Gracias a una gran articulación política organizada por su partido y aliados, el presidente de Brasil Michael Temer evita por segunda vez que el tribunal pueda juzgarlo por asociación ilícita y obstrucción a la justicia.
Sábado 28 de octubre de 2017
Este miércoles, la Cámara Baja aprobó no imputar a Temer por asociación ilícita y obstrucción a la justicia, con una votación de 251 votos a favor y 233 en contra. En la acusación contra Temer, que fue presentada en septiembre pasado, el Ministerio Público asegura que él era el líder de la “organización criminal desde el 2016” y que su partido, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) usaba para cometer los crímenes las instituciones públicas como Petrobras, el banco Caixa Económica Federal, el Ministerio de Integración, entre otras.
Junto a Temer habían sido denunciados los ministros Eliseu Padilha y Moreira Franco, así como también el expresidente de la cámara baja Eduardo Cunha que ya está encarcelado y con causas pendientes, y los ex ministros Henrique Alves y Geddel Viera Lima, el último también en prisión.
En Septiembre pasado ya se había salvado de una denuncia por corrupción, donde 264 diputados votaron en contra de imputarlo, frente a 227 votos a favor.
El escenario político brasileño actual está marcado desde el glope de estado “con guante blanco” a Dilma Roussef y la posterior llegada de Temer a la presidencia, sin respaldo en las urnas pero con una fuerte batería de reformas liberales. Desde ese momento se desata una ola de acusaciones y denuncias a políticos de distintos partidos y cargos, todas atravesadas por el mismo problema: la corrupción de las altas cúpulas políticas, la asociación y mafia entre los partidos tradicionales brasileños y con los empresarios.
