Llegada la vacuna se vuelve a situar el debate del retorno a clases como principal tema controversial, donde la postura del gobierno se ve cada vez más obstinada con realizar una modalidad presencial, sin tomar en cuenta las condiciones en las que se encuentran los liceos, escuelas y jardines infantiles del país.
Viernes 19 de febrero de 2021
Desde que comenzó la pandemia de covid-19 que el retorno a clases presenciales se volvió la obsesión del ministro Figueroa, ahora con la llegada de la vacuna, esto no ha hecho más que aumentar, tomando como principal argumento para un retorno a clases presenciales, la vacunación de las y los trabajadores de la educación y así poder retornar a las aulas el 1 de marzo como estaban vaticinando desde mucho antes.
Pero ¿Qué tiene de malo este plan? Si consideramos que se necesitan dos dosis de la vacuna para asegurar inmunidad y que estas dosis tienen una diferencia de 21 a 28 días de intervalo para su colocación, esto nos deja en evidencia que es imposible que todos los trabajadores de la educación se encuentren vacunados para antes del 1 de marzo, por lo que tomando en cuenta que el plan de vacunación no se condice con las fechas estipuladas por el Mineduc, tampoco existe la cantidad suficiente de vacunas en las diferentes regiones del país, por lo que existe además de una descoordinación, también una falta de insumos para llevar a cabo la vacunación.
Sin embargo, esos no son todos los problemas que existen respecto al retorno a clases, también debemos tomar en consideración las dificultades que pasaron las y los trabajadores de la educación en el 2020, donde se vieron expuestos a un agobio laboral mucho mayor, sin estabilidad laboral y con descuentos en sus sueldos y el no pago de cotizaciones, además de utilizar sus propios recursos para la realización de las clases en línea, donde la gran mayoría de los estudiantes no tenía una conexión a internet estable o sencillamente no tenía conexión a internet, producto de las suspensiones y despidos que tuvieron que sufrir sus padres, dificultando aún más la labor docente.
Pese a todas estas dificultades para realizar sus labores, personajes como Iván Moreira se han pronunciado en contra de las y los docentes diciendo: “Muchos han estado de vacaciones todo el año” , desmereciendo el trabajo realizado durante el año pasado en el contexto de pandemia, como también el Ministro de Economía Lucas Palacios exclamó: “Llama la atención que los profesores busquen por todas formas no trabajar”, dejando en evidencia la poca estima que existe hacia los trabajadores de la educación por parte de algunos principales rostros de la derecha.
Ante este debate, el ministro de Educación Raúl Figueroa dijo: “En educación y en Chile se polarizó demasiado el debate educativo, se ideologizó, se hizo de la educación una trinchera y yo creo que ese el peor error que se pudo haber cometido en nuestro país y la peor receta para salir de una situación difícil como la que tenemos hoy día con el Covid” . Sin mencionar en ningún momento el verdadero estado en el cual se encuentran los liceos y colegios a lo largo del país.
¿Qué se necesita para un verdadero retorno a clases?
Pese a que existe la vacuna que disminuye las posibilidades de sufrir los síntomas más graves de la enfermedad, se sigue corriendo un riesgo, ya que las condiciones en las cuales se encuentran varios liceos y colegios públicos son deplorables y podrían facilitar los contagios.
Es por lo que se necesita discutir entre las y los trabajadores de la educación, cuáles deben ser las condiciones mínimas para el retorno a clases, según las características de cada establecimiento, además de asegurar estabilidad laboral para las y los trabajadores de la educación, prohibiendo los despidos en pandemia y asegurando el pago de las cotizaciones.
Además, se debe contar con medidas sanitarias a la altura del contexto, que permitan a las y los estudiantes un verdadero resguardo de su salud, junto con los espacios necesarios para respetar la distancia social.
Es mas que necesario que podamos organizarnos como apoderados, trabajadores de la educación y estudiantes, levantando comisiones de higiene y seguridad, para poder exigir nuestros derechos y resguardar la salud de todos. Porque las escuelas se abren con recursos, no con discursos.
