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Red Internacional
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Tribuna Abierta. Cloete en los inicios de la educación pública en Coahuila

La información aquí vertida en lo relativo a la escuela rural mixta de Cloete fue obtenida del Fondo de Estadísticas del Archivo Histórico de esta Secretaría de Educación.

Martes 21 de julio de 2020

Imagen: Escuelas Oficiales, Agujita, Coahuila, México, Diciembre 8 de 1929 Archivo Histórico SEDU

Fundado a principios del siglo XX –enero de 1906-, Cloete, en el actual municipio de Sabinas, nació como asentamiento minero y como tal, empobrecido por la voraz codicia de compañías mineras extranjeras establecidas en nuestro país que acumularon enormes ganancias a costillas de las empobrecidas comunidades asentadas sobre los enormes yacimientos de la cuenca carbonífera que cubre dicho municipio.

Estas condiciones de vida, de precariedad, se verán reflejadas en un sin número de aspectos cotidianos, entre ellos el ejercicio educativo; condiciones que atestiguaron invariablemente la existencia de un sistema de privilegios donde el rédito por la explotación del subsuelo carbonífero no estaba del lado de los trabajadores mineros mexicanos; más bien, del lado de empresarios estadounidenses o ingleses como el mismo William B. Cloete, abogado y miembro de una firma londinense que poseía grandes extensiones para la explotación de minas de carbón gracias a un Estado que otorgó concesiones sin límite para la explotación de los recursos naturales como humanos sin consideración alguna (1).

A continuación te presentamos los primeros informes estadísticos remitidos a la entonces Dirección de Instrucción Primaria por el responsable de supervisar la tarea educativa de este Mineral: el Inspector del Distrito de Monclova, Profr. Agustín Boone.

En el primer expediente de la documentación rendida por este mismo Inspector de las escuelas oficiales y particulares del municipio de Sabinas (anterior a él, había desempeñado el cargo el Profr. Celestino C. Campos), correspondiente a los años 1899 – 1910, aparecen hasta el año de 1909 (octubre último) las primeras noticias de que disponemos sobre alguna escuela establecida en Cloete.

En efecto, dicho documento registra la existencia de una escuela particular mixta dirigida por Luisa B. Morales y sostenida (sueldos y gastos) por cuenta de la Compañía “Cloete Coah. Mines”.

Dicha escuela contaba con una población escolar de 68 alumnos repartidos en dos grupos de I y II grados. Como recursos didácticos, disponía solamente con doce libros de lectura para el primer año y 14 para el segundo. La cantidad de los restantes enseres indispensables para la regular conducción de la enseñanza era más que escasa: 12 cuadernos de caligrafía, 6 bancas de madera, 6 escritorios, 1 docena de lápices, dos pizarrones, 1 resma de papel, 50 portaplumas, 8 tinteros y una caja de gises.

Las materias impartidas para los dos grados escolares eran: Lectura, Ejercicios de Lenguaje, Moralidad y Urbanidad, Enseñanza Intuitiva, Aritmética y Geometría, Dibujo, Canto, Ejercicios Físicos y Trabajos Manuales. Geografía, Historia Patria y Caligrafía se añadían al plan de materias del segundo grado escolar.

Aunque para septiembre de 1911 la asistencia escolar se había incrementado a 154 alumnos distribuidos ahora en tres grados dirigidos por un Director titulado en el Ateneo Fuente y una Ayudante no titulada, lo cierto es que las condiciones de dicho establecimiento siguieron siendo precarias según el parte que en diciembre del mismo año rinde el Inspector de esa zona escolar:

“La escuela mixta de Cloete está en muy malas condiciones: no posee en cuestión de mobiliario sino unas cuantas bancas incómodas. Estas bancas fueron construidas este año. Me dice el Director de la Escuela que a principios del año escolar la mayor parte de los niños tomaban asiento en el suelo. Recomendé a los profesores de esta escuela que procuren el que los niños al menos hagan por ejemplo un ejercicio en el pizarrón para que en grupos de 15 ó 20 permanezcan en pié con el fin de obligarlos a cambiar de posición para que consigan algún descanso.”

El Director de esta escuela mixta se llamaba Juan de la Cruz R. y la maestra ayudante María de J. de la Cruz.

