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Red Internacional
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GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA. Con golpe en Bolivia responde EE.UU. a lucha de clases en Latinoamérica

Con este golpe Estados Unidos busca reubicar a la derecha boliviana y cambiar la relación de fuerzas en la región, que pasa por una gran lucha del pueblo chileno iniciada contra el alza al transporte, que hoy cuestiona la herencia de la dictadura, al gobierno de Sebastián Piñera y 30 años de ofensiva neoliberal.

Sandra Romero

Sandra Romero México | @tklibera

Lunes 11 de noviembre de 2019

Los golpes de Estado en la historia latinoamericana siempre vienen de la mano de Estados Unidos, es el caso del actual golpe en Bolivia que es impulsado por la oligarquía boliviana, con respaldo de Donald Trump, el clero, el ejército y la policía.

Con este golpe Estados Unidos busca reubicar a la derecha boliviana y cambiar la relación de fuerzas en la región, que pasa por una gran lucha del pueblo chileno iniciada contra el alza al transporte, que hoy cuestiona la herencia de la dictadura, al gobierno de Sebastián Piñera y 30 años de ofensiva neoliberal.

Es un golpe que también busca fortalecer a Lenin Moreno en Ecuador, el gobierno más servil de América del Sur con los Estados Unidos, ante las protestas de los trabajadores y el pueblo que han resistido en las calles a los planes de ajuste del Fondo Monetario Internacional.

Estados Unidos es consciente de que a pesar de la dura represión contra las luchas en estos países, ésta no han sido suficiente para frenar las resistencias que despiertan simpatía en millones de jóvenes del resto del continente.

Todos hemos visto las impresionantes imágenes de rebelión protagonizadas por adolescentes, mujeres y trabajadores dispuestos a enfrentar las tanquetas militares, rodeados de gases o fuego en Chile y Ecuador. Los imperialistas y oligarcas saben que la memoria histórica de los pueblos latinoamericanos, plantea a millones de oprimidos la perspectiva de organizar las resistencias contra los planes del FMI y el Banco Mundial.

Por eso Bolivia es el contragolpe derechista del imperialismo en la región, donde se venía gestando un movimiento cívico impulsado por la derecha, dirigido por el fanático religioso Luis Fernando Camacho, hoy posicionado tras el cierre de filas del ejército y la oligarquía.

Ahora, el mercenario de Washington, Luis Almagro, secretario general en la Organización de Estados Americanos, felicitó a su equipo por la injerencia golpista al orquestar el golpe cívico policial-militar en Bolivia, por la auditoría de las elecciones.

Con este escenario, la renuncia de Evo Morales, seguida por el vicepresidente Álvaro García Linera, “para traer la paz” y evitar enfrentamientos, a pesar de ser calificada como responsable por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, en realidad muestra que el MAS ha desistido a la pelea política ante la ofensiva golpista de Estados Unidos.

Hace unos días, Evo Morales llamó a esperar a que la OEA decidiera con criterio jurídico y técnico en la auditoría electoral, pensando que podría llegar a un acuerdo político con la derecha. Llevó la movilización popular a las expectativas en la OEA y no a la movilización internacional para derrotar a los golpistas.

A pesar de ésto, el desenlace del golpe no está definido, ya se convocan movilizaciones en casi todas las embajadas bolivianas del continente y es necesario fortalecer con ello la resistencia del pueblo boliviano, dispuesto a enfrentar a los golpistas.

Recordemos que a los golpistas en la historia se les derrota sólo con la fuerza organizada de la clase trabajadora y la resistencia en las calles. Así que por el futuro inmediato de los pueblos latinoamericanos, es necesario luchar por el triunfo del pueblo chileno con la caída de Piñera, la reorganización del pueblo de Ecuador, que logre enfrentar las maniobras políticas y la represión y por la derrota del golpe en Bolivia.