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El Círculo Rojo. Claves de la discusión sobre bimonetarismo y dolarización

¿Qué proponen Milei y Tetaz? ¿Qué ideas tiene CKF? ¿Por qué faltan dólares? Columna de economía de El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario en Radio Con Vos, 89.9. En texto y audio.

Pablo Anino

Pablo Anino @PabloAnino

Viernes 23 de septiembre de 2022 09:54

  • La inflación indomable, que va a rozar o superar el 100 % cuando termine el año, y las devaluaciones que siempre están a la vuelta de la esquina, instalaron el debate sobre qué hacer con el peso argentino.
  • En un extremo, Javier Milei, que siempre tiene una solución “sencilla” para problemas complejos, propone la dolarización plena de la economía.
  • En estos días, se sumó otra propuesta, algo más moderada: Martín Tetaz habló de implementar una convertibilidad con referencia en el real brasileño para “sepultar el peso definitivamente”.
  • Meses atrás, en Chaco, Cristina Fernández de Kirchner, se preguntó: “¿Qué es la economía bimonetaria?”. Y respondió: “Muy simple. La importancia del dólar en forma total y absoluta en la formación de precios”.
  • Hay quienes interpretaron que esa reflexión de la vicepresidenta tenía por detrás la idea de implementar algún cambio en el régimen monetario: desde un plan de estabilización, pasando por un cambio de signo monetario, hasta llegar a una oficialización del dólar para algunas operaciones, o una combinación de estas medidas.
  • Entre economistas heterodoxos existe una discusión y se dibujan algunas propuestas, algo de esto se expresa en dos artículos publicados por el Dipló.

¿Qué es el bimonetarismo?

  • En Argentina existe una realidad donde el peso se utiliza como medio de cambio (para la compra venta) y parcialmente como unidad de cuenta (referencia para precios).
  • Pero no se utiliza como depósito de valor (para el ahorro). A la hora de ahorrar, es decir, de conservar el valor, desde los grandes capitalistas hasta los sectores medios que mantienen alguna capacidad de ahorro, todos corren al billete verde, por las ventanillas legales y también por las paralelas.
  • No solo eso. En el intercambio de muchos bienes y servicios el dólar es utilizado como medio de cambio y unidad de cuenta: por ejemplo, en la compra venta de inmuebles (casas, departamentos, etcétera).

¿Cuáles son las causas del bimonetarismo?

  • En principio, no hay que buscarlas en determinadas políticas económicas: por ejemplo, en el nivel de la tasa de interés, en la política presupuestaria deficitaria o en la emisión monetaria. Aunque, obviamente, esas políticas influyen en que el peso argentino sea más o menos débil.
  • El bimonetarismo tiene entre sus causas una estructura económica dual con un sector agropecuario con alta productividad y un sector manufacturero con baja productividad en comparación con las potencias industriales.
  • Del atraso productivo y tecnológico industrial brota la “restricción externa”, que da cuenta de la escasez de dólares para sostener el crecimiento.
  • A esto se suma el peso de los pagos de la deuda externa, la formación de activos externos (la “fuga”) y la remisión de ganancias de las empresas multinacionales en una economía cada vez más extranjerizada: todo esto es una aspiradora de dólares que se van del país.
  • Es decir, que si lo que se busca es una moneda fuerte, habría que cambiar esta estructura económica, reorganizar la producción sobre nuevas bases, terminar con el dominio de los centros financieros internacionales y de las empresas multinacionales.
  • Pero, esto casi nadie lo quiere debatir. Por lo cual, es importante entender a dónde conducen las iniciativas que surgen del régimen político capitalista.

¿Cuáles son las consecuencias de las propuestas en debate?

  • La dolarización de Milei iría acompañada de una devaluación gigantesca del peso argentino. Un ejemplo ilustra el punto: actualmente, la base monetaria, que es un pasivo del Banco Central, es de 4 billones de pesos.
  • Para transformarlos a dólares, al tipo de cambio mayorista actual de $145, se necesitan más de U$S27 mil millones. El Banco Central no los tiene.

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  • Algunos analistas dicen que las reservas netas son de alrededor de U$S4 mil millones, por lo cual, para transformar los pesos a dólares, el tipo de cambio oficial tendría que subir a $1.000. Esto implica una devaluación inédita que destruiría los salarios y las condiciones de vida del pueblo trabajador.
  • Por último, pero no menos importante, la dolarización significa la pérdida absoluta de la soberanía monetaria.
  • La convertibilidad, como la de Domingo Cavallo durante la década de 1990, implica una dolarización parcial. Las consecuencias las vimos concentradas en el año 2001 con el estallido social. Una convertibilidad con el real brasileño, como propone Tetaz, sería una política similar, pero más degradada, atada a una moneda más débil que el dólar.
  • Los planes de estabilización, como se deduce que podría optar en algún momento el Frente de Todos, siempre implicaron devaluación y ataque a las condiciones de vida. Solo ver el Plan Austral del gobierno de Raúl Alfonsín o el Plan Real de Fernando Enrique Cardoso.
  • Una oficialización de la circulación del dólar junto al peso argentino, una suerte de emulación de la experiencia venezolana de los últimos años, tampoco es neutra: la dolarización de hecho de una gran parte de la economía le permitió a Nicolás Maduro reducir fuertemente la inflación, pero a un costo social terrible.
  • Como resulta evidente, más allá que prometan estabilización, entre las propuestas en debate, no hay soluciones indoloras para las mayorías.

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Pablo Anino

Nació en la provincia de Buenos Aires en 1974. Es Licenciado en Economía con Maestría en Historia Económica. Es docente en la UBA. Milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Es columnista de economía en el programa de radio El Círculo Rojo y en La Izquierda Diario.

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