×
×
Red Internacional
lid bot

Aniversario. Christine Delphy: breve semblanza de una controvertida feminista radical

El 9 de diciembre de 1941, nació en París la feminista Christine Delphy, la teórica que fundó, con sus elaboraciones, la corriente feminista materialista francesa. Actualmente, sigue siendo activista y una figura controversial en Francia por enfrentar la prohibición estatal del uso del velo de las mujeres musulmanas en las instituciones públicas. Presentamos una breve semblanza de su vida y obra en su cumpleaños ochenta y uno.

Andrea D'Atri

Andrea D’Atri @andreadatri

Viernes 9 de diciembre de 2022 09:16

En 1970 el mundo aún se sacudía con las manifestaciones estudiantiles, las huelgas obreras, la lucha armada, la guerra de Vietnam, las movilizaciones de los pueblos oprimidos contra el yugo colonial. El gran boxeador Cassius Clay -que ya había cambiado su nombre por el de Mohammed Alí- anunciaba su retiro deportivo y la banda The Beatles se separaba, después de una década que había legado su música a la eternidad. Poco antes, tropas norteamericanas y survietnamitas invadían Camboya. La poderosa voz de Janis Joplin se apagaba para siempre en Los Ángeles, por las consecuencias de una sobredosis de heroína y, en Londres, una mujer anunciaba que sería la primera en concebir en una probeta de laboratorio.

En Estados Unidos, a cuatro años de la fundación de la National Organization for Women (NOW), proliferaban los grupos de liberación femenina, inspirando incluso a las feministas de otros países, como Francia, donde en 1970 surgía el Mouvement de libération des femmes (MLF). Su primera aparición pública, de hecho, fue una protesta en solidaridad con la enorme movilización feminista del 26 de agosto en Nueva York, cuando se conmemoraba el 50º aniversario del derecho al voto para las norteamericanas.

La convocatoria de las francesas fue en el Arco del Triunfo, donde se encuentra la tumba de un soldado francés de la Primera Guerra Mundial en la que se homenajea simbólicamente a todos los hombres anónimos que combatieron en las tropas francesas. Nueve mujeres se acercaron al monumento, con una ofrenda floral que decía "a la esposa desconocida del soldado desconocido". En una pancarta se leía "Uno de cada dos hombres es una mujer". Pero ni siquiera llegaron a depositar la ofrenda floral, porque la policía francesa las detuvo y las trasladó a una comisaría. La performance inconclusa, sin embargo, pasó a la Historia como el mito fundacional del feminismo francés.

Las tortilleras rojas

Entre aquellas nueve mujeres, se encontraba Christine Delphy quien, bajo el seudónimo de Christine Dupont, había publicado, recientemente, su ensayo "El enemigo principal". También estaban las escritoras Monique Wittig y Cathy Bernheim. Pocos meses más tarde, fundarían el grupo de lesbianas feministas Les Gouines Rouges (que podría traducirse como Las tortilleras rojas), una definición que un transeúnte les lanzó ofensivamente mientras distribuían panfletos del Frente de Liberación Homosexual (FLH) y que ellas resignificaron con desparpajo.

"Para ellas y ellos, erradicar la discriminación contra el deseo homosexual era incompatible con la existencia del capitalismo. No estaban interesados en influir en los políticos. No estaban interesados en ganar cargos. Se vieron a sí mismos sentando las bases para una revolución en las relaciones de género que acompañaría a la revuelta política que se avecinaba.", escribe el periodista Cole Strangler sobre el FLH. De hecho, su nombre se inspiraba en el del Frente de Liberación Nacional de Vietnam. Y cuenta también cómo marcharon el 1º de mayo de 1971, en el Día Internacional de los Trabajadores, provocando a la anquilosada burocracia del Partido Comunista Francés y la CGT.

La conformación de Les Gouines Rouges fue una manera de afirmarse como lesbianas contra el protagonismo siempre acaparado por los varones en el movimiento de liberación sexual y de las heterosexuales en el movimiento de mujeres. Más tarde, en 1977, Delphy fundó, junto con Simone de Beauvoir y otras destacadas teóricas, Questions Féministes, la primera revista de estudios feministas en lengua francesa que, desde 1981 se transformó en Nouvelles Questions Féministes.

