelea mundial contra el capitalismo, para utilizar los recursos existentes no en función de la explotación sino en función de las necesidades sociales, realizando una planificación racional de la economía, con fábricas, tierras y bancos de propiedad colectiva decidir la utilización de los recursos.

Ideas para transformar la realidad

Varios compañeros que se organizan en la Asamblea Permanente plantearon que la charla abrió nuevas reflexiones sobre el cambio social, que empujaba a involucrarse más en la comprensión y lectura de estas ideas. También lo plantearon estudiantes secundarios y universitarios, para quienes Marx siempre fue estudiado como un mero filósofo y simple analista social, y no como un revolucionario. Varios jóvenes planteaban también, luego de la charla con el Chipi, que “la posta la tenemos la juventud ahora”, para utilizar todas las herramientas del marxismo en función de un proyecto colectivo para transformar la realidad.

Estos talleres se vienen realizando en distintos puntos del país. También contamos con el Campus Virtual de La Izquierda Diario donde pueden inscribirse gratuitamente a diversos cursos sobre el imperialismo, feminismo y socialismo, arte y marxismo, educación, crisis ecológica, y marxismo. Podés ingresar en este link

La crisis económica y política que hay en el mundo y las nuevas luchas que empiezan a surgir nuevamente post pandemia, muestran que hay más avidez de la juventud por buscar salidas profundas a éste sistema que solo ofrece miserias, que amenaza con destruir el futuro de las nuevas generaciones, destruyendo nuestro planeta y sin tener nada para ofrecernos. La charla puede ser un gran insumo para continuar estos debates con quiénes tengan interés por conocer las ideas de la izquierda, que quieran tomar las banderas del comunismo en sus manos. Queremos continuar estas discusiones con cientos de jóvenes en los talleres de todo el país, retomando las lecciones de la historia y lo escrito por Marx, como también por otros revolucionarios como Lenin y Trotsky, para terminar con esta sociedad de opresión y explotación, peleando por construir una sociedad que termine con la esclavitud asalariada y donde reine la más plena libertad.


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Juliana Yantorno

@JuliYantorno
Socióloga UNLP, becaria doctoral Conicet

Valentina Busi

Estudiante de Trabajo Social - UNLP
Estudiante de Trabajo Social UNLP

Emmanuel Serezzo

Estudiante de Periodismo UNLP