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Chubut: crónica de un triunfo popular contra la megaminería

Ariel Iglesias

Martín Saez

PANORAMA
Foto: Aníbal Aguaisol

Chubut: crónica de un triunfo popular contra la megaminería

Ariel Iglesias

Martín Saez

Ideas de Izquierda

En pleno diciembre el gobernador Mariano Arcioni, con el apoyo del régimen político provincial, impulsó entre gallos y medianoche que se votara en la legislatura la zonificación minera el 15 de diciembre. Para alcanzar el mágico número 14 votos, la cantidad necesaria para aprobar la ley, contó con los votos del bloque oficialista provincial y legisladores del Frente de Todos, mientras los de Juntos por el Cambio se ausentaban.

Se repetía en la provincia el escenario de Mendoza en 2019, cuando el gobernador Suarez con el apoyo del Frente de Todos impulsaba la derogación de la ley 7722, la ley del agua, para permitir el uso de cianuro y otras sustancias tóxicas en la actividad minera. La lucha logró derrotar este ataque y reestablecer la ley que defiende el agua, propiciándole la primera derrota al gobierno nacional y a la oposición de Junto por el Cambio que impulsan el extractivismo en todo el país.

La votación final de 14 a favor, 11 en contra y 2 ausentes llenó de algarabía a la multinacional minera Canadiense Pan American Silver, que vio subir sus acciones en Wall Street. Así también festejó el gobierno nacional de Alberto Fernández y del Frente de Todos, que se declaró un gobierno pro minero, para pagar al FMI la deuda externa ilegítima, fraudulenta e ilegal. La lucha persistente, masiva y popular, derrotó el intento del gobierno provincial, que pensó que una votación en una legislatura vallada y rodeada de policías era suficiente para vencer la tradición de lucha de dos décadas contra la megaminería. Y también contra la entreguista burocracia sindical de los gremios pro-mineros como Camioneros, UOCRA o Petroleros que, tras amenazar con marchar a Rawson para bancar el proyecto de ley, estaban haciendo números pensando en los beneficios económicos que iban a recibir cuando se aplicara la ley.

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Pero la alegría les duró poco, porque este ataque del gobierno que había sido repudiado en las elecciones legislativas del 14 de noviembre donde apenas superaron el 10% de los votos –casi el mismo porcentaje que sacó el FITU en varias localidades–, se transformó en un catalizador que unió en las calles a las asambleas ambientales, junto a miles de jóvenes desocupados o precarizados de las barriadas populares de Rawson y que luego se extendió a todas las ciudades y a sectores de trabajadores, y sindicatos como docentes, salud, judiciales, entre otros que tuvieron sus salarios congelados durante casi dos años y que recién en octubre de 2021 recibieron un 10 % de aumento salarial. Y también llegó a las fábricas, barcos y puertos de la capital provincial que en plena faena de la temporada de langostinos rompieron el silencio y en sus lugares de trabajo empezaron a decir esta ley no pasará, y pararon la producción desde el sábado 18 hasta que cayó la ley. La participación de este sector de trabajadores encabezados por sus sindicatos, constituye un factor novedoso muy importante –ya que nunca se habían unido a la lucha ambientalista– contribuyendo a la derrota del gobierno.

La bronca acumulada por la desigualdad social, la pobreza creciente y la falta de trabajo se transformó en lucha. Miles se fueron auto-convocando en la legislatura y ese miércoles 15 de diciembre será recordado como el día en que la furia obrera y popular se enfrentó con todas las instituciones de esta democracia para ricos y así ardieron la Casa de Gobierno, representación del poder político, el Tribunal Supremo de Justicia representación de la casta judicial que avala con sus fallos la política de los gobiernos, y el fuego alrededor de la Legislatura era un claro mensaje a esa institución que había votado la odiada ley. Hacían recordar el fuego del Santiagueñazo.

