Esta semana fue tendencia en las redes sociales #PandemiaSonLosEmpresarios. La realidad de muchas jóvenes mostró una vez más que la precarización tiene rostro de mujer.
Lunes 13 de abril de 2020 16:08
En el medio de la pandemia las empresas de comidas rápidas y cadenas de pizzerías aprovecharon la crisis para pagar sueldos de miseria a las y los trabajadores, suspenderlos y hasta despedirlos por whatsapp ahorrando las cartas de documentos. El decreto 329 de Alberto Fernández de hace unas semanas, que “prohíbe los despidos”, una vez más se convirtió en papel mojado, como ocurrió con los 1500 trabajadores de Techint que hoy están en la calle, con el aval del gobierno.
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Son muchas las denuncias que muestran el nivel de precarización a la que la juventud se expone. Esto no es algo nuevo, es cotidiana la noticia de cómo las y los pibes pierden su vida trabajando para las innovadoras apps, o las fotos de las quemaduras diarias que tienen que soportar en los locales de comidas rápidas.
La realidad de muchas jóvenes
Según el INDEC, el 23,1 % de las mujeres menores de 29 años están desocupadas. Los índices de precariedad laboral muestras que 5 de cada 10 trabajadoras laburan bajo mayor precarización y en las más jóvenes, la situación empeora, siendo 7 de cada 10. El índice de exposición a accidentes laborales en la juventud, asciende a un 50 % más que en otras edades. Y el 35 % de las trabajadoras lo hacen en negro.
Según cifras dadas por Food Empowerment Project en EEUU la composición de mujeres dentro de los locales de “fast foods” es del 66% y en México del 57% . En la argentina sólo Mc Donald’s emplea a 17 mil jóvenes, el 64%, 2 de cada 3, son mujeres.
La precarización tiene cara de mujer, en la actualidad la clase trabajadora argentina está compuesta por 40% de mujeres, llegando esta cifra al 49% a nivel mundial. En Argentina, las mujeres también son mayoría en el área de Salud (un 71,2 % según cifras oficiales). Como sucede con la Educación (73,6 % son mujeres), las ramas feminizadas suelen ser las de salarios más bajos. Los testimonios que vienen siendo reflejados en La Izquierda Diario por las trabajadoras domésticas, de la salud, educación y limpieza, evidencian esta realidad.
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Lo que demuestran estos números es que el “quédate en casa” se reduce a la posibilidad de una porción muy pequeña de las mujeres. Muchos factores se acumulan a la hora de pensar en la posibilidad de una cuarentena segura, siendo que en momentos de crisis vuelve a ponerse de relieve la cruda realidad que viven miles de mujeres trabajadoras en sus hogares. En donde una gran proporción de esos hogares son sostenidos por mujeres trabajadoras, siendo muchas de ellas madres solteras, que viven los despidos, las suspensiones y los cese de pagos de sueldo como una cruda realidad cotidiana.
No me encanta
Clara, es extrabajadora de BK, dejó la empresa en medio del brote de Gripe A, hoy sigue precarizada en una oficina con medio sueldo en negro. Ante una nueva crisis sanitaria, cuenta su experiencia:
“Trabaje 3 años en BK, puedo decir de primera mano que se aprovechan de la desesperación que nos provoca no conseguir laburo. Sobre todo cuando somos mujeres que sostenemos nuestros hogares. Me pone contenta ver cómo les pibes se están organizando frente al abuso patronal, el sindicato de Pasteleros sigue igual, brillando por su ausencia. En vez de ponerse a la cabeza de la pelea de lxs jóvenes, avalan los contratos impuestos por la empresa , prohibiendoles el derecho a la organización”.
“Era muy común en los turnos de cierre que durante el cambio de aceite de las freidoras muchas compañeras sufrieron quemaduras por la falta de los guantes necesarios o porque estaban en muy mal estado. En la apertura del local al descargar la mercadería sin la debida faja obligatoria que ayuda a la protección de la columna, veía a compañeros muy jóvenes con hernias de disco, lumbalgias y otros tipos de afecciones que uno pensaría imposible en un pibe de 23 años. Piensan que porque somos jóvenes somos descartables.Hoy los pibes siguen denunciando que esto continúa y que en el medio de la pandemia no los dejan usar guantes por una cuestion estetica”.
