“Las problemáticas económicas no se mejorarían empobreciendo el sistema científico, sino que se verían aumentadas” afirman investigadores de Jujuy en diálogo con La Izquierda Diario
Martes 30 de enero 12:10
El pasado 24 de enero en el marco del paro nacional, se movilizaron decenas de científicos e investigadores organizados en la Asamblea Nacional de Becaries de Conicet, por las calles de la capital jujeña. Es que las medidas anunciadas por el gobierno de Milei no sólo atentan contra su funcionamiento este año, sino que ponen en riego la existencia misma del organismo y al sistema científico nacional. Desde la Izquierda diario dialogamos con Álvaro Espejo, Lic. en Sociología, becario doctoral Conicet por UE Cisor Jujuy.
¿Cómo afectan las medidas anunciadas por el gobierno de Milei, tanto el congelamiento del presupuesto, cómo el DNU y la Ley Ómnibus en Conicet?
Estas medidas ponen en jaque al aglomerado científico técnico tecnológico nacional de varias maneras, dejándolo al borde del colapso. El impacto no es solamente a nivel de los salarios del personal de planta o contratado del Conicet o de los estipendios del personal becario precarizado, sino del financiamiento mismo de proyectos ya aprobados, de la publicación de resultados de becas doctorales y postdoctorales, ingresos de Personal de Apoyo, promoción de personal de la Carrera Científica dentro de los escalafones internos del organismo y despidos injustificados de compañeros y compañeras que cumplen labores administrativas fundamentales para la institución. También se están viendo afectadas personas con becas extraordinarias ya aprobadas o con altas de personal de la Carrera Científica programadas para este mes y cuyos resultados son inciertos. Por otro lado, personas con becas externas de capacitación de la Carrera de Personal de Apoyo están sin respuesta sobre el pago correspondiente a enero. El resultado es un estancamiento de la producción científica y del avance y crecimiento de grupos de investigación que contaban con la incorporación de nuevos recursos humanos, al igual que de recursos económicos concursados y ganados. Asimismo, se ponen en serio riesgo acuerdos de cooperación científica nacionales e internacionales. Desde diciembre se dice que no habría actualización del presupuesto de este año y que se haría con los montos del 2023. La incertidumbre es tal que para mitad de año no se sabe cómo van a funcionar los institutos y dependencias del organismo y no se sabe cómo se van a pagar los servicios de los mismos ni los salarios del personal.
Dejar al Conicet sin financiamiento es un plan sistemático de vaciamiento y marca la hoja de ruta en un mapa que solamente puede conducir a un escenario en el que el organismo deje de existir. Para tomar dimensión económica, todo el sistema científico-técnico funcionó durante el 2023 con un 0,34 % del PBI. A pesar de esto, Conicet fue, una vez más, una institución líder en producción científica en la región y modelo a nivel mundial. En 2019 el porcentaje asignado fue del 0,22% mientras que Brasil invirtió 1,21% de su PBI en ciencia, Chile 0,34% y Uruguay 0,48%. En el mismo período, los países centrales mostraron una mayor inversión: Estados Unidos invirtió 3,45% de su PBI, Japón 3,26%, Bélgica 3,48%, Alemania 3,14%, mientras que Israel y Corea del Sur el 4,9%. Financiar la ciencia no es un gasto, es una inversión en soberanía y conocimientos que aportan enormemente al país. Las problemáticas económicas no se mejorarían empobreciendo el sistema científico, sino que se verían aumentadas.
Algunas propuestas planteadas en la Ley “Ómnibus” permitirían la disolución o eliminación de organismos como el Conicet que en el presente se encuentra descentralizado por ley como es el caso del Inta, Inti o Senasa. Esta ley plantea una perspectiva falaz en la que se le pretende dar rentabilidad comercial a un organismo que genera conocimiento científico de alto nivel con gran aplicabilidad en el país.
Tanto el DNU 70/23 y el proyecto de Ley afectan directamente al organismo (además de múltiples sectores económicos y sociales) ya que traen consigo un paquete de medidas de retroceso en materia de derechos laborales, cuidado y preservación del ambiente, privatiza empresas clave y de carácter estratégico para el desarrollo del país como Arsat (además de otras 40 empresas públicas) y un sin fin de artículos de desregularización de leyes de protección del mercado interno basadas en ideas netamente neoliberales. Aún más, se admite la represión y la criminalización de la protesta social, derecho garantizado hace décadas por la Constitución Nacional, sumado también al paquete represivo del protocolo antipiquete presentado en diciembre.
¿Cuál es el estado de situación laboral de becarios e investigadores en Jujuy, cuánto son, qué tipos de contratos tienen, están agremiados?
Dentro del Conicet hay varios tipos de trabajadores. Por un lado, está el personal de planta dividido en quienes están dentro de la Carrera de Investigador Científico y quienes están en la Carrera de Personal de Apoyo. A estas personas se suman quienes tienen contratos para realizar labores administrativas en las diversas dependencias del organismo. Por otra parte, estamos quienes tenemos becas doctorales y postdoctorales. En nuestro caso somos personal sin relación de dependencia, con exigencia de exclusividad en nuestras tareas con la excepción de que podemos tener una determinada cantidad de horas en docencia.
