Detecta el virus en poco más de una hora mediante la técnica LAMP, que requiere un kit más básico. Según se anunció, podrían producirse 100 mil determinaciones semanales, lo cual es clave para el testeo masivo.
Sábado 16 de mayo de 2020 00:42
Un equipo de investigación del ICT Milstein – CONICET/Cassará, dirigido por Adrián Vojnov e integrado por Carolina Carrillo, Luciana Larocca y Fabiana Stolowicz consiguió desarrollar un test para detectar la presencia del virus Sars-Cov-2 en poco más de una hora, con un kit básico mínimo y un costo mucho menor que los test que de RT-PCR que se viene desarrollando en el Malbrán y otros centros desde los comienzos de la pandemia .
Se trata de un desarrollo importantísimo por parte de las y los científicos de dicho instituto y es una muy buena noticia en términos sanitarios, ya que permitiría llevar adelante el testeo masivo necesario para dirigir racionalmente una estrategia de distanciamiento social, tal como como viene planteando el Frente de Izquierda desde el inicio de la pandemia, y que adquiere una urgencia aún mayor en momentos en que la curva de contagios en barrios populares se viene disparando.
El nuevo test de diagnóstico utiliza la técnica RT-PCR isotérmica o “LAMP”. Se trata de un test que detecta partes del genoma viral en muestras de hisopado a partir de su amplificación mediante un proceso similar al de RT-PCR pero que utiliza temperatura constante y un diseño de “primers” de tipo loop que reduce los tiempos enormemente, asegurando los investigadores que en un poco más de una hora se tienen los resultados.
La técnica tradicional de RT-PCR requiere alternar temperaturas, una temperatura de alrededor de 50-60°C para que se unan los “primers” (pequeñas secuencias que se unen a las zonas del genoma que queremos amplificar) y se genere una copia, y luego una temperatura de 95°C para que la nueva copia se “desprenda” y sirva de molde para generar más copias. Esto se repite sucesivas veces logrando la amplificación necesaria para detectarlo. La técnica LAMP tiene un diseño especial de “primers” y enzima que luego del copiado generan un rulo que hace que se puedan seguir haciendo copias de forma continua a 65°C, sin necesidad de todas las variaciones de temperatura antes mencionadas.
Este tipo de test ya habían sido desarrollados en los EEUU por la empresa norteamericana Abbot, que da resultados en 15 minutos, pero utilizando un aparato que comercializa y que por ahora Trump solo permite utilizar en ese país. Este desarrollo científico, por sus características y accesibilidad puede significar un importante paso en la lucha mundial contra la pandemia de coronavirus.
El anuncio se realizó en una conferencia de prensa con la presencia del ministro de ciencia, Roberto Salvarezza, la Directora del CONICET, Ana Franchi y de Salud, Ginés González García, con la presencia de dos de los investigadores, donde presentaron el Neokit-Covid-19, como llamaron al nuevo kit de diagnóstico rápido. Más temprano en la tarde, se reunieron con Alberto Fernández en Olivos, quién grabó un anuncio. También participaron el jefe y vicejefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli.
Allí se resaltó que podrían realizarse 100 mil determinaciones por semana, lo cual posibilitará realizar un testeo masivo, e incluso que habiendo abastecido la demanda interna se podrá exportar.
También se explicó que el ANLIS-Malbrán contribuyó con la provisión de las muestras de ARN purificado de pacientes positivos y negativos para el test de validación y que si bien el proyecto se realizó con fondos públicos y estuvo a cargo del equipo del ICT Milstein mencionado, la presencia de Santiago Werbajh es por parte de la Fundación Cassará y el laboratorio privado del mismo nombre.
Es que según resaltaron Fernández, Salvarezza y González García, todo lo referido a la producción, como el número de determinaciones que se produzcan e incluso el costo quedará en manos del laboratorio privado. Lo cual deja en manos de una empresa la posibilidad de poder realizar en tiempo y forma el número necesario de testeos.
Esta situación pone de relieve la necesidad de la nacionalización bajo control de sus trabajadores del sistema de producción científica, de modo de disponer de estos desarrollos según las necesidades sanitarias del conjunto de la población.