Este lunes 4 de junio, se completó el despido de todos los y las trabajadores de la fábrica de ExBol confirmando su vaciamiento y cierre. Lamentablemente ni la Federación de Fabriles ni los dirigentes del sindicato, durante estos últimos meses, en que la empresa ya había iniciado el vaciamiento de máquinas y equipos hicieron nada. En el mes de mayo fueron 130 trabajadores despedidos, con los despidos de ayer, 350 trabajadores, son más de 400 familias en la calle.
Martes 5 de junio de 2018
Imagen: 4 de junio, trabajadoras de ExBol se encontraron con la fábrica cerrada (Foto: RENNO)
Las y los trabajadores de ExBol (Exportadores Bolivianos S.A.) han visto cómo sistemáticamente vaciaron la fábrica de producción de joyas. Desde la base se intentó en reiteradas oportunidades exigir la convocatoria a asambleas de emergencia para defender la fuente de empleo, sin embargo, el sindicato asociado a los empresarios no sólo resistió estas exigencias sino que incluso en una actitud abiertamente policial y pro-empresarial amenazó con responsabilizar del despido a las y los trabajadores de base que exigían esta convocatoria.
La Federación Departamental de Trabajadores Fabriles de La Paz (FDTFLP), encabezada por el militante del Gobierno, Mario Segundo, junto con Pacosillo de la Confederación de Fabriles y Víctor Quispe de la COB (Central Obrera Boliviana), vienen actuando desde las máximas instancias sindicales como lugar tenientes de los empresarios, evitando que las y los trabajadores salgan a la lucha en defensa de sus fuentes de empleo y cuando no pueden evitarlo, como sucedió en INCERPAZ, rodean estos conflictos para garantizar su aislamiento y conducir a la derrota.
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Por otro lado, la situación de Exbol también desnuda la falacia de la Ley de Empresas Sociales. Los trabajadores de base en todas las reuniones que fueron sosteniendo comprendieron que ni siquiera esta ley podía ayudarlos a preservar su fuente de empleo ya que en realidad conducía a un agravamiento de la situación laboral de las y los trabajadores al tener que asumir ellos las deudas y la compra de los activos de la fábrica quebrada.
Lamentablemente lo sucedido con ExBol, y los más de 400 despidos sin lucha, es un nefasto antecedente que plantea en forma urgente la necesidad de que las y los trabajadores se organicen desde abajo para recuperar la independencia política de sus organizaciones sindicales, expulsar a los dirigentes corrompidos y reestablecer la democracia obrera con el objetivo de discutir la resistencia a los crecientes despidos en la industria y particularmente en el sector fabril.
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