El subsiguiente período de tiempo -y que va de 1912 a 1915- permanece desconocido, la información es nula, no está registrado informe alguno. Sin embargo, las circunstancias poco alentadoras de finales de 1911 poco variaron para 1916. Las condiciones materiales o de infra-estructura para la producción de carbón se mantuvieron regulares o francamente malas (2); el desempeño docente, poco aportaba al abatimiento del inmemorial rezago educativo y las autoridades estatales aún no contaban con los recursos financieros suficientes para sufragar los gastos generados por la educación pública como lo eran los sueldos de profesores, materiales didácticos y el mantenimiento de edificios escolares dejando, con ello, casi en su totalidad, en manos de las compañías mineras que operaban en la región el sostenimiento económico de las escuelas.

Así, al comenzar el reflujo de la marea revolucionaria, las condiciones mínimas indispensables para un mediano crecimiento educativo parecían evaporarse. Si durante el primer decenio de ese siglo XX los intentos por llevar la escuela pública a los coahuilenses resultaron poco satisfactorios, los tiempos violentos de la revolución terminaron por llevar a la instrucción elemental a un estado deplorable.

No solo la actividad económica se encontraba semi paralizada; los gobiernos recién emanados del movimiento armado poco podían por asegurar la continuidad y supervisión de la tarea educativa no sólo en la capital del Estado, sino en regiones tan apartadas como lo fue la región carbonífera, donde el abandono de la escuela era más que lastimoso.

Así lo consigna el expediente de los informes estadísticos rendidos por los Inspectores de zona sobre las escuelas y personal que las atendió durante estos azarosos años y, en particular, sobre el mineral de Cloete.

Estos informes, repartidos en tres secciones (estado particular de las escuelas, hoja de servicios de los maestros y organización interna del plantel) y un apartado para notas (observaciones del inspector tomadas de sus visitas de inspección a las escuelas que tenían bajo su responsabilidad), son testimonio fiel del lamentable estado en que la tarea educativa se encontraba al comienzo del descenso de la cresta revolucionaria.

Tomando esta información de primera mano podremos hacer un boceto del paisaje educativo en Cloete que bien pudiera ser el del Estado de Coahuila y, porque no, el de la República Mexicana en aquel convulsionado y coyuntural año de 1916.

La constante manifiesta a inicios de este año en cuanto a las condiciones materiales del local de la escuela mixta del mineral de Cloete pasaron de regular a malas, destacando la falta de espacio para el acomodo de un grande número de alumnos así como la ausencia o escasez de material didáctico (libros, boletas de evaluación, cuadernillos, etc.) indispensables para el buen desarrollo de las clases.

En cuanto al desempeño mostrado por los maestros en el desarrollo de sus tareas (dedicación, aptitud y métodos de enseñanza) los puntajes obtenidos mostraron una constante del siete al seis, ocasionalmente algún ocho o nueve con una población escolar que no rebasó los cien alumnos repartidos en secciones que iban del primero al tercer grado.

Todavía para fines de noviembre de 1916 las condiciones de las escuelas en el municipio de Sabinas eran un tanto irregulares. En nuestro caso de Cloete, el Inspector de educación de esta zona (Profr. Agustín Boone), consigna tres aspectos relevantes en cuanto a la marcha de los asuntos educativos: disminución de la asistencia de alumnos a la escuela, pobre desempeño de los maestros frente a grupo y, al menos en la Escuela Oficial para Niños, mal acondicionamiento del local para su funcionamiento como salón de clase.

Los nombres de las personas que los registros han consignado como las responsables de la instrucción primaria en el mineral de Cloete para el año de 1916 son Otilia Peña, Ma. Inés Castañeda, Margarita González, Delfina Treviño y Clotilde González; desconocida su preparación académica pero con seguridad sin título de profesoras.

Por último, hemos de concluir que al abandono de la escuela por parte de las autoridades del antiguo régimen como la deficiente labor de los encargados de impartir las primeras letras a la niñez de esta región así como la manifiesta incapacidad de compromiso de las empresas mineras que sólo pudieron devolver butacas y sueldos a un personal incapacitado para laborar con compromiso y vocación terminaron por fracasar en el esfuerzo por hacer de la escuela un centro de crecimiento y promoción integral de los niños de la región carbonífera. Los frutos emanados de la Revolución Mexicana pronto se harían sentir en esta rama del quehacer social y así lo reflejarán los registros que el nuevo gobierno reportó en adelante.

(1) Cronología Histórica de San José de Cloete en “San José de Cloete Su Historia Inicial 1885 – 1930” Patricia Martínez García, Ed. Teonanácatl 2010
(2) La minería del carbón y su impacto geográfico-económico en el centro-oriente y noreste de Coahuila, México, Ma. Teresa Sánchez Salazar, www.scielo.org.mx