En medio de rechiflas, abucheos y cuestionamiento a la dirección del Partido de la Revolución Democrática (PRD) se llevó acabo el 14 Congreso Nacional Extraordinario de este partido.
Miércoles 23 de septiembre de 2015
Foto: SinEmbargo
Después de su participación en el Pacto por México, a un año de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa -en donde su responsabilidad es innegable, ya que gobernaba el estado de Guerrero-, después del resultado de las pasadas elecciones en las que sólo consiguieron el 11.6% de la votación en el país, el PRD realizó su 14 Congreso. Se expresó su debacle.
Un congreso en el que los delegados no tenían posibilidad de influir en las decisiones que se tomaron, pues todo llegó discutido entre las direcciones de las distintas corrientes y grupos del partido. A los Zambrano y los Navarrete poco les importó el descontento que se expresó en el Deportivo Plan Sexenal en la Ciudad de México: ellos tienen compromisos y los van a cumplir.
La dirección indolente a los reclamos
Jesús Zambrano ante los abucheos se mostró retador y afirmó que fue una buena decisión haber aprobado las reformas estructurales. Responsabilizó a la administración de Mancera por el resultado en las elecciones para delegados en el Distrito Federal, lavándose las manos con el aumento del metro y la suspensión del servicio en parte de la línea 12 del metro.
En el Congreso no hubo sorpresas. Se acordó lo que se esperaba: el PRD continuará haciendo mancuerna electoral con el PAN y le abrieron la posibilidad a Agustín Basave de contender por la presidencia del partido -se incorporó al partido hace 2 semanas-. También aprobaron mecanismos para vigilar sus recursos, ya que pagarán decenas de millones de pesos en multas por omitir detalles en los gastos de campaña de sus candidatos.
El papel del PRD va a seguir siendo el mismo que ha fungido a partir de la salida de una de sus alas que lo presionaba a izquierda. Buscará el acuerdo con los demás partidos al servicio de los grandes capitales nacionales y extranjeros, sin importar quienes sean con tal de aparecer en las alturas de la política nacional para ser una mediación del régimen y avalar su democracia para ricos.
Desde el inicio se creó como mediación
El PRD desde sus inicios fue creado para contener el descontento de las masas que surgió tras el sismo de 1985. La mayoría de la sociedad resentía la mano dura del aparato represor del presidencialismo priísta de las dos décadas anteriores. La mayoría de los grupos de "izquierda" se adaptaron a una salida reformista y se formaron detrás de Cuauhtémoc Cárdenas y su frente, para presenciar y llamar a la pasividad en el fraude electoral de 1988.
Meses después en 1989 se fundó el PRD para mediar entre el descontento social y el gobierno, para dar estabilidad y legitimidad democrática a un país que se subordinaba cada vez más al imperialismo. Los empresarios necesitaban garantías de estabilidad y estaba la izquierda institucional para contener.
Miles de militantes honestos entraron a las filas del PRD, personas que creen o creyeron que en algún momento su partido podía poner un alto a la miseria y el hambre. Hoy esas bases que confiaron en una dirección con una clara política y programa burgués -esto es, de mantenimiento y preservación del capitalismo, eso sí, con "rostro humano"- ven cómo su organización se descompone y se sitúa al lado de la derecha y los empresarios, todo a costa de mantener un botín político con el cual poder mantenerse en nómina.
Crisis ante su derechización
El PRD perdió miles de militantes ante la emergencia del Morena liderado por Andrés Manuel López Obrador, después de su participación en el Pacto por México –mediante la cual legitimaron las reformas estructurales de Peña Nieto, creadas a medida para los grandes negocios de los empresarios a costa del saqueo del país y la precarización del trabajo.
No parece importarle a la dirección perredista que sus filas se reduzcan, siempre y cuando, mantengan el registro electoral para seguir subsistiendo a costa del dinero sacado de los impuestos.
Carlos Navarrete prefiere olvidar y no dar cuenta del papel que ha realizado su partido en el último periodo. Según sus declaraciones: “Nuestro partido no se queda viendo hacia el pasado, el PRD cambia para ser mejor y para ser el partido que requiere México”.
Los y las trabajadoras y el pueblo pobre no esperamos nada de lo que puedan discutir las cúpulas del PRD ni de quien disputa su presidencia. Ellos tienen que rendir cuentas a sus jefes que son los grandes capitalistas. Las y los trabajadores de la única manera que vamos a poder cambiar el curso de las cosas es organizándonos de manera independiente de los partidos del régimen.