La brutal represión que ordenó el gobernador Arcioni, las detenciones ilegales realizadas sobre activistas y manifestantes, que fueron encerrados en la Legislatura durante horas, no alcanzaron para derrotar y desactivar la revuelta que se había iniciado, por el contrario, fue un nuevo aliciente para fortalecer la pelea hasta que caiga la ley. Rápidamente se planteó la demanda de que el gobierno vete la ley, pero el gobernador decidido a avanzar con la megaminería, el jueves 16, promulgó la ley y sobre las cenizas humeantes de la Casa de Gobierno, abrió paso a la entrada en escena de sectores significativos de la clase trabajadora, abriendo paso a una situación que se fue desarrollando en una rebelión obrera y popular en toda la provincia.

Simultáneamente, el humo que emergía de Fontana 50, la Casa de Gobierno, llegó a las pantallas de todo el país, como un anticipo de lo que vendrá si quieren avanzar con el extractivismo para “honrar” la deuda externa. Y miles en todo el país empatizaron con esta lucha en defensa del agua y el territorio. Y en el Congreso de la Nación retumbó la voz de las y los diputados del FITU, que en medio del silencio cómplice de los bloques mayoritarios que impulsan la megaminería, se plantaron en apoyo al pueblo trabajador de Chubut y repudiaron la represión y la ley que se acababa de votar en la Legislatura provincial.

Promulgación y furia popular

La promulgación de la ley abrió un segundo momento en las jornadas que se vivieron en toda la provincia. El pueblo trabajador y la juventud también redobló la apuesta y por miles se sucedieron movilizaciones en Rawson, uno de los epicentros de la batalla del agua, en Trelew, en Esquel, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, Sarmiento, la Comarca Andina y también en las comunidades y pueblos de la meseta se desarrollaba la movilización.

Nuevamente en la ciudad Capital la policía reprimió la movilización y nuevamente surgió una primera línea, compuesta por jóvenes desocupados y precarizados, trabajadores y ambientalistas que enfrentó la represión y mantuvo viva la llama de la lucha. En las otras ciudades miles ganaban las calles y exigían que se derogue la ley, la libertad de los detenidos y empezaba a escucharse “que se vayan todos” y “fuera Arcioni”, a 20 años de las jornadas revolucionarias del 2001 que tiró al gobierno de De La Rúa, las mismas consignas se oían en las calles de Chubut.

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Irrupción obrera, inicios de auto-organización

Viernes 17 de diciembre los sindicatos portuarios anuncian un paro a partir del sábado por tiempo indefinido, un hecho nuevo y de enorme magnitud, ya que la actividad marítima y portuaria junto a las empacadoras de langostinos son una actividad central de la provincia, y concentra a casi 10 mil trabajadores, siendo luego de la actividad petrolera la más importante, tanto económicamente como por la importancia de este sector para la clase trabajadora.

El gobernador Arcioni, en una nueva provocación al salir de una conferencia de prensa en la humeante Casa de Gobierno manifestó “no voy a retroceder, no lo hice nunca y tampoco lo voy a hacer ahora”. Por la tarde nueva represión policial, esta vez en el edificio de la Municipalidad de Trelew. La juventud resiste la embestida policial y se reagrupa primero en el Hospital de la ciudad y luego avanza hacia la plaza Independencia llegando a 1 cuadra, donde se mantiene organizada, y debate como continuar. Se convoca a la primera asamblea de lucha en el gimnasio número 2 de la ciudad y empieza a emerger una nueva instancia democrática de auto-organización.

