Fiat, Renault, Peugeot, Volkswagen y Toyota son poderosas multinacionales que ante el derrumbe de las ventas locales y externas- recesión mediante- avanzaron en aplicar suspensiones masivas en sus plantas para abaratar el “costo” salarial. La completa ausencia de un plan de lucha convierte al SMATA y la CGT en cómplices necesarios que dejan pasar este ataque patronal.
Miércoles 3 de abril de 2019 22:47
El actual contexto recesivo de la economía ha golpeado de lleno en la industria automotriz que ya cuenta con miles de suspensiones y frenazo de producción. Esta fue la rápida medida que adoptaron las patronales de terminales y autopartistas multinacionales, buscando que el costo de la crisis la paguen los trabajadores con una rebaja indirecta en sus salarios. El SMATA, que hoy participará de la poco combativa marcha convocada por el CGT, garantiza la aplicación de estas medidas.
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Mientras la actividad industrial es una de las más afectada por la crisis con una caída del 7,3 % en febrero de 2019, los resultados alarmantes del sector automotriz registraron un desplome del 22,3 % en igual mes. Según un relevamiento del Indec en enero la industria automotriz utilizó apenas el 15,7 % de su capacidad instalada, acercándose a valores de 2002. Los datos sectoriales expresan los efectos de la fuerte recesión que atraviesa el país a partir de las medidas de ajuste implementadas por el Gobierno y a pedido del FMI.
La Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA) sostuvo que la producción nacional registró un descenso del 16,4% en febrero con relación a igual mes del año pasado. Comparando los dos primeros meses de 2019 con igual periodo de 2018 se confirmó una caída del 22,1%.
A su vez las exportaciones mostraron una leve suba del 1,0% en febrero respecto a igual mes de 2018. Si comparamos los dos primeros meses de 2019 frente a 2018 se constata una significativa baja del 9,5%. Es decir, a pesar de la leve recuperación económica de Brasil, el destinatario del 65 % de las exportaciones argentinas, estas continúan en caída.
Lo que sucede a nivel de mercado interno es altamente preocupante, en febrero las ventas a concesionarios tuvieron una suba marginal del 1,2% respecto del mes anterior y en la comparación interanual se hundieron en un 58,8%. El resultado de las ventas del primer bienio de 2019 con respecto al 2018 fue un retroceso de 56,3%. Esto se explica principalmente por el retroceso del poder adquisitivo de los trabajadores que en 2018 perdieron en promedio un 12 % del salario real; y del encarecimiento del crédito por las elevadas tasas de interés que convalida el BCRA para contener el valor del dólar, con resultados contractivos.
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Los patentamientos registraron la misma tendencia, este miércoles desde la Asociación de Concesionarios de Automotores de Argentina (ACARA) informaron que en marzo se patentaron 38.864 vehículos, que equivalen a un descenso del 54,5 % interanual y del 3,1 % contra febrero.
“Hace más de 17 años que no se muestra un mes de marzo inferior a febrero”, dijo desde ACARA para graficar el impacto de la recesión económica.
En marzo de 2018 se habían patentado 85.000 autos, es decir 46 unidades más. El colapso del sector es profundo y al igual de los que sucede a nivel nacional no se ven signo de rápida recuperación.
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Suspensiones, el ataque de las multinacionales
Sobre estos resultados negativos se apoyan las patronales para poner en el freno de mano en la producción y avanzar con un plan de suspensiones que abarca a la mayoría de las multinacionales. Estas empresas que lideran el ranking mundial de producción y ventas de automóviles reaccionan coordinadamente, ante cualquier “viento en contra” paran las fabricas y hacer recaer el efecto de crisis sobre los salarios de los obreros suspendidos.
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En la zona norte de la provincia de Buenos Aires o en Córdoba donde se alojan importantes terminales automotrices, la caída en las ventas provoca, un ataque directo a la estabilidad laboral de los trabajadores. Veamos:
* Fiat suspendió desde marzo a 2.000 trabajadores en su planta de Córdoba y anunció que trabajarán 4 días por semana.
* Renault suspendió a 1.500 trabajadores en su planta de Córdoba en el mes de marzo.
*General Motors aplica suspensiones rotativas en su planta de Santa Fe hasta fines de abril con rebaja salarial afectando a todo el personal.
* Peugeot-Citroën anunció suspensiones desde febrero hasta el 6 de mayo en su planta de Villa Bosh. Afectaran a los 1000 trabajadores que cobraran al 65 % del salario.
*Volkswagen inició en marzo un plan de suspensiones de dos días por semana en su planta de Pacheco. Los trabajadores cobrarán el 75 % de su salario
*Toyota, la gigante japonesa que en su planta de Zárate emplea a 5 mil trabajadores inicia desde abril un plan de suspensiones en dos tandas. Esto se suma a la cancelación de la producción los días sábados en el turno mañana.
*Honda es una de las más afectadas, la totalidad de los trabajadores fueron suspendidos y se lanzaron más de cien retiros voluntarios.
Las autopartistas son otro eslabón de la cadena automotriz afectadas por estas medidas. La japonesa Yasaky que produce mazos de cables aplicó un plan de suspensiones de dos días hasta fines de abril, afectando a todo el personal. Lear es otro ejemplo, las suspensiones afectan al 40 % del personal en su fábrica de butacas en Escobar.
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El SMATA, un aplicador del ajuste patronal
Enmarcados en un contexto recesivo de la economía que no ayuda, y en particular con resultados sectoriales de los últimos meses en rojo, lo que está de fondo y pretenden esconder las multinacionales es un traslado del costo de esta crisis sobre los trabajadores. O, mejor dicho, defienden su rentabilidad.
Es categórico que en todos los casos los planes de suspensiones se acuerdan entre las patronales y el Smata y quedan plasmados en actas. Es categórica también la traición del Smata que como sindicato no defiende los intereses de los trabajadores -los más afectados por la crisis económica- sino la ganancia de las multinacionales.
Esta semana el titular del SMATA, Ricardo Pignarelli, sostuvo que en sólo tres meses del 2019 “perdimos 8 mil puestos de trabajo y hay otros 13 mil en riesgo” en el sector. Sin embargo, continúa sosteniendo que: “Hoy hacerle un paro, es beneficiar a los empresarios”. Ante esa posición definida no llama la atención que mañana los garantistas de las suspensiones participen de la olvidable marcha de la CGT, que carece de un plan de lucha a la altura del ataque para defender los puestos laborales y enfrentar los planes de reforma de Macri y el FMI.
En Córdoba esta semana los trabajadores de la autopartista SOGEFI tomaron la planta como medida de fuerza por el injusto despido de un compañero que se encontraba con carpeta médica. Ayer lograron un triunfo en esta situación adversa, Miguel Fuentes fue reincorporado. Este ejemplo muestra que los trabajadores organizados cuentan con las fuerzas necesarias para derrotar los planes de las patronales en complicidad con el Smata.
Guadalupe Bravo
Nacida en Trenque Lauquen, Provincia de Buenos Aires en 1985. Es economista, recibida en la UBA. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2004. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.