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Red Internacional
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¿Antisemitismo? “Con nosotros no”: jóvenes de origen judío repudian el ataque sionista contra la izquierda

Dos militantes trotskistas de origen judío esclarecen en esta nota por qué antisionismo y antisemitismo no son términos compatibles. La defensa al pueblo palestino y el repudio a la masacre perpetrada por el Estado de Israel.

Lunes 24 de mayo de 2021 09:36

En los últimos días se conoció una campaña difamatoria perpetrada por Clarín y representantes de la derecha argentina, que acusan a Juan Carlos Giordano y al FIT-Unidad de ser “antisemita”, por denunciar y enfrentar la nueva ofensiva militar de Israel sobre Palestina. Sin embargo, esta operación mediática fue repudiada en las redes sociales por confundir términos como “antisionismo” y “antisemitismo”.

Al momento de escribir este artículo ya son 232 las víctimas fatales palestinas en manos del ejército israelí, el octavo más grande del mundo que cuenta con armamento nuclear. El pueblo palestino tiene armamento rudimentario en relación a dicho ejército. La operación de equiparar a dos bandos que militarmente no tienen nada que ver no es nueva en medios como Clarín, que fueron militantes de la teoría de los dos demonios acá en Argentina. El Estado de Israel, dirigido por su primer ministro Benyamin Netanyahu del partido de extrema derecha Likud, viene organizando la ocupación de territorios en Cisjordania como explica esta nota. En este marco, aprovechan la situación para hacer efectiva tal ocupación, como viene siendo desde hace años a través de la fuerza, militarizando los territorios.

En el conflicto que lleva días, toda la prensa internacional encabezada por los medios estadounidenses hablan de la defensa de Israel frente a los ataques de los palestinos y grupos terroristas como el Hamás. Pero como se ve aquí, luego del alto al fuego, judíos y árabes se movilizaron en las calles de Tel Aviv contra los ataques a los territorios palestinos. En estos días decenas de miles de jóvenes palestinos se han movilizado por este motivo, una nueva generación que empieza a cuestionar a las direcciones condescendientes o fundamentalistas religiosas de dicho movimiento. Fue la protagonista de la huelga Palestina que se desarrolló el martes pasado en Gaza, Cisjordania, y también en Jerusalén Este y otras ciudades ”mixtas”, es decir de población árabe y judía.

Ahora bien, ¿por qué antisionismo no es lo mismo que antisemitismo?

El sionismo es un movimiento político fundado por Teodor Hertzl, un periodista húngaro, y tuvo su primer congreso en Basilea en 1897. El mismo se proponía construir un estado nacional para el pueblo judío, semejante a los otros estados capitalistas en el territorio palestino y una de sus principales conclusiones que figura en su programa fundacional era ir a poblar el territorio. Esto surgió como posible respuesta al problema del antisemitismo que crecía cada día en Europa. No obstante, dentro del pueblo judío las opiniones no eran homogéneas. En el mismo año en Vilna se fundó el Bund, que era ni más ni menos que la Unión General de Trabajadores Judíos de Lituana, Rusia y Polonia. Ellos defendían la idea de mezclarse con los obreros no judíos de sus respectivos países y a nivel internacional, para luchar por el socialismo, pero manteniendo sus tradiciones culturales como hablar el idioma Ydish. Entendían que la lucha por el socialismo era también la lucha contra todo tipo de opresión. Al mismo tiempo, como se ve en ésta nota, muchos sionistas como Jaim Weitzmann y Vladimir Jabotinsky no vacilaron en hacer acuerdos con dirigentes fascistas o antisemitas, mientras millones de judíos en toda Europa sufrían los pogroms y todo tipo de ataques a sus viviendas, quemas de sinagogas, violación de mujeres, robo de sus pertenencias, y expulsión de sus tierras, por parte de esos nuevos aliados de la dirección del movimiento Sionista.

