Luego de que el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha (PMDB) acatara el pedido de impeachment de la presidenta Dilma representado por los juristas Hélio Bicudo y Miguel Reale Jr. y la abogada Janaína Paschoal, el PT y el PCdoB dan los primeros pasos jurídicos en defensa de la presidenta y entran con um mandato de seguridad. El STF niega los pedidos.
Sábado 5 de diciembre de 2015
Después de que el gobierno del PT y el PMDB de Eduardo Cunha se defendieron mutuamente con uñas y dientes y todos sus recursos, el PT declaró que votaría en contra del presidente de la Cámara en la Comisión de Ética, y Cunha aceptó el pedido de impeachment contra Dilma. En un cálculo político que no tiene en cuenta a los trabajadores, la juventud y el pueblo pobre, gobierno y Conha decidieron (al menos por ahora) abrir caminos que pasan por rutas distintas y ataques públicos mayores pero que conducen a un mismo destino: los ajustes.
Alegando que la presidenta Dilma tendría que haber sido "notificada previamente para que ofreciese respuesta", el diputado federal por el PCdoB, Rubens Pereira Júnior entró con un mandato de seguridad en el Supremo Tribunal Federal (STF) argumentando también que Cunha "violó los principios del debido proceso legal, de amplia defensa y de lo contradictorio". Este pedido fue rechazado por el ministro Celso de Mello.
Los parlamentarios petistas que siguieron la iniciativa de la base aliada involucraron también a la Procuraduría General de la República y como los aliados, alegaron que el presidente de la Cámara estaría utilizando el cargo para fines privados.
Antes incluso del mandato del PCdoB, los parlamentarios petistas ya habían hecho un primer intento y entrado con um pedido de parar el impeachment en el STF, pero después de que el nombre sorteado para relatar el procedimiento haya sido Gilmar Mendes, los diputados Paulo Teixeira, Paulo Pimenta y Wadih Damous quisieron desistir de dar seguimiento al proceso, alegando que la pieza estaba incompleta y que la protocolarían de nuevo, pero Gilmar Mendes rehusó el retiro, argumentando que la desistencia configuraría un intento de burlar el sorteo.
El relator sortedo para el mandato de seguridad pedido por el PCdoB y diputado Rubens fue el ministro Celso de Mello.
Los dos pedidos de parar el impeachment fueron negados al final de la noche del jueves, siendo archivados por los ministros responsables. Gilmar Mendes dijo que si hubiere lagunas en el proceso, el Supremo se pronunciará y Celso de Mello consideró que el diputado ya no podría haber entrado con el proceso ya que no presentaba un derecho propio sino que de terceros.
Aun hay un tercer pedido hecho por el PCdoB, para ser analizado por el ministro Luiz Edson Fachin.
A pesar de la movida jurídica, sigue viva a crisis política. Los escándalos de corrupción que alcanzan a todos los partidos del orden, la investigación de la operación Lava-Jato que puede comprometer aun más a Dilma, Cunha, Renan e incluso a parlamentarios y políticas de la oposición de derecha diseñan un escenario en el que la "estabilidad para gobernar" todavía está muy distante.
Esos mismos sectores de la burguesía en una especie de tira y afloje, buscan también aglutinar fuerzas para seguir adelante con sus propios proyectos antipopulares y quedar mejor ubicados para las próximas elecciones.
En ese sentido, el propio Lula deja claro en una declaración en la tarde de ayer en Rio de Janeiro, después de reunirse con el gobernador Pezao (PMDB), diciendo que Dilma está "haciendo un esfuerzo incomensurable para que la gente apruebe los ajustes que tienen que ser aprobados en esta país" y clasificando a actitud de Cunha como un "gesto de insanidad".
Como desarrollamos aquí, el proceso de impeachment, en el que esos mismos corruptos que hacen regateos políticos, alianzas espúrias, son los que juzgarían sus pares no es una respuesta para los trabajadores.
Es preciso decir basta a los privilegios de los políticos. Mientras los trabajadores y la juventud enfrentan el desempleo, inflación, aumento de la carestía de vida, los políticos corruptos siguen viviendo en el lujo y en la impunidad. Es tarea urgente contruir una aternativa nacional independiente del gobierno del PT y de la oposición de derecha, enraizada en los procesos de lucha contra los ajustes y los gobiernos, las patronales y las burocracias estudiantiles y sindicales.
Para que los trabajadores puedan, ante la crisis política, debatir salidas para que la mayoría de la población deje de pagar la crisis económica y política es necesario que a través de la movilizaación sea impuesta una asamblea constituyente, libre y soberana, que esté al servicio de avanzar en las demandas reales de la clase trabajadora y el pueblo pobre.