Senadores desde la UDI al PS votaron este miércoles 26 de mayo artículos que vendrían a permitir la destrucción de los glaciares a través de la erosión de sus ecosistemas, especialmente el permafrost. La polémica votación podría favorecer a la megaminería en desmedro del medio ambiente inmediato y alrededores. Esos partidos de los 30 años no pueden seguir gobernando a sus anchas, la constituyente debe pasarles por encima y entregar la renacionalización de los recursos naturales bajo control de trabajadores y las comunidades aledañas.
Martes 1ro de junio de 2021
Este miércoles 26 de mayo tuvo lugar la polémica votación de los artículos de la ley de protección de glaciares que hacían referencia al ambiente periglacial, es decir, al entorno en el que se encuentran los glaciares, específicamente el permafrost, que sería el suelo permanentemente congelado y que es de vital importancia para el mantenimiento de los glaciares. Los artículos fueron votados por senadores del PS, la UDI, RN y el PPD.
Esos partidos de los 30 años que, profundizando la herencia de la dictadura, han favorecido a las grandes empresas y transnacionales en desmedro del pueblo trabajador y el medio ambiente, se encuentran con una legitimidad por el piso, tan así que ni con sus propias reglas del juego lograron una mayoría en la Convención Constitucional.
En esta ocasión, el impacto generaría no sólo la destrucción de importantes reservas de agua dulce, sino que con ello una disminución de la temperatura cordillerana y de su entorno, así como la contaminación derivada de la minería misma, cuyos máximos exponentes como Luksic o Ponce Leroru no escatiman en llevar hasta últimas consecuencia con tal de seguir llenando sus propias arcas.
De hecho, la Coordinadora de Territorios por la Defensa de los Glaciares, en una declaración emitida el 28 de mayo, dejaba explícitamente expuesto que "los glaciares son importantes fuentes de suministro de agua ya que alimentan los acuíferos y ríos sobre todo durante las estaciones secas". Además, con la modificación de la temperatura cordillerana no se vería afectado sólo el entorno próximo, sino que todas las zonas a las que llega agua desde la cordillera, incluyendo cientos de comunidades, pueblos y ciudades, ya sea con sequías, mayor aridez, altas temperaturas a largo plazo o bien una combinación de estas.
Es por todo esto que no puede ser que esos viejos partidos y su régimen convalecientes sigan haciendo de las suyas para favorecer a los capitalistas mientras pagamos las consecuencias con la devastación del medio ambiente, nuestras vidas y la posibilidad de tener un futuro.
La Convención Constitucional debe pasar por alto las limitaciones que impuso esa casta, partiendo por no sesionar un sólo día sin la liberación de los presos políticos, pero también haciéndose cargo de cuestiones tan democráticas como renacionalizar los recursos naturales sin pago a los capitalistas saqueadores, para que pasen a ser controlados por las y los trabajadores de esos sectores y las comunidades aledañas que han sufrido las consecuencias de la política destructiva de las grandes empresas, en particular de la gran minería.
Esa es la única manera de evitar de momento que los parásitos de los 30 años que aún se aferran al poder sigan decidiendo en nuestra contra con una aprobación casi inexistente y a costa de que las crisis las siga pagando el pueblo pobre, la clase trabajadora y las comunidades de las “zonas de sacrificio”, que mueren año tras año cada vez más por cáncer y problemas de salud derivados del saqueo destructivo de los grandes capitalistas.
