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Red Internacional
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Universidad Nacional del Comahue. Comahue: hay que organizar la lucha por el acceso y la permanencia en la universidad

La crisis sanitaria, económica y social impactó de lleno en la vida de miles de estudiantes. Hay que organizarnos desde abajo y junto a docentes, para garantizar el acceso y la permanencia en la universidad.

Martes 9 de febrero de 2021 12:57

Desde marzo del 2020, cuando recién comenzaba la cuarentena y se suspendían las clases presenciales en todo el país y en todos los niveles, muchxs de nuestrxs compañerxs de cursada fueron expulsadxs. Por falta de conectividad o dispositivos que les permitieran continuar con las clases virtuales, porque tuvieron que salir a laburar en la precariedad absoluta para ayudar a sus familias, por haber sido despedidxs de su trabajo, miles de estudiantes fueron empujadxs a abandonar sus estudios. Y nuestros docentes fueron los que bancaron las cursadas, con las dificultades de seguir cursos enteros a distancia, sosteniendo sus facturas de internet, con dispositivos que muchas veces no funcionaban.

El gobierno nacional, junto con los gobiernos provinciales, no garantizaron en ningún momento las condiciones necesarias para que todxs y cada unx de lxs pibxs que estudian en todos los niveles pudieran seguir teniendo acceso a la educación pública en la virtualidad. Tampoco destinaron un peso a realizar las obras que garanticen las condiciones edilicias aptas para el retorno a la presencialidad, en el marco de la pandemia. Todo lo contrario: Alberto Fernandez a pedido del Fondo Monetario Internacional, recortó un 19% en términos reales el presupuesto universitario para el 2021. Mientras millones fueron empujadxs a la pobreza, despedidxs, en empleos completamente precarizados, se siguieron destinando millones al pago de la deuda. Esta misma semana, el gobierno desembolsó USD 315 millones para pagarle al FMI. Durante el año, las petroleras recibirán $150.000 millones: para beneficiar a los empresarios, aparece la plata que no hay para educación.

Por acción y omisión, las políticas del gobierno y las autoridades universitarias agravaron el impacto de la crisis, y dieron como resultado una mayor desigualdad en el acceso a la educación. En la UNCo, y particularmente en la facultad de Humanidades, esto se expresó en un gran porcentaje de deserción en los primeros años, mientras que parte de lxs estudiantes de años superiores, con dificultades y desigualmente, pudieron mantener algunas cursadas, aunque con materias que no se dictaron, prácticas que no se pudieron realizar, etc. En noviembre, el propio rector Gustavo Crisafulli reconoció que la deserción en la UNCo superó el 50% sólo en el primer cuatrimestre, profundizando la desigualdad en el acceso a la educación universitaria de los últimos años.

Mientras esto sucedía, la conducción de la Federación Universitaria del Comahue (parte del Frente de Todos), permanecía en la pasividad absoluta. Desde el Centro de Estudiantes de Humanidades, por el contrario, realizamos innumerables asambleas (principalmente virtuales y también presenciales), de estudiantes pero también interclaustros. En ellas identificamos claramente a los responsables de la expulsión de estudiantes y las complicaciones para quienes permanecieron cursando: el Estado que no garantizó las condiciones básicas para la virtualidad, y las autoridades universitarias que desoyeron a la comunidad educativa, no brindaron información sobre lo que estaba ocurriendo, y tomaron todas las decisiones de manera antidemocrática, censurando el más mínimo debate, y clausurando durante la mayor parte del año los órganos de co-gobierno.

Por eso, exigimos que garanticen el pleno acceso a la educación pública a todxs lxs estudiantes, empezando por la entrega de dispositivos e Internet gratuito para todxs aquellxs que no lo tuvieran. Impulsamos también la unidad con les docentes, a quienes desde un primer momento se quería poner como responsables de todos los problemas pretendiendo enfrentar a trabajadorxs contra estudiantes. Realizamos encuestas desde el comienzo de la pandemia, donde logramos evidenciar la precariedad de buena parte de lxs estudiantes y las dificultades que implicaría la virtualidad, ante la falta de condiciones ambientales, familiares, tecnológicas, laborales o económicas. Realizamos petitorios, concentraciones en el rectorado y en el Monumento, etc.

Todo esto lo llevamos a cabo al mismo tiempo que acompañamos todas las luchas de las y los trabajadores, como la lucha de los mineros de Andacollo, de la Cerámica Neuquén o del Expreso Argentino. Organizamos un voluntariado junto a las obreras textiles sin patrón que donaron barbijos en barrios populares y a trabajadorxs precarizadxs.

Acompañamos la pelea de las familias sin techo por tierra y vivienda, la lucha por justicia por Facundo Castro y todos lxs pibxs asesinadxs por las fuerzas represivas, el movimiento contra la megaminería en Chubut, y el aborto legal, que conquistamos tras años de lucha en las calles.

Hacia un nuevo año de pandemia y crisis

Hace unas semanas, el gobierno nacional junto con el ministro de educación, Nicolas Trotta, y los gobiernos provinciales anunciaron la vuelta a clases presenciales en los niveles primario y secundario. Sin recursos ni presupuestos acordes para poder garantizar condiciones seguras a lxs estudiantes, las familias y lxs docentes, a quienes no piensan ni siquiera consultar su opinión. No hay de ninguna manera un plan serio para resolver la vuelta a clases.

Las escuelas a lo largo y ancho del país se caen a pedazos, decenas de estudiantes amontonadxs en aulas pequeñas, muchas de las cuales no cuentan con los servicios esenciales (luz, gas, agua potable), ni hablar de los recursos necesarios en este contexto de pandemia de COVID-19, como alcohol en gel, productos de desinfección, equipos de protección, y el personal docente y no-docente necesario. Tampoco se va a garantizar la vacunación para la comunidad educativa: la Sputnik V primero se la aplicarán a las fuerzas represivas. La derecha e incluso muchos funcionarios del gobierno, han salido a atacar a lxs docentes, cuando durante todo el año hicieron malabares para poder llegar a sus estudiantes y garantizar la educación a cada pibe y piba.

En la universidad ya anunciaron que al menos el primer cuatrimestre va a seguir siendo virtual, a excepción de algunas actividades presenciales autorizadas. Para este año tampoco hubo ningún plan para no dejar afuera a lxs estudiantes. Posiblemente quienes no tengan acceso a internet y dispositivos acordes, no se inscriban a cursar durante el año. Mientras que seguirán las complicaciones por falta de recursos y personal docente y no docente para dictar las cursadas y tomar exámenes. Por eso tenemos que prepararnos para el año que se viene.

Hay que poner en pie un movimiento estudiantil que dé la pelea por el aumento del presupuesto educativo dejando de pagar la deuda. Tenemos que comenzar el año con asambleas estudiantiles e interclaustros para resolver un plan de lucha para por todas nuestras demandas. Por conectividad y dispositivos para todxs. Por becas integrales que permitan que nadie deje de estudiar por no contar con los recursos necesarios. Y para discutir y organizar los protocolos entre lxs trabajadores de la educación y lxs estudiantes, uniendo lo que los gobiernos, la oposición de derecha y las campañas mediáticas que quieren dividirnos y enfrentarnos entre docentes, estudiantes y no docentes.


Karina Barriga

Estudiante de la Facultad de Humanidades (UNCo)

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