Durmiendo con el enemigo

"El enemigo principal" de Christine Delphy es, sin duda, un texto fundacional del feminismo materialista francés en el que -al igual que lo hiciera Simone De Beauvoir en su célebre El segundo sexo-, la autora avanza más allá de los que considera los límites del materialismo histórico para la comprensión cabal de los mecanismos de la opresión social femenina. Para Delphy, junto al modo de producción capitalista explicado por el marxismo, existiría otro modo de producción doméstico, en el que se distinguirían dos clases sociales: por un lado, la de los hombres, que explotarían el trabajo no remunerado de la clase de las mujeres, en el ámbito específico del hogar.

Su debate es explícitamente contra el marxismo, pero también contra la concepción que habían desarrollado otras feministas radicales norteamericanas, como Shulamith Firestone, de mujeres y hombres como clases sexuales biológicas. A diferencia de Firestone, Delphy planteará que las mujeres constituyen una clase social porque es su trabajo el que es explotado en el modo de producción doméstico (que coexiste con el modo de producción capitalista) y no su capacidad reproductiva anatómica. Luego señalará que los niños y ancianos del sexo masculino, también estarían integrados en esta clase explotada, reforzando la idea de que la definición de las clases del modo de producción doméstico es social y no biológica. Como señala la feminista Cinzia Arruzza, en el debate de los años 70, entre quienes postulaban una clase sin género y, por otro lado, un género sin clases, surge una tercera posición representada por Delphy entre otras, que proponen el género como clase.

El título de este célebre ensayo es harto elocuente: para Delphy, los análisis marxistas que subsumían la opresión femenina en la explotación capitalista, ocultaban que las mujeres dormían con el enemigo; que en el control de su trabajo no reconocido de creación de valores de uso para el consumo familiar, regidos por el contrato matrimonial, se encuentran los verdaderos fundamentos estructurales de la explotación patriarcal de las mujeres.

Al igual que las feministas marxistas autonomistas italianas de esa época, le atribuye un carácter productivo al trabajo gratuito de reproducción social, que realizan mayoritariamente las mujeres. También coincide en no distinguir entre explotación (de clase) y opresión (de género), ya que toda dominación se subsume a lo primero. Ambas tendencias denunciarán que el marxismo tradicional invisibilizaría la relación entre el trabajo gratuito de reproducción de la fuerza de trabajo y el trabajo productivo que permite, al capitalista, la extracción de plusvalía.

Pero, como ya señalamos en otro artículo, "de esta misma definición, francesas e italianas extraen conclusiones opuestas." Para las feministas autonomistas italianas, la esclavitud no asalariada permite la reproducción de la esclavitud asalariada, beneficiando al capitalismo. Algo bien diferente de lo que concluye Delphy, para quien el beneficiario directo del trabajo doméstico gratuito de las mujeres son los hombres de su familia. Por eso, en el hogar es donde se desarrolla la contradicción principal: ya sean burguesas o proletarias en el modo de producción capitalista, todas las mujeres estarían sometidas a una explotación específica en el modo de producción patriarcal, donde los hombres constituyen la clase explotadora. Por lo tanto, para enfrentar esta explotación doméstica, la sororidad entre mujeres debe estar por encima de aquellas otras contradicciones que las dividen en diferentes clases sociales del sistema capitalista.

Por eso, aunque Delphy parte de asumir el método del materialismo histórico para rebatir los argumentos de la izquierda sobre la opresión de las mujeres, que consideraba erróneos, en su propio desarrollo lo termina transformando radicalmente en otra teoría que se aleja y se opone por el vértice al marxismo.

Pero más allá de las profundas divergencias teóricas y políticas que tenemos con la corriente del feminismo materialista francés fundada por ella, afirmamos que Christine Delphy sigue siendo, a sus 81 años, una destacada personalidad de las luchas anticapitalistas, antipatriarcales y antirracistas, que alza su voz contra las opresiones perpetradas por el estado imperialista francés, incluso aquellas que ejerce en nombre de los derechos de las mujeres y que, lamentablemente, suelen ser acompañadas por otras encumbradas feministas que le son funcionales.


Andrea D’Atri

Nació en Buenos Aires. Se especializó en Estudios de la Mujer, dedicándose a la docencia, la investigación y la comunicación. Es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Con una reconocida militancia en el movimiento de mujeres, en 2003 fundó la agrupación Pan y Rosas de Argentina, que también tiene presencia en Chile, Brasil, México, Bolivia, Uruguay, Perú, Costa Rica, Venezuela, EE.UU., Estado Español, Francia, Alemania e Italia. Ha dictado conferencias y seminarios en América Latina y Europa. Es autora de Pan y Rosas. Pertenencia de género y antagonismo de clase en el (...)

X