El directorio del organismo decidió recortar a la mitad los ingresos a carrera de este año. Sólo entrarán 450 investigadores. El medio millar de científicos despedidos el año pasado continúa su lucha por el ingreso al Conicet.
Viernes 17 de febrero de 2017 10:47
Para este año, el Conicet aprobó 450 vacantes, alrededor de la mitad de lo que se ofrecía hasta 2015. El 50% se asignará a "temas estratégicos y tecnologías" y el otro 50% a las grandes áreas de "ciencias básicas". Esto recae especialmente sobre las áreas ciencias sociales y humanidades, las cuales se verán afectadas negativamente.
El ministro de Ciencia y Técnica, Lino Barañao, dio a conocer estas precisiones durante una reunión de prensa ayer al mediodía, en la que estuvieron presentes otros funcionarios. Para el ministro, "éste es un momento de crisis y hay que aprovecharlo para introducir los cambios que ya se veían necesarios".
Recorte en el Conicet
En la reunión de ayer se confirmó que hasta el 31 de diciembre seguirá el "proceso de transición" para resolver la situación de los más de 500 investigadores evaluados y recomendados para el Ingreso a Carrera de Investigador (CIC) que fueron dejados afuera arbitrariamente.
Las organizaciones de becarios manifestaron su desacuerdo con esta solución porque resta recursos humanos a la investigación. Tampoco están de acuerdo con el ajuste que significa incorporar menos cantidad de becarios e investigadores y bajar el presupuesto para ciencia.
Anteayer se concentraron nuevamente en el Polo Científico de CABA para manifestar su rechazo a estas medidas.
"Por un lado, achicar la planta del Conicet es obstruir el avance de líneas de investigación ya en marcha. Por el otro, es inviable: los demás organismos del sistema no pueden absorber a los becarios. En las universidades nacionales, por ejemplo, se sabe que hay más trabajadores precarizados, en negro, que en la planta estable. Lo mismo pasa en otros ámbitos", denunció Lucila D’Urso, de Jóvenes Científicos Precarizados.
Clarín, aliado incondicional
El “gran diario argentino” dio la noticia del ajuste en el Conicet con un tono particular, pero para nada sorprendente. Montándose sobre el discurso que en diciembre pasado intentó imponer el Gobierno –a través de sus trolls- de que los investigadores del organismo estudiaban temas que “no sirven”, Clarín intenta dar una envoltura de “necesariedad” al ajuste a la ciencia argentina.
Así, en sintonía con el Gobierno, traza una línea divisoria entre investigaciones “útiles” e “inútiles”. En particular, el ataque es hacia las ciencias sociales y humanas.
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