En medio de esta tendencia creciente a la irrupción de las masas en la vida política, el PTS en el FITU impulsó la solidaridad activa en todo el país, y fueron llegando trabajadores y jóvenes precarios y estudiantes, desde Neuquén y Río Negro, una delegación integrada por Andrés Blanco, obrero de Zanon y diputado provincial, Esteban Martine, concejal electo de la ciudad de Neuquén, por Flor estudiante de la universidad del Comahue y Laura Santillán, docente y referente del PTS de Río Negro. El domingo viaja el diputado nacional por Jujuy, Alejandro Vilca, quien participa de las movilizaciones en Trelew y Rawson donde expresa su solidaridad y donde decenas de trabajadores, jóvenes e integrantes de la comunidad Mapuche-Tehuelche intercambiaron con él las perspectivas de la lucha en curso, siendo además reflejada su llegada en Canal 12 de Trelew y Radio Cadena 3 Patagonia entre otros medios. El lunes llegan a la provincia Guadalupe Oliverio y estudiantes universitarias de la juventud del PTS, referentes de la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones y finalmente, el día martes llega Sandro Salazar, obrero de Madygraf, quien fue votado en asamblea para viajar y llevar la solidaridad de las y los trabajadores de la fábrica bajo gestión obrera.

Como en toda la provincia, las movilizaciones del sábado duplican en cantidad, en la ciudad de Rawson, los sindicatos portuarios, marítimos, docentes, de la salud y judiciales junto a las asambleas ambientales anuncian que se inicia el paro hasta que caiga a ley de zonificación y la ley de pesca y se convoca a un paro y marcha provincial para el lunes 20 de diciembre.

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Lo nuevo de esta jornada, es que el gobierno había retirado a la policía de las calles ante la resistencia que se empezaba a desarrollar reconociendo la fuerza de la movilización. La unidad obrera y popular en desarrollo empezaba a teñir la situación, se profundiza la crisis del gobierno y del régimen, se plantea la necesidad de avanzar en la huelga general hasta que caiga el gobierno. Este camino de echar a Arcioni estaba ligado a luchar por imponer una Asamblea Constituyente provincial con plenos poderes para discutir los problemas estructurales de la provincia, empezando por la prohibición de la megaminería, que serán inseparables de una política a nivel nacional para que la crisis la paguen los grandes empresarios.

Nuevas movilizaciones el domingo, más masivas aun, preanuncian que el lunes va a ser un día decisivo. Se anuncian piquetes y corte sobre la ruta nacional 3 y 40. Se suma al paro el sindicato de la alimentación (STIA) y se convoca a un paro y marcha provincial en Rawson.
Esta acción simultanea que se desarrolla el lunes 20 golpea al gobierno y lo pone a la defensiva. Se anuncia que se va a suspender la ley y convocar a un plebiscito. La respuesta es inmediata “no queremos suspensión, derogación” y “el pueblo de Chubut ya decidió, no es no”.

Un medio al servicio de la lucha

En estos días, desde La Izquierda Diario, reflejamos la rebelión obrera y popular en curso con emisiones en vivo, decenas de notas y poniendo a debate la perspectiva para triunfar, no solo en la provincia, sino aportando a la nacionalización del conflicto. Esta cobertura no la podríamos haber desarrollado sin la colaboración de decenas de corresponsales en toda la provincia que nos enviaban videos, audios y comentarios, funcionando como un elaborador colectivo y amplificando la voz de la izquierda en la provincia.

Cae la ley de zonificación minera ante la fuerza de la unidad obrera y popular

En medio de las movilizaciones, coincidentes con el 20 aniversario de las jornadas revolucionarias del 2001, Arcioni anuncia que presentará un proyecto para que se derogue la ley, sin incluir la propuesta de plebiscito. Es el último recurso para frenar las movilizaciones y evitar caer por la movilización obrera y popular. La sesión legislativa del 21 de diciembre derogará la ley por el voto unánime de los 27 legisladores.

Miles de trabajadores portuarios, de la alimentación, estatales, jóvenes e integrantes de las comunidades Mapuche-Tehuelche rodearon la legislatura y marcharon hasta la Casa de Gobierno para festejar el triunfo que logró derrotar la ley de zonificación minera.

Conclusiones

La rebelión obrera y popular mostró nuevamente que contra toda resignación que nos quieren imponer desde el gobierno nacional de que hay que aceptar el ajuste, pagar la deuda externa y bancarnos el hambre y la pobreza, el pueblo trabajador de Chubut mostró que la relación de fuerzas se construye en las calles, autoorganizados y desarrollando la unidad obrera y popular.
Esa fuerza social logró derrotar un aspecto central no solo de la política del gobierno provincial sino también del gobierno nacional al servicio de pagar la deuda externa.

