Estos últimos días se ha estado moviendo en redes sociales una imagen sobre cuántos pisos se podrían alquilar destinando un tercio del sueldo medio en España. Es una imagen que recorre las entrañas de una juventud trabajadora incapaz de independizarse del todo teniendo que compartir piso con más de 30 años y que ve cada día más lejos la oportunidad de tener su propia casa.
Jase Tristán Madrid
Viernes 17 de febrero de 2023

La media recomendada para la “vida digna”, en el capitalismo claro, que recomiendan los expertos supone que para la vivienda solo debería destinarse un tercio de los sueldos. Pero esta media ideal se aleja cada día más de la realidad de la clase trabajadora que ven aumentar los alquileres, hipotecas, precios de productos de primera necesidad… mientras sus sueldos se estancan o caen en picado por los efectos de la inflación.
¿Qué puedes alquilar con el salario medio? Solo hay disponibles 5 pisos en Barcelona, 7 en València y 26 en Madrid.
Encontrar un piso por menos de 600 € en estas ciudades es una odisea: representan menos del 1% de todos los anuncios de Idealistahttps://t.co/5KZfkKUTKs pic.twitter.com/ZEOuYQIaU0— Laura Aragó (@arago_la) February 15, 2023
La imagen resalta como invirtiendo un tercio del sueldo medio en España (unos 600€ que en realidad no reflejan la mayoría de los sueldos en España) apenas podrían alquilarse pisos en las páginas anunciantes. Resaltan sobre todo los casos de Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Bilbao que no llegan ni a veinte pisos que podrían sufragarse con un tercio del sueldo.
Recordemos además que estas ciudades habían aumentado el precio medio de los alquileres el último año. El aumento de los alquileres se extendía a 48 capitales de provincia solo disminuyendo (siempre menos de un 5%) en casos como Zaragoza, como se refleja en la gráfica siendo la ciudad que más alquileres con el tercio del sueldo medio ofrece. El aumento llegaba hasta el 23,4% en el caso de Alicante lo cual hace que ni siquiera con el sueldo mínimo íntegro pudiera alquilarse un piso por cuenta propia en la gran mayoría de capitales de provincia.
Si bien la imagen estudia el caso de los sueldos “medios” la realidad para la mayoría social es bastante diferente tomada de conjunto. Un 20% de la población trabajadora cuenta con el SMI para sobrevivir el mes, es decir, que un 20% de la población tendrían que acceder a pisos con un alquiler de 324€ para gastar únicamente un tercio de su sueldo. Esto contando con esa “subida histórica” que ha realizado el gobierno central y que, en realidad, sirve de bomba de humo electoralista para ocultar las preocupaciones reales del gobierno, aumentar el gasto militar y proteger los gastos de las grandes empresas bajando sus impuestos (que ya eran ínfimos de por sí).
La tabla muestra además que tipos de pisos pueden permitirse con un tercio del sueldo medio en España. La muestra de pisos nos enseña la calidad de vida que le espera a la clase trabajadora. Pisos que llegan a lo sumo a 74 metros cuadrados, y eso en el caso de Zaragoza puesto que en las capitales de provincia con los alquileres más caros (Madrid y Barcelona) la clase trabajadora podrá permitirse la friolera de vivir en menos de 50 metros cuadrados.
La decadencia del capitalismo está llevando a la clase trabajadora, en especial a los jóvenes, a vivir compartiendo piso de manera perpetua o en trasteros amueblados que las inmobiliarias venden como pisos de interior.
Mientras tanto el Gobierno de PSOE-UP se niega a tomar medidas contra este ataque abierto a la vida de la clase trabajadora. El Gobierno prefiere seguir bajando los impuestos a las grandes empresas para que vean un mayor rango de beneficios y presentando esto como una gran medida contra la austeridad, supongo que contra la austeridad de estas empresas que han visto crecer sus beneficios a la vez que ven la oportunidad de subir, aun más, sus precios. A su vez el Gobierno ha abandonado hace tiempo la discusión sobre la Ley de vivienda y prefiere hacer bombas de humo electoralistas que no afectan para nada cuestiones tan vitales como la pérdida de poder adquisitivo de los salarios o directamente disminuir las partidas presupuestarias en sanidad o educación para destinar esos recursos a los presupuestos militares o a rescatar empresas eléctricas.
La cuestión de los alquileres, como se demuestra cada día, no tiene una solución por arriba sino que debe tomarse como uno de los problemas fundamentales que afectan a la clase trabajadora. Mientras se permita que bancos y fondos buitre controlen la gran mayoría de los parques de vivienda no podrá controlarse de manera activa el problema de la vivienda y eso ningún partido del régimen, por muy a la izquierda que quiera posicionarse, va a conseguirlo.
El objetivo final para solucionar el problema de la vivienda difícilmente puede pasar por una Ley mínima articulada desde un Gobierno arrodillado a los intereses del Ibex 35, que incluye medidas como ese escudo social del 2% del que hablaba en un artículo anterior, que en realidad no afecta a la mayoría sino a una pequeña minoría (y cada día más pequeña) de inquilinos. Una ley que ya fue implantada en Alemania y fracasó precisamente por la incapacidad de controlar a los oligopolios de la vivienda a través de un estado que vela por sus intereses.
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Mientras los arrendadores que acumulan cada vez más viviendas en menos manos será imposible solucionar este problema. No podemos seguir esperando las acciones mínimas de un Gobierno que ha demostrado para quien gobierna en realidad, tenemos que pensar en medidas de fondo ante un problema de tal magnitud como la congelación inmediata de todos los alquileres, la intervención del mercado del alquiler bajo control de los inquilinos, también medidas que toquen los intereses de los grandes tenedores de vivienda, muchos de ellos bancos y fondos buitre, como es la expropiación de todas las viviendas en manos de estos para crear un parque público de alquiler social controlado por los inquilinos así como la creación de una banca pública bajo gestión de las y los trabajadores. Para solucionar el problema de la vivienda además, tenemos que abordar cuestiones no exclusivas al ámbito de la vivienda como la incorporación inmediata de cláusulas de revisión salarial en todos los convenios que indexen el IPC de forma mensual y de forma automática o la nacionalización sin indemnización y bajo control de trabajadores y usuarios de los oligopolios de la energía y el trasporte entre otras. Este sistema que no comprende la vivienda como una necesidad sino como otro medio para el comercio y el enriquecimiento de una minoría de parásitos, no puede ser tolerado por una juventud cada día más precaria y con menos esperanzas en su propio futuro.