Los becarios no tenemos aportes jubilatorios ni licencias por enfermedad durante los 7 a 9 años que toma realizar el trayecto desde la beca doctoral hasta la finalización de la postdoctoral.
En Jujuy quienes somos parte del Conicet tenemos distintos lugares de trabajo, algunos con dependencia compartida con la UNJu como es el caso del Instituto de Datación y Arqueometría (InDyA), la Unidad Ejecutora en Ciencias Sociales Regionales y Humanidades (Cisor), el Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Tecnologías y Desarrollo Social para el NOA (Ciited), el Instituto de Ecorregiones Andinas (Inecoa), el Centro de Investigación y Desarrollo en Materiales Avanzados y Almacenamiento de Energía de Jujuy (CidmeJu), otros con dependencia exclusiva de la UNJu como el Centro de Estudios del Sur Andino, el Instituto de Biología de la Altura (Inbial) o varias de sus Facultades e incluso algunos con dependencia de la UBA como el Instituto Interdisciplinario de Tilcara. Conicet tiene división regional en Centros Científicos Tecnológicos (CCT), que nuclean la actividad local, en nuestro caso se trata del CCT Salta-Jujuy que cuenta con más o menos 620 trabajadores entre todos los estamentos y dependencias, estando agremiadxs un número bastante bajo entre las posibilidades que son ATE, Upcn, Adiunju y otros gremios similares.
Contra el discurso que quiere instalar el gobierno ¿pueden explicar las funciones, y la relación con la sociedad que tiene el Conicet? ¿Qué está en peligro con estas medidas?
La función del Conicet es fomentar y financiar la investigación científica y tecnológica y las actividades de apoyo que apunten al avance científico y tecnológico en el país, al desarrollo de la economía nacional y al mejoramiento de la calidad de vida. Las dependencias del Conicet están desplegadas a lo largo y ancho del país, en todas las provincias, en muchos casos en articulación con universidades nacionales y otras instituciones por lo que también es un pilar en la formación y capacitación de futuras y futuros investigadores y docentes. La vinculación del organismo con el resto de la sociedad es tan amplia y variada como las temáticas investigadas dentro del mismo que están divididas en cuatro grandes áreas: Ciencias Agrarias, de Ingeniería y de Materiales; Ciencias Sociales y Humanidades; Ciencias Biológicas y de la Salud; y Ciencias Exactas y Naturales. Su aplicabilidad recae, como ejemplo, en el desarrollo de vacunas, investigación de diversas patologías, investigación social en muchas temáticas vinculadas con el entendimiento mismo de la sociedad en todas sus esferas, entendimiento y protección de recursos hídricos en todo el país, desarrollo de materiales usados en la industria, investigación en Cannabis medicinal, todo tipo de investigaciones y estudios dentro de las ciencias exactas, desarrollo de semillas resistentes a factores climáticos, estudios en conservación y protección de la fauna y flora nativas, mapeo de la plataforma continental submarina argentina, estudios sobre el comportamiento actual y pasado del clima, estudios sobre recursos metalíferos e hidrocarburíferos, entre muchos otros. Sin embargo, una buena parte del sistema científico se dedica a la llamada “ciencia básica”, que es aquella que busca ampliar el conocimiento disponible y entender mejor el mundo que nos rodea. Si bien esta ciencia no tiene una aplicación práctica inmediata, su importancia radica en sentar las bases que permiten la construcción colectiva del conocimiento. Toda la producción científica aplicable que permitió mejorar nuestra calidad de vida fue construida gracias a investigaciones básicas.
Teniendo en cuenta lo que se planteó al inicio, sin el Conicet se pone en riesgo la producción científico tecnológica del país y la perspectiva soberana de la misma; plantear que el sector privado puede financiar nuestras investigaciones es un discurso falaz y hasta ingenuo, no tiene la capacidad económica ni el interés en hacerlo y no es una cuestión de Argentina exclusivamente sino una tendencia mundial. Este brutal ajuste probablemente genere pérdida en el incentivo para realizar ciencia dentro y para el país, así que seguramente podemos esperar un nuevo éxodo masivo de científicos formados con capitales del Estado, regalados al mejor postor en el extranjero.
¿Qué perspectivas tienen como continuidad de esta lucha?
A nivel local nos estamos organizando dentro del sector científico, por ahora el espacio más consolidado es el de la Asamblea de Becarixs de Jujuy, donde nos estamos concentrando desde finales del año pasado. Estamos articulando con gremios universitarios y organizaciones de Jujuy y ya empezamos a hacerlo también con nuestros propios institutos, porque la idea es poder luchar de forma transversal y no solamente desde el rubro científico. A nivel nacional pertenecemos a la Asamblea Nacional de Becarixs, un espacio creado en 2020 y en el que estamos becarixs de todo el país, articulando con los gremios a nivel regional y nacional y con espacios de ciencia y técnica.