Por consiguiente, por un lado existe el término sionismo, que refiere al movimiento político dentro del judaísmo que se plantea la proyección de un estado nacional y de clase en un territorio ocupado y por otra el término “semita” que refiere étnicamente a la población proveniente de medio oriente, ya sean árabes o judíos, aunque generalmente se usa para referirse a éstos últimos. Es conocido que la creación del Estado sionista, incluso la inmigración en masa de judíos hacia esos territorios como combate al antisemitismo es un proyecto fracasado.

En los años sesenta en Argentina, por ejemplo, existieron grupos como el Movimiento Nacionalista católico de ultraderecha Tacuara que cometían ataques contra población judía, ataques que se profundizaron con la derecha peronista de la AAA y luego con el golpe Genocida de 1976. Sin ir más lejos, en el año 2008 a la diputada Myriam Bregman en los juicios contra el genocida Von Wernich le dejaron una carta donde le decían “judía de mierda” mostrando una vez más el profundo antisemitismo y antijudaísmo reinante entre la derecha argentina y los sectores que perpetraron de la ultima dictadura cívico-militar-eclesiástica en nuestro país.

Si semita es anti-judío pero también anti-árabe, se puede ver un antisemitismo latente hoy en la islamofobia que creció en Europa en el último tiempo, expresada en los grupos de derecha y “neo-fascistas“. Muchos de sus argumentos son parecidos a los que usaban contra los judíos en la primera mitad del siglo XX, tal como que “vienen para sacarnos el trabajo” o “quieren dominar al mundo”, como si saliera de los mismos manuscritos de “los protocolos de los sabios de Sión” pero cambiándole el nombre al pueblo. Los típicos argumentos xenófobos. Es que, una vez más, el capitalismo llevó a toda la humanidad a una gran crisis, que hace tambalear para millones la idea de progreso eterno bajo este sistema y, ante la posibilidad de que la salida que le encuentren los explotados y oprimidos del mundo como la de terminar con éste sistema, la clase dominante vuelve a utilizar los prejuicios nacionales, raciales y étnicos para culpar a un pueblo de los males que el mismo sistema misma genera.

Quienes firmamos esta nota, militantes trotskistas de origen judío, nos sentimos parte de la tradición de la enorme gesta del Levantamiento del Ghetto de Varsovia, y la de miles de judíos que a lo largo de la historia enfrentaron las persecuciones y ataques antisemitas, y que, entendiendo que solo podrían terminarse definitivamente con el fin de toda opresión y explotación en el mundo, dedicaron sus vidas a esta lucha, muchos de ellos siendo parte fundamental de nuestra corriente como Karl Marx, León Trotsky, Rosa Luxemburgo, Karl Radek. Levantando esas banderas, rechazamos esta nueva campaña del sionismo que, a través de medios como Clarín y una derecha argentina históricamente antisemita, quiere condenar a quienes repudiamos la masacre perpetrada por Israel contra el pueblo palestino.

Desde ese lugar, vemos con enorme optimismo el gran movimiento de jóvenes palestinos, que viene protagonizando la resistencia y creció al calor de grandes movimientos populares como la “Primavera Árabe“, donde se cuestionó la histórica dirección de los movimientos populares en toda la región y se donde se tiraron abajo regímenes que habían gobernado durante cuatro décadas, y que empieza a romper con sus direcciones condescendientes con el imperialismo, como la ANP, o fundamentalistas religiosas como Hamás. Esto plantea la posibilidad de que el movimiento de resistencia del pueblo palestino pueda hermanarse con trabajadores y sectores populares judeo-israelíes contra un mismo Estado opresor, como se vio en las movilizaciones del pasado sábado en Tel Aviv y en la huelga general en las ciudades “mixtas“ como Haiffa o Yaffo.

Siempre desde el lado de los explotados y oprimidos, apoyamos la lucha del pueblo palestino de autodeterminarse en sus tierras históricas, para en este camino pelear por un Estado Palestino laico, obrero y socialistas, donde no sólo puedan convivir palestinos y judíos, sino también cristianos, agnósticos y ateos, en la perspectiva de una Federación de Republicas Obreras y Socialistas de Medio Oriente.