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Tribuna Abierta. Construyendo una nueva narrativa femenina

Taller Literario GREDAZUL, mediante su narrativa femenina, impulsa e instala nuevas formas, con temas contingentes y universales, abordados desde la crítica social, cuyo propósito es conmover al lector.

Martes 3 de abril de 2018

El Género literario narrativo, corresponde a una de las formas que revisten las obras literarias, según sus características, y de las cuales, habló in extenso Aristóteles, al postular su clásica trilogía de los géneros literarios (narrativo, lírico y dramático). Es el más antiguo, que se conoce en la evolución de la historia de la humanidad. Puesto que, el hombre desde antigua data, contaba historias, junto al fuego de la caverna, cuando no existía la literatura, como la conocemos hoy.

Sus obras, se caracterizan por estar escritas en prosa y narrar, contar o relatar sucesos ocurridos a los personajes en un tiempo y espacio determinados. Poseen una estructura básica, que les confiere unidad y sentido: narrador, acciones o acontecimientos, personajes, espacio y tiempo. Asimismo, dentro de este género literario, se agrupan distintos géneros históricos o subgéneros, tales como: cuento, novela, fábula, parábola, mito, leyenda, poema épico, microcuento, etc.

En la historia de la literatura universal, el género literario narrativo, goza de eximios exponentes. Quién no recuerda a escritores de la estatura literaria de Fedro, Esopo, Homero, Don Juan Manuel, Miguel de Cervantes y Saavedra, Gustave Flaubert, Fiodor Dostoyevski, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, entre muchos otros.

Sin embargo, la situación de la narrativa femenina, es bastante diferente. Como es de conocimiento, el oficio de escritora sólo logró su pleno desarrollo durante el siglo XX, en que se produce una verdadera revolución de ideas sobre la mujer, en su rol de intelectual y dentro del espacio público en que se concibe la cultura, y por ende, la literatura.

Anteriormente, durante cientos de décadas, las mujeres estuvieron relegadas al rol clásico de esposa y madre, muchas veces, ocultando su genuina vocación hacia las letras, o bien, usando pseudónimos masculinos para evitar la marginación, y con ello, el castigo dentro de una sociedad machista. Son ejemplos famosos: Cecilia Bohl, que usó el pseudónimo de Fernán Caballero; María Lejárraja, que firmaba como Gregorio Martínez Sierra y el caso emblemático de las hermanas Brontë, que utilizaron los nombres de : Currer Bell, Ellis Bell y Acton Bell.

Durante el siglo XX, también, las escritoras logran capturar la atención de importantes editoriales y ganan por primera vez grandes premios, es el caso de: Doris Lessing y Herta Muller. En este sentido, entendiendo el valor, de una narrativa auténticamente femenina, que camine con los tiempos actuales, y en que el rol de la mujer ha sufrido cambios significativos, deseo destacar de manera muy especial, a una narradora joven de nuestro Taller, Leonor Merino Gutiérrez, que cultiva con oficio el cuento y la microficción.

Sobre Leonor Merino Gutiérrez: De profesión Abogada Litigante, narradora, se dedica además, al canto lírico, en un coro profesional. Su narrativa, posee un contenido claramente social, en que los personajes son descritos como antihéroes y tipos humanos, derrotados por un sistema social excluyente e injusto. Utiliza, con maestría el símbolo y la alegoría, para representar historias en que se alterna la cotidianeidad de la vida con la lucha por grandes ideales y valores, que inspiran e iluminan la existencia. Aborda, asimismo, el cuento con un pulso narrativo ágil, que desemboca en un descenlace breve y sorpresivo, y también, incursiona en la microficción, tratando temas como la pobreza, la incomunicación, la soledad y la vida urbana, entre otros.

Dejo a continuación, una pequeña selección de textos de la autora, que está próxima a viajar a Europa, para proseguir estudios de alemán. Desde ya, mis mejores deseos de éxito en este nuevo y bello desafío. La esperaremos, como hacemos, siempre con los nuestros.

EL PESCADOR DE HOMBRES

Merl, como le llamaban sus amigos, era una especie de Merlucius Gayi, que habitaba en la zona central del extenso mar Pacífico. Físicamente, joven, muy escamoso y dedicaba gran parte de su tiempo a la Guardia Marina.

Cada noche, él y sus amigos, subían a la superficie para alimentarse de pequeños artrópodos y calamares. Su labor principal, consistía en dar pronto aviso de algún riesgo inminente, como eran esos enormes pájaros, que de picada al mar, secuestraban a muchos de sus pares sin que volviera a saberse jamás de ellos.

Nuestro pez, recordaba con cariño, a su pequeño hermano, perdido, hace ya mucho tiempo, en poder de estos malnacidos, con cabeza blanca, tonos amarillentos, cuello blanco y un pico amarillento de base rojiza y gran bolsa gular azulosa, conocidos como: El Alcatraz. Al respecto, lo inundaba una gran desazón.

Aquella noche, sintió el mismo escalofrío y pánico, de esa vez, en el que su hermanito, se encontraba jugando, alimentándose y nadando. Momento, en el que se dejó ver imponente, provocando admiración, sorpresa y sobre todo miedo… cuando desplegando sus alas, abrió su gran ´pico, abalanzándose sobre el mar y llevándose muy lejos al pequeñuelo en su gran bolsa, quitándole violentamente la libertad, para pasar a la tortura y a un final poco feliz. Ese día, Merl no pudo hacer nada, sino sólo observar estupefacto. Habría preferido, ser él quien corriera ese fin, a tener, que soportar cada día su pusilanimidad.

Al tiempo, logró superar su pérdida, y prometió servir a la Guardia Marina, entregando su vida si fuese necesario , con la finalidad de proteger a los suyos .

