Luego de muchas demoras y postergaciones finalmente comenzó la venta de marihuana en las farmacias de Uruguay.
Miércoles 19 de julio de 2017
Aunque en Uruguay desde 1974 no estaba penalizado el consumo personal, recién con la promulgación de la ley 19172 durante la presidencia de José Mujica se legisló la posibilidad de obtener marihuana de manera lícita.
La ley prevé 3 formas de acceso: el autocultivo (actualmente con alrededor de 6900 personas registradas), la membresía en alguno de los 63 clubes de canabbis existentes actualmente, y la compra en farmacias previo registro.
Esta última opción se encuentra vigente, aunque de manera limitada dada las pocas farmacias inscriptas, desde el día de hoy. La marihuana ( la parte de las flores conocidas popularmente como "cogollos") se venderá en envases que contienen 5 gramos a un precio algo superior a los 6 dolares, pudiéndose comprar hasta 40 gramos mensuales. Estos precios son sensiblemente más bajos que el precio actual en el mercado negro.
Legalización con limitaciones y control estatal
Según ha informado el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca), las farmacias ofrecerán dos variedades: "Alfa I" y "Beta I", ambas con 2% Tetrahidrocannabinol (THC). La Alfa I tiene predominancia de la variedad "Indica" y tendrá 7% de Cannabidiol (CBD) mientras la "Beta I" corresponde a la variedad "sativa" y tiene un 6% de CBD. Se ha anunciado que en el futuro habrá otras variedades con más contenido de THC.
La concentración de THC ha sido motivo de polémica e incluso especialistas en el tema como la médica Raquel Peyraube (presidenta de la Sociedad de Endocannabinología) ha dicho que esta marihuana “no pega nada”. La elección de las variedades que se plantaron, con bajo contenido de THC, fue definido en función de no ofrecer marihuana con una alta concentración de la sustancia psicoactiva.
Esto responde a una lógica sanitarista y puritana del presidente Vazquez y otras autoridades, según ha dicho la propia Peyraube, una lógica que tomando medidas paternalistas y de control social definen cual es el tipo de marihuana conveniente y aceptable para el consumo de la población. Esta restricción no está presente en el tipo de marihuana que ofrecen los clubes de cannabis o a la que plantan los autocultivadores, quienes son libres de elegir la semilla y la variedad.
Además de las demoras, postergaciones y restricciones, son varios los departamentos que no cuentan con farmacias que vendan marihuana dejando varias zonas sin acceso hasta el momento a esta modalidad de obtención de la sustancia. Incluso en Montevideo, hasta el momento son solo 4 farmacias las que tienen disponible el producto, una cantidad insuficiente para los miles de inscriptos en Montevideo.
A su vez el registro obligatorio para los consumidores que compren en farmacias, que cultiven, o quieran pertenecer a un club cannabico implica una forma de control sobre la libertad de las personas, con el riesgo de la estigmatización y uso eventual de esa información. El prejuicio conservador atraviesa incluso a los promotores de la ley de venta y regulación, ya que obviamente otras drogas como el alcohol o el tabaco se expenden libremente con la sola condición de ser mayor de 18 años.
Aún con la ley vigente fuerzas estatales como la policía o el Poder Judicial han tenido conductas represivas que vulneran derechos humanos, como hace pocas semanas cuando se produjo una nueva acción irregular por parte de fuerzas policiales en una clara actitud persecutoria. Solo la movilización puede garantizar hasta el final el acceso a las drogas sin intervención ni represión estatal.
Los rasgos tutelares atraviesan esta ley y otras promovidas por el propio Frente Amplio, como la ley del aborto o la internación compulsiva de personas en calle donde también se observan elementos de control social.
Hay que recordar también que el acceso al cannabis medicinal, aún está restringido y se debe recurrir a importarlo a pesar de su reglamentación en este año, ya que aún no se instrumenta de manera efectiva manteniéndose distintas trabas.
Por otra parte no debemos olvidar que el FA toma esta reivindicación democrática de manera limitada y restrictiva, en momentos internacionales en que un sector del imperialismo está haciendo los mismos planteos de legalización para poder transformar a la marihuana en una nueva mercancía, capaz de generar ganancias y negocios para distintos grupos capitalistas.
A pesar de estas limitaciones impuestas por el gobierno del Frente Amplio, la ley es una conquista progresiva en tanto legaliza un consumo de cientos de miles de uruguayos que desde hace décadas vienen luchando para que se respeten sus derechos democráticos.