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Red Internacional
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VIOLENCIA HACIA LA MUJER. Comenzó el 2016 con un nuevo femicidio. Impulsemos la campaña Ni Una Menos

El año 2015 concluyó con 56 femicidios, una cifra altísima que da cuenta de la extendida violencia de género que existe hacia la mujer. Lamentablemente, el año 2016 comenzó con un nuevo femicidio, una mujer de 36 años asesinada por su pareja frente a uno de sus hijos.

Domingo 3 de enero de 2016

La madrugada del 2 de enero se produjo el primer femicidio del año 2016. Se trata de Claudia González Ovalle, de 36 años, quién fue apuñalada por su pareja, frente a uno de sus hijos, quién dio aviso a los familiares.

Claudia fue trasladada al Hospital San José, sin embargo falleció poco después. Según la madre de la mujer, el hombre la golpeó durante largo rato antes de asesinarla. El hombre aun está prófugo.

La Ministra del SERNAM, Claudia Pascual del Partido Comunista, lamentó el hecho y señaló que “estas situaciones no pueden seguir ocurriendo” e indicó que el Servicio Nacional de la Mujer busca “el cambio cultural para que en Chile ninguna mujer sea violentada o agredida, sea cual sea la circunstancia”.

Planteó además que existe una línea de prevención de violencia contra la mujer y un Programa de Formación de Monitores y Monitoras Comunitarias y Dirigentes Sociales en Prevención de la Violencia Contra las Mujeres.

Otros dos casos de violencia hacia la mujer

En la IX Región, en Puerto Dominguez, un hombre asesinó a su madre de 86 años, en momentos en que estaban discutiendo porque ésta quería internarlo.

Por otro lado en Antofagasta también murió una mujer de 67 años, Amalia Contreras González, la que supuestamente habría sido violada por el agresor. Según se investiga podría tratarse de un robo.

Patriarcado y capitalismo

La violencia de género hacia la mujer es una realidad que está extendida y se vive cotidianamente. Esta violencia tiene un doble origen: el patriarcado. Este término se ha usado históricamente para denominar el sistema que erige al varón en un término superior, constituyente a la mujer en una relación jerárquica desigual de inferioridad. De esta manera, se asocia lo masculino a la autoridad, el poder, el trabajo y el rol de proveedor, como también al mundo de lo público, la dominación y otros atributos. Uno de sus pilares es la familia, en la cual mujeres y niños se encuentran en una posición de subordinación.

El patriarcado se asienta en instituciones como el Estado, las leyes, la propia familia, los medios de comunicación y las iglesias, entre otras. Entre otras cosas, se genera una sujeción de la mujer al varón y su opresión.
Por otro lado, el patriarcado se reproduce y entrelaza con el capitalismo, sistema basado en relaciones de clase y en la explotación del trabajo social de la clase trabajadora por los capitalistas, clase trabajadora integrada por hombres, mujeres y niños que viven día a día la violencia de la expoliación.

Según reconoce el marxismo, en palabras de Engels “el primer antagonismo de clases que apareció en la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer en la monogamia; y la primera opresión de clases, con la del sexo femenino por el masculino”.

Así, las mujeres viven una doble o triple opresión en la sociedad actual: la de género y la de clase. Las mujeres vivimos la opresión patriarcal, que se manifiesta en la extendida violencia que se vive solo por el hecho de ser mujer: violencia física, sexual o psicológica, que implica que al menos una de cada tres mujeres ha padecido alguna de estas formas de violencia, que las mujeres percibimos menos salarios que los varones, que no poseemos derechos sexuales y reproductivos plenos, que somos cosificadas por los medios de comunicación y la explotación de nuestros cuerpos.
Por otro lado, el capitalismo condena a las mujeres al trabajo precario, salarios hasta un 30% menor que los varones, flexibilidad, doble carga laboral, entre otras cosas.

Como señala nuestra compañera Andrea D’Atri “Muchas veces se habla del progreso de las mujeres en las últimas décadas. Inversamente, también en el capitalismo, bajo el cual se han desarrollado las mayores riquezas sociales que ha dado la humanidad en toda su historia, existen actualmente 1300 millones de pobres, de los cuales el 70% son mujeres y niñas. Las mujeres son las que más sufren las consecuencias de los planes de hambre que imponen los organismos multilaterales y el imperialismo a través, incluso, de sus mejores especialistas en “género y desarrollo”” (1).

Pan y Rosas impulsa la campaña Ni Una Menos

Pero la violencia también se vive desde el Estado y los gobiernos de turno. Así, en nuestro país no existe por ejemplo el derecho democrático a decidir sobre nuestros propios cuerpos, lo que nos condena al aborto clandestino y el grave riesgo a nuestra salud. Por otro lado, las mujeres enfrentamos altos índices de precariedad laboral, flexibilización y bajos salarios, condenándonos muchas veces a la pobreza y miseria. Esto es responsabilidad del gobierno y la derecha, que sostienen este sistema de miseria y opresión social. Por otro lado, el Estado reprime a las mujeres, no solo en la falta de derechos sino también en la persecución a las mujeres que luchan, como la mujer mapuche, las estudiantes, las trabajadoras.

Para combatir la violencia de género hacia la mujer, desde Pan y Rosas Teresa Flores estamos impulsando a nivel nacional e internacional la campaña “Ni Una Menos”, campaña que proponemos sea tomada por el conjunto de las organizaciones feministas, de la mujer, partidos de izquierda, organizaciones estudiantiles, sindicales y sociales.

(1). Feminismo y Marxismo: más de 30 años de controversias. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=7972