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Red Internacional
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MÉXICO. Claves del caso “Lesvy”, el feminicidio que indigna a estudiantes y trabajadoras de la UNAM

En la tarde de este viernes miles de estudiantes y trabajadoras de la UNAM y de otras universidades marcharon hacia la rectoría al grito de "No es un hecho aislado, los feminicidios son crímenes de Estado", "No fue la hora ni cómo iba vestida, fue el Estado que es feminicida".

Sábado 6 de mayo de 2017

1. El cuerpo de Lesvy, una joven trabajadora que vivía cerca de Ciudad Universitaria de la UNAM, fue encontrado a las 5.30 de la mañana del 3 de mayo, en las proximidades del Instituto de Ingeniería. Doce horas se tomó la rectoría de la UNAM, encabezada por Enrique Graue, para dar a conocer el hecho. Lesvy subsistía con un pequeño ingreso como paseadora de perros. Era una de las millones de jóvenes que no tuvieron la posibilidad de acceder a la educación superior y que tampoco pudo acceder a un trabajo con prestaciones como vacaciones, aguinaldo, seguro social.

2. La rectoría de la UNAM mantiene una campaña institucional contra la violencia de género, cuyo Protocolo cuestionamos diversos sectores universitarios por los límites que tiene para frenar la violencia como demuestra el asesinato de Lesvy y las más de mil denuncias archivadas en el Tribunal Universitario por acoso sexual y laboral. Graue, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), es indolente al asesinato de una mujer, pero actúa en forma expedita para criminalizar el consumo de drogas en la UNAM y hostigar o sancionar a los estudiantes organizados.

3. Graue asegura que "autonomía no es igual a impunidad": busca aprovechar el caso de Lesvy para intentar quebrar la autonomía universitaria con el acceso de la policía al campus. Como sucedió en la huelga de la UNAM en 1999, cuando el entonces rector Ramón de la Fuente abrió paso para la entrada de la policía federal, que reprimió ferozmente la lucha estudiantil contra el pago de cuotas, considerado la antesala del intento de la privatización de la universidad más grande de Latinoamérica.

4. Consumo de drogas, alcoholismo, inestabilidad laboral, deserción escolar son algunas de las "explicaciones" que ofreció la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México a través de su cuenta oficial de Twitter para el caso de feminicidio de Lesvy. La respuesta se hizo sentir de inmediato: el repudio a las declaraciones oficiales se hizo viral con el hashtag #SiMeMatan. Miles de mujeres se preguntaron, indignadas, “Si me matan, ¿qué dirán de mí?

5. Lo primero que hizo la prensa fue filtrar que se había tratado de un suicidio. Luego dieron amplia cobertura a las acusaciones que se multiplicaron contra Lesvy. Una operación mediática para justificar el feminicidio y todas las formas en las que se expresa la violencia contra las mujeres, alineados con personajes como Marcelino Perelló, académico de la UNAM que en un programa de radio de la misma casa de estudios hace pocas semanas generó una ola de indignación por hacer apología de las violaciones contra las mujeres.

6. En México, hay alrededor de siete feminicidios por día. Son las mujeres de 20 a 39 años las más expuestas a la violencia, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En el mismo informe del Inegi se consigna para las mujeres se utilizan "medios que producen mayor dolor y que prolongan su muerte". La implementación de la Alerta de Violencia de Género -una medida impulsada por el feminismo institucional- no sólo no frenó la violencia contra las mujeres, sino que fortalece la militarización, lo que lleva a profundizar este fenómeno reaccionario.

7. El 24 de abril de 2016 se llevó a cabo la primera gran manifestación contra las violencias machistas. El hartazgo de decenas de miles de mujeres llegó a las calles de las principales ciudades de México. Un hecho histórico en un país famoso por el fenómeno del feminicidio. Fue el inicio de #Ni Una Menos y de #Vivas nos queremos.

8. El antecedente de #Ni Una Menos se dio en la frontera norte. En 2015, las obreras de varias maquiladoras de Ciudad Juárez protagonizaron, junto a sus compañeros, distintas luchas contra el acoso sexual, por el derecho a la sindicalización y por aumento de salarios. Así, de ser víctimas de feminicidios, como sucedió desde la década de 1990, por varios meses pasaron al frente en la lucha por los derechos de las mujeres y de la clase trabajadora.

9. Estudiantes, trabajadoras y académicas, junto a nuestros compañeros, marchamos este viernes 5 de abril por #Ni una Menos y contra las violencias machistas en México, legitimadas por el Estado y sus instituciones. Desde la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas propusimos la formación de una comisión investigadora independiente de las autoridades para esclarecer el crimen de Lesvy y conformar comités para discutir medidas que enfrenten este sistema que crea las bases materiales para la violencia contra las mujeres. Por Lesvy y por todas nosotras, que no estamos dispuestas a ser víctimas impotentes. Que tiemble la tierra como en este 8 de Marzo que pasó. ¡Porque si tocan a una, nos organizamos miles!