Por un lado Marco Enríquez Ominami siendo investigado por el caso SQM y una empresa brasileña ligada a casos de corrupción. Por otro lado, él mismo, haciendo referencia al financiamiento empresarial que recibe el Frente Amplio. En éste contexto ¿qué alternativa distinta es posible levantar?
Domingo 15 de enero de 2017
Hace unos días, en entrevista con revista Paula, Marco Enríquez Ominami se refirió a la situación legal en la que se encuentra, siendo investigado por la Fiscalía por sus nexos con SQM y con una empresa brasileña ligada a casos de corrupción.
Además, se refirió a la Nueva Mayoría y también al Frente Amplio, que se encuentran en el centro del debate de las próximas elecciones, asegurando que “Lagos y la Nueva Mayoría son irresponsables, y el Frente Amplio también (…) Yo tengo reparos morales con la Nueva Mayoría, que defendió a Pinochet con recursos públicos, y con el Frente Amplio por su financiamiento empresarial”.
Así mismo, el autoproclamado candidato presidencial, aseguró mantener su candidatura pase lo que pase: “Quiero proponerle al país, junto al PRO e independientes, una alternativa distinta. Estoy dispuesto a soportar lo indecible mientras crea que vale la pena”. Sin embargo, ¿cuál es la alternativa distinta que MEO quiere levantar?
En un contexto de alta deslegitimación a las instituciones y a los partidos tradicionales se levantan alternativas que buscan gobernar dentro de los marcos de la institucionalidad actual, para desde allí generar las transformaciones sociales que hoy se encuentran en debate: el actual sistema de pensiones, los derechos de las mujeres, el sistema educativo, etc. Sin embargo, ¿Cómo lograr aquellos ambiciosos objetivos? ¿Dentro del parlamento lleno de corruptos? ¿Recibiendo dinero de los empresarios que mandatan a estos mismos?
En el debate, MEO asegura ser alternativa distinta, sin embargo en los hechos, demuestra replicar las mismas lógicas de los viejos partidos que hoy han demostrado su incapacidad para llevar adelante las demandas de las y los trabajadores y el pueblo, pues el financiamiento empresarial ha jugado un rol clave en sus campañas. ¿Qué podemos esperar de candidatos parlamentarios o presidenciales que hacen uso del dinero que los empresarios roban a las y los trabajadores, para así levantar sus candidaturas? Y en el caso del Frente Amplio ¿recibirá en su campaña algún aporte empresarial o no, sea o no "legal"?
La única alternativa que realmente puede ser distinta a lo que venimos viendo desde hace décadas en la política institucional, es una alternativa que pertenezca y sea desarrollada por los mismos trabajadores, independiente de todos los empresarios. Y es que no son sólo ideales o utopías, ya que sólo hace falta dar un vistazo al otro lado de la cordillera para ver esta alternativa plasmada en la realidad: En Argentina, las y los compañeros del Frente de Izquierda y los Trabajadores, del cual es parte nuestro partido hermano el PTS, levantan un proyecto político a nivel país que se fundamenta en la independencia política de los trabajadores, con diputados que cobran el mismo sueldo que un profesor y que son destacados dirigentes sociales, como el compañero Raúl Godoy diputado provincial de Neuquén, quién participó activamente en la lucha que dieron los compañeros de Zanon, fábrica ceramista que hoy se encuentra bajo control de sus propios trabajadores.
Y es que no importa si es MEO, candidato presidencial en ya tres elecciones seguidas; o si es el Frente Amplio, que se está delineando como fuerza política. Lo importante es a qué intereses van a responder. Y si hablamos de campañas financiadas por empresarios, el panorama se nos muestra mucho más claro. No necesitamos políticos que respondan a los intereses del empresariado, necesitamos trabajadores y trabajadoras que hagan su propia política, porque serán los únicos que podrán llevar hasta el final las luchas y reivindicaciones de los más oprimidos.
Nancy López
Profesora. Agrupación Nuestra Clase