Y se transformó en una derrota política del gobierno provincial y nacional que se ganó en las calles, con los paros de sectores estratégicos de la clase trabajadora, con piquetes, movilizaciones. El triunfo de la lucha contra la zonificación minera, fortalece a las asambleas en defensa del agua y el territorio, a la clase trabajadora y la juventud de la provincia, sino que fue un mensaje potente para millones que en todo el país no se bancan más esta situación económica y social. Pero a su vez fue un mensaje a los gobiernos, a los capitalistas y al FMI de que el ajuste que quieren llevar adelante va a enfrentar una dura resistencia cuya primera batalla se libró en Chubut y la ganó la clase trabajadora y el pueblo pobre.

En las calles de Chubut, en la batalla por el agua, se evidenció la ruptura de amplios sectores de la población con el gobierno provincial y nacional, que junto a la crisis social y económica que está en curso desarrolló lo que Gramsci llama crisis orgánica, y a su vez puso en evidencia los elementos prerrevolucionarios que anidan en la situación nacional.

Esta emergencia de la juventud precarizada y desocupada, de las y los obreros de la pesca y la alimentación, de los estatales abre el escenario, más allá del triunfo de esta batalla, de un nuevo momento político en la provincia como se manifestó ante los despidos en Cabo Vírgenes en Rawson y la respuesta de las y los trabajadores que bloquearon la fábrica obligando al ministerio de trabajo a decretar una conciliación obligatoria por 15 días o en la movilización de los trabajadores del supermercado Yaguar en Trelew por un bono de fin de año.

Los desafíos de la izquierda clasista

Los militantes del PTS en el Frente de Izquierda junto a decenas de colaboradores que participamos de esta batalla impulsando la unidad obrera y popular junto a intentar desarrollar nuevas formas democráticas de auto-organización como incipientemente se desarrolló en la asamblea de lucha de Trelew.

Apostamos a seguir desarrollando asambleas democráticas de lucha, espacios donde las y los trabajadores, la juventud y las asambleas ambientales debatan y voten un programa de lucha a la altura de la guerra que nos declararon, para con la fuerza que demostramos en estos 7 días de diciembre, nos preparemos para las próximas peleas por venir, como anunció la vocera del presidente, Gabriela Cerutti, al decir que “la megaminería no afecta el agua”.

A su vez, la izquierda clasista y socialista, que pelea por la independencia de clase, que obtuvo un gran resultado electoral en las recientes elecciones del 14 de noviembre, superando el 8,5% en la provincia y es tercera fuerza nacional, tiene el desafió de emerger como una fuerza orgánica de los sectores más explotados y oprimidos, en la juventud ambiental y en el conjunto de las y los trabajadores para preparar la próxima batalla.

La unidad expresada entre el movimiento ambiental, la juventud, los trabajadores y sindicatos y las comunidades Mapuche-Tehuelche mostró la alianza capaz de derrotar los planes extractivistas de los capitalistas y su Estado.

El PTS, que desarrolló una intensa actividad en estas jornadas, apuesta a confluir en toda la provincia con decenas de ambientalistas, jóvenes y trabajadores en la tarea estratégica de construcción de partido. Un partido revolucionario, que se prepara en estas batallas en la perspectiva de confluir la clase trabajadora y el pueblo pobre para derrotar a este régimen social y político de entrega y sumisión, porque de lo que se trata no es solo resistir, sino prepararnos para vencer.


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Ariel Iglesias

Nació en Buenos Aires en 1969. Es docente (jubilado). Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Escribió en Ideas de Izquierda "La Educación en el país de los soviets"; "Chubut: Crónica de un triunfo popular contra la Megaminería". Escribe y edita La Izquierda Diario+ en Chubut.

Martín Saez

Docente | Referente del PTS Chubut | @martinsaez.pts