Este fin de semana se llevó a cabo el campamento de mujeres y comunidad sexodiversa de Pan y Rosas. Ahí, pudimos discutir sobre nuestras condiciones laborales, cada vez más precarias y extenuantes, pero ¿cómo enfrentar esta situación?

Pan y Rosas México México | @PanyRosasMex
Martes 25 de julio de 2017
El primer módulo del campamento fue justamente una explicación acerca de las circunstancias históricas que han llevado a la mujer a una condición de "subordinación" y a jugar el rol de madres de familia y amas de casa.
Además, ahondamos en la forma en la que el capitalismo ha adoptado esta condición para cargar sobre nosotras dobles jornadas laborales, sentando las bases para que se perpetúe la violencia y la opresión contra las mujeres trabajadoras.
Actualmente las mujeres a cargo del hogar y los hijos son las mismas que ante la compleja situación económica que atraviesa el país han tenido que salir a ocupar los puestos de trabajo más precarios, donde muchas veces deben enfrentarse a las peores condiciones laborales.
Las mujeres que nos reunimos este fin de semana pudimos intercambiar sobre cómo esta situación se vuelve cada vez más compleja. Pues no son sólo las jornadas de trabajo y los salarios, sino el aumento a los productos de la canasta básica, el recorte a las prestaciones de empleo como salud, vivienda, ahorro para el retiro, y los golpes del gobierno como el gasolinazo, y las reformas estructurales.
En las reflexiones del campamento también abordamos la situación de la comunidad sexodiversa, quienes además de estas condiciones deben enfrentarse a la exclusión laboral, mayor precarización y discriminación en casi todos los casos.
Lo que se hizo evidente es que esta situación no golpea únicamente a las mujeres, por lo que la organización dentro de nuestros centros laborales debe ser de la mano de nuestros compañeros de trabajo.
Debemos hacer como las Leonas de PepsiCo, mujeres honorarias de nuestro campamento, quienes desde hace muchos años, lograron convencer a sus compañeros de pelear por igualdad de salarios para mujeres y varones, consiguiendo ser la primera fábrica con esta condición en el gremio de la alimentación, en Argentina.
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Contra la extrema riqueza y la explotación capitalista
Una de las propuestas que se recogió en la plenaria final fue impulsar la campaña de 6 horas, 5 días a la semana, por el mismo salario en el centro de trabajo de todas las compañeras asistentes, apostándonos a que seamos cada vez más trabajadoras y trabajadores exigiendo mejores condiciones de vida.
Una trabajadora participante del campamento afirmó: "Nos han querido hacer creer que no hay dinero para salarios justos, quieren que tengamos la atención en el problema de la extrema pobreza, pero ¿y si en lugar de eso combatiéramos "la extrema riqueza" del gobierno y los empresarios? A lo mejor así alcanzaría para todos".
En pleno siglo XXI, donde las tecnologías se han desarrollado para sustituir la mano de obra en muchos procesos, la única explicación lógica para la superexplotación es la avidez de los capitalistas por ganar más a costa de nuestro desgaste.
Debemos luchar por salarios acordes al precio de a la canasta básica y que se ajusten según la inflación, para que el trabajo se divida entre los empleados y desempleados, que se recorten los salarios de los grandes empresarios y patrones, y se dividan igualitariamente entre todos los trabajadores.
Queremos convencer a nuestros compañeros y compañeras de que un mundo donde trabajemos para vivir y no vivamos para trabajar, es posible.
Por el derecho para recrearnos, para el ocio, para estar con nuestras familias, para ser felices. ¿Y tú qué harías si sólo trabajaras 6 horas, 5 días a la semana?
Como parte de las resoluciones del Primer Campamento de Pan y Rosas, hacemos el llamado a que cada trabajadora y cada trabajador que tenga acuerdo con esto, se sume a impulsar esta campaña dentro de sus centro de trabajo. Porque después de dos día de discusión salimos convencidas de que ¡Nuestras vidas, valen más que sus ganancias!