El próximo 29 de mayo las centrales sindicales como la CUT, la CGTB, la Intersindical – CCT, la CTB, Nova Central, CSP-Conlutas y la UGT convocan a un paro nacional contra los ajustes.
Martes 19 de mayo de 2015
Força Sindical está discutiendo aún su adhesión. Como ejes del paro está la lucha contra el conjunto de los ajustes fiscales, las Medidas Provisorias (MPs) 664 y 665 y contra el Proyecto de Ley (PL) 4330 que amplia la tercerización. Más allá de estos puntos acordados, las centrales que apoyan al gobierno como la CUT, ponen como centro de la convocatoria la lucha “en defensa de los derechos y la democracia”. Este último punto para marcar de forma indirecta, la defensa del gobierno de Dilma frente al fortalecimiento de la derecha opositora.
La necesidad de derrotar estas leyes demuestra la total falencia de defender alguna esencia progresista del gobierno del PT, pues además de aumentar los impuestos, la luz, el agua, la gasolina y recortar el presupuesto educativo y de la salud, el gobierno intenta aplicar un programa de medidas contra los derechos de los trabajadores.
El Proyecto de Ley (PL) 4330 aprobado recientemente en la Cámara de Diputados, que reglamenta y amplia la tercerización, es un enorme avance para los capitalistas y empresarios que buscan precarizar el trabajo, fragmentar a la clase trabajadora y reducir los costos salariales, además de impedir la organización sindical. Todo esto está siendo aplicado por el gobierno de Dilma del PT, lo que exige una respuesta a la altura del conjunto de la clase trabajadora.
Una política independiente frente al paro
Los trabajadores debemos apoyar el paro y asumir con todo la lucha contra los ajustes, las MPs y la tercerización. Sin embargo creemos que debemos alertar sobre los límites que tiene el movimiento dirigido por las centrales sindicales, que no defienden los derechos laborales sino que buscan negociar preservando sus intereses: son las mismas burocracias sindicales que el año pasado se ocuparon de frenar la oleada de huelgas que se desarrollaron a lo largo de 2014.
Las huelgas que se dieron durante el 2014 (Volkswagen, GM, profesores etc.), el fuerte descontento que se expresa en los lugares de trabajo, en las encuestas de opinión y en la adhesión a las movilizaciones que convocan las centrales demuestran que sería posible construir un fuerte movimiento nacional para unificar las luchas en curso y dirigirlas contra el gobierno federal, y de esta forma, enfrentar verdaderamente estas leyes que eliminan los derechos laborales. Esto aún no se da porque la CUT busca utilizar estas jornadas de movilización para responder a la presión de las bases y cubrirse por izquierda, conteniendo el movimiento, de modo que no sea una amenaza para el gobierno de Dilma. De esta manera, las jornadas nacionales de lucha no se transforman en verdaderas huelgas de los principales bastiones obreros dirigidos por la burocracia ni se convocan asambleas de base para prepararse para una lucha seria.
Es decir, debemos actuar juntos durante el paro (golpear juntos contra los ataques del gobierno) pero llevar adelante medidas activas bajo nuestras banderas, denunciando al gobierno federal y a los partidos patronales. Levantando un plan para la continuidad de la lucha y denunciando a la burocracia que durante más de una década avaló la precarización y la tercerización del trabajo. Estas burocracias imponen un camino sin salida al movimiento, porque sin coordinación real, sin asambleas de trabajadores y sin la preparación desde las bases de los sindicatos, no podrá transformarse en una verdadera acción política de nuestra clase.
Construir una tercera fuerza independiente del gobierno
Será muy importante la acción de la Central Sindical Popular (CSP-Conlutas), principal central opositora de izquierda al gobierno. Desde un punto de vista es fundamental redoblar los esfuerzos en la construcción desde las bases, llevando adelante, por ejemplo, la resolución adoptada por el Congreso de Trabajadores de la Universidad de San Pablo (Sintusp) que votó luchar por un plan de construcción efectiva del paro, impulsando encuentros estaduales o regionales de trabajadores, a partir de CSP-Conlutas, con asambleas para dar voz a los trabajadores.
Al mismo tiempo consideramos fundamental que la CSP-Conlutas levante una denuncia clara del rol y la política que llevan adelante las centrales sindicales que apoyan al gobierno o a la oposición patronal, evitando diluir su crítica en el llamado a la “huelga general”, ya que termina lavándoles la cara. La denuncia a las centrales sindicales no es parte de su agitación política. Del mismo modo, consideramos que los parlamentarios del PSOL deberían colocar sus bancas al servicio de esta política.
Intervenciones como la del dirigente Atenágoras Lopes en la última plenaria de las centrales sindicales, donde afirmó que dicha plenaria -que reunió a los principales burócratas de las centrales sindicales que apoyan al gobierno-, sería un punto de apoyo significativo para la huelga general, sólo puede alimentar ilusiones en estos burócratas. En los materiales de preparación del paro, la CSP-Conlutas denuncia la traición de los diputados del PT y del PCdoB que votaron las MPS de Dilma pero en ningún momento plantea que las centrales sindicales que convocan al paro del 29 de mayo están del mismo lado que esos diputados y partidos.
Los parlamentarios del PSOL y Luciana Genro tampoco han utilizado su proyección nacional y visibilidad para denunciar el papel de contención que está jugando la CUT ni para impulsar la coordinación y la movilización de sectores de la vanguardia y avanzar en crear una fuerza independiente de la burocracia. Es necesario alertar a los trabajadores en la necesidad de construir una tercera fuerza independiente de los gobiernos petistas y sus agentes en el movimiento obrero y de las oposiciones patronales, a partir de la movilización independiente de la clase trabajadora.