La convocatoria para salir a las calles este 28S nuevamente implicó una organización desde la Coordinación 8M con la finalidad de hacer un llamado unitario para mostrar que nuestros derechos siempre los hemos conquistado en las calles.
Francisca Daniela Maestra de primaria. Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase
Miércoles 29 de septiembre de 2021
Desde que fundamos Pan y Rosas nos hemos peleado por revivir una tradición combativa para que las mujeres tengamos una alternativa para luchar por nuestras demandas. Así que, en medio de un contexto de crisis sanitaria, apertura económica total, trabajo en riesgo, contagios y muertes, las mujeres conquistamos la despenalización en Hidalgo, Veracruz, Coahuila y Sinaloa, pero con la alerta de no bajar la guardia, ni de confiar en la “buena voluntad de las instituciones”.
Este mes, a pesar del cansancio de nuestros trabajos, nos dimos a la tarea de preparar el día global por la legalización del aborto legal y gratuito, lo cual no solo implicó pelear nuestras posturas en torno a las maniobras de la 4T que busca expropiar nuestras demandas, sino también defender nuestra independencia política en la composición del movimiento de mujeres y de nuestros espacios unitarios. Una pelea importante que dimos en la Coordinación 8M frente al oportunismo de un sector de feministas de la 4T para hacerse partícipe de un espacio combativo. No fue secundario, ni una pérdida tiempo, y a pesar de que fuimos minoría no dejamos de expresar:
Que la búsqueda por dar dirección y freno a la lucha de las mujeres viene de hace varios años, donde lamentablemente los sectores dirigentes de mujeres de MORENA tendrán que hacerse cargo de los golpes, vallas, policías y encapsulamientos que el gobierno de la 4T ha empleado contra las mujeres que luchamos.
La jornada de este #28S mostró el miedo que le tienen a las mujeres, que pese a la profunda opresión que padecemos a diario, con tareas domésticas que nunca acaban y trabajos que nos roban la vida, nos las ingeniamos para darnos una cita en las calles al grito de “No fue la corte, fuimos nosotras”. Pero esta vez su maniobra no fue impedir el acceso de la movilización, sino generar una fragmentación de nuestra fuerza, a través de diversas convocatorias, cuyo fin fue impedir que se mostrara que pese a las diferencias políticas tenemos un mismo objetivo: imponer la legalización del aborto legal y gratuito tomando el enorme legado de la marea verde Argentina.
Esto implica un cuestionamiento directo a la Iglesia, que llaman a matar mujeres en el país de los feminicidios y la impunidad, así como a las instituciones del Estado. Así fue como vimos que el gobierno de Claudia Sheinbaum mandó blindar con vallas la catedral mientras desplegó un grotesco operativo de policías y granaderos por todo el centro de la CDMX.
Esta es la razón por la que, una vez más, sectores con métodos porriles y policiacos nos agredieron a mi y a mis compañeras, buscando que bajáramos las banderas -que con orgullo defendemos- para quebrar nuestra lucha.
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Pero, sepan que nos hacen más fuertes, sabemos que somos un puñado de mujeres jóvenes y trabajadoras que somos un enemigo potente porque tratamos de hacer oír la voz de todas las que enfrentamos la opresión y explotación a la que nos destina este sistema patriarcal y capitalista.
Ni con bajezas, ni con esos métodos ajenos a la tradición de lucha de las mujeres van a lograr quebrarnos. No nos van a callar, seguiremos denunciando que, aunque la despenalización es un avance producto de nuestras acciones, sigue siendo insuficiente porque abre un jugoso negocio con nuestro derecho a decidir, así que sepan que con nosotras no van a poder.
Esta jornada es un primer paso, una parada para dejar claro un mensaje: vamos por el aborto legal y gratuito con la fuerza de las mujeres, vamos por la organización a nivel nacional desde nuestra lucha en cada centro de trabajo, escuela, barrio y comunidad.