En el día de ayer comenzaron las audiencias, en el juicio a la Armada Argentina Base Naval de Puerto Belgrano (BNPB), contra 25 represores por delitos de lesa humanidad, en las que declararan familiares y compañeros trabajadores de Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, delegados gráficos del periódico La Nueva Provincia, que fueron secuestrados el 30 de Junio de 1976, torturados y finalmente asesinados. Sus cuerpos fueron encontrados en “La cueva de los leones”, paraje a 17 kilómetros de Bahía Blanca tres después.
Miércoles 15 de octubre de 2014
Enrique Heinrich era maquinista en la rotativa, y trabajó durante más de 10 años en el diario. Era Secretario General Sindicato de Artes Gráficas. Al momento del secuestro, se encontraba junto a su esposa Vilma Denk y sus cinco hijos. Vilma declaró en la audiencia que cuando fue a hacer la denuncia por el secuestro de su esposo en principio no se la querían tomar y tuvo que ir dos veces porque se le reían en la cara. Lo mismo sucedió en el diario, le dijeron que su esposo no iría y que no se preocupara que “en tres días aparecía”. El 4 de julio Enrique fue encontrado junto a su compañero Miguel Ángel, ambos maniatados y acribillados.
Por eso este juicio es importante. Porque muestra la vinculación clara entre militares, civiles, empresarios, y la Iglesia. Diana Massot -directora y dueña del diario- días antes de los secuestros escribiría en una editorial que “la guerra contra la subversión debe ser total, frontal y definitiva” ya que era la única “manera no convencional” de encarar al enemigo, “en la selva, el monte, la ciudad, la universidad, el hospital, el café-concert, el periodismo, la televisión e, incluso, la Iglesia” (Página12/10-7-2006). Durante los 30 años siguientes será el medio oficial con mayor poder e influencia en los medios de comunicación de la ciudad y la región, con un alto grado de apología de la dictadura.
En la audiencia se hizo presente Manuel Jorge Molina, obrero gráfico y compañero de Heinrich y Loyola. Vocal del sindicato. Él, un tiempo antes de los asesinatos, también había sido baleado desde un auto que pertenecería al personal de seguridad del diario. Fue él mismo quien ante la desaparición de sus compañeros se acercó a la curia para hablar con Monseñor Mayer. La respuesta que recibiría era la misma que el arzobispo bahiense les daba a todos los familiares de desaparecidos: “En algo andarán”.
Durante la jornada de ayer declararon Vilma Denk, esposa de Heinrich; Carlos Eduardo Reyes, periodista, en LU2, medio radial de la familia Massot; Elsa Lidia Loyola, hermana de Miguel Ángel Loyola y testigo del secuestro; y Angie Loyola, hija de Miguel Ángel quien reconstruyó los hechos en base a los relatos de su mamá. Afuera eran acompañados por la Comisión de apoyo a los juicios, trabajadores de sindicatos gráficos de Bahía Blanca, Tandil y La Pampa, estudiantes, organizaciones políticas y de DDHH. Quienes también esperan el procesamiento de Vicente Massot, el único de la familia empresaria con vida, luego de su ampliación indagatoria el próximo 11 de noviembre de 2014.