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Red Internacional
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Mundo Obrero. Cinpal, fábrica tomada en Tandil: La lucha continúa

Ante la ausencia de respuestas por parte de la firma brasileña Cinpal, los 40 trabajadores de la sucursal en Tandil, han decidido continuar con la toma de la planta, y cortar la entrada de vehículos al Parque Industrial de Tandil (PIT) donde funciona la fabrica, realizando un piquete como medida de lucha.

Jueves 11 de agosto de 2016

En declaraciones a la prensa el secretario general de la UOM, Carlos Romano, manifestó que el jefe de Gabinete del Municipio de Tandil Mario Civallieri (Cambiemos- UCR) los había citado a una reunión en la que les mostró a los trabajadores una nota, supuestamente de Joaquim Carvalho, responsable del grupo inversor de Cinpal, en la que instaba a los representantes gremiales y a los delegados a viajar a Buenos Aires. Sucede que el mencionado Carvalho, no ha aparecido en ninguna de las 4 audiencias realizadas en el Ministerio del Trabajo, y ni siquiera se encuentra en el país. Ante esta realidad tanto Romano, como los 40 trabajadores de la planta han calificado, a la nota y a la supuesta invitación como “una tomada de pelo”.

El municipio de Tandil, dirigido por el eterno Miguel Lunghi, lejos de solidarizarse y apoyar la lucha, como pretendió simular que hacia en un comienzo, ha judicializado la lucha de los obreros. En concreto el coordinador de Comercio, Industria y Servicios, Marcos Guazzelli, declaró que presentarían una acción de amparo- que ya han concretado- para que se garantice la libre circulación y el ingreso al Parque Industrial.

El ninguneo al que están siendo sometidas 40 familias de trabajadores, a las que le adeudan 2 meses de sueldo y aguinaldos, es avalado por el ejecutivo municipal, quien solicita a los obreros que “deben tener paciencia”.

Desde el PTS en el Frente de Izquierda junto a distintas organizaciones políticas y sociales manifestamos nuestra solidaridad y apoyo a la lucha que están realizando los trabajadores de Cinpal, que pese a la extorsión de los poderosos para desgastarlos, y la complacencia del poder político que avala dichas maniobras, mantienen sus reivindicaciones y no claudican.