Esta semana, las denuncias y testimonios mostraron la miseria que enfrentan los jóvenes: “Dos días antes del pago nos informan que nos iban a pagar menos de las horas mínimas, sin el presentismo (que muchos nos lo ganamos por ir a trabajar en plena expansión del virus, arriesgándose a contraerlo y traerlo a nuestras casas), ni antigüedad”, cuenta una trabajadora. “Mi amiga y su novio, ambos trabajan ahí, tienen un hijo de 5 meses, alquilan y entre ambos hoy cobraron menos de 7 mil pesos en total”, publicaban en Twitter.
Alberto Fernández, en la conferencia del viernes no habló de la situación de las y los miles de pibes que están cobrando como mucho $3000, inhabilitados para cobrar el mísero IFE. Anunció la extensión de la cuarentena pero estuvieron ausentes las medidas que va (o no) a tomar hacia las miles de familias que hoy no tienen un plato de comida en la mesa, viviendo una cuarentena a la deriva. Es que prefiere, “tener 10% más de pobres que cien mil muertos”, ¿sabrá el presidente que en la Argentina al menos el 52,3% de las jefas de hogar ocupadas sufren condiciones de precariedad extrema y están viendo cómo subsistir?
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Rebeldes o precarizadas
Experiencias como la que se dio en Marsella donde trabajadores y trabajadoras de Mcdonald’s toman el local para organizar el reparto y entrega de alimentos para los distritos más pobres, donde la tasa de desempleo llega al 25,5% y el 39% de la población vive por debajo de la línea de la pobreza muestran que la juventud es capaz de organizarse enfrentando a la pandemia y no en función de llenarles los bolsillos a los empresarios. En Los Ángeles no se quedaron atrás, en la misma cadena los trabajadores se organizaron en repudio a la empresa por querer obligarlos a trabajar sin medidas de protección, en uno de los países en donde la crisis sanitaria escala niveles insostenibles .En Argentina, fueron lxs jóvenes que denunciaron el ataque a sus salarios y las condiciones pésimas de trabajo, se comunican a través de asambleas y delegados. Ellxs dijeron basta! frente al atropello patronal.
Nicolás Del Caño, diputado nacional del PTS en el Frente de Izquierda, viene acompañando la lucha que están dando los jóvenes en todo el mundo, exigiendo al gobierno que se paguen el 100% de los salarios y que se prohiban efectivamente los despidos y suspensiones. Peleamos porque estas empresas no cobren ningún subsidio de parte del Estado, y que se les aplique un 3% de impuestos extraordinarios, para que todos los trabajadores en negro, monotributistas y que no tengan licencias pagas, accedan a un salario de cuarentena de $30mil el tiempo que haga falta.
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Hay que dar respuestas a los problemas más acuciantes que viven los sectores más vulnerables. Son lxs trabajadorxs los que tienen que decidir quienes concurren al trabajo y que se garantice todas las medidas de salubridad y recursos necesarios.
Por eso impulsamos en los lugares de trabajo comités de Seguridad e Higiene para controlar y exigir todo lo que tenga que ver con la salud de las y los empleados, los insumos necesarios y que los propios trabajadores determinen si están dadas las condiciones de salubridad para que la empresa funcione. Y en caso contrario determinar en asamblea el inmediato cese de actividades sin que las patronales puedan tomar ningún tipo de represalia. Los sindicatos tienen que ponerse a la cabeza de dar estas peleas con las y los trabajadores en vez de ser parte del silencio cómplice del gobierno y los empresarios, garantizando su ganancias. Los Centros de Estudiantes, en otro nivel, también tienen que ser parte de estas peleas, son cientos los estudiantes que hoy están siendo suspendidos y despedidos.
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Lxs trabajadorxs, lxs jóvenes y las mujeres están en primera línea enfrentando la pandemia del coronavirus y también la sed de ganancia de lxs empresarios. Ellxs tienen la fuerza para pelear por otra salida ante esta crisis. Desde La Izquierda Diario estamos a disposición de la difusión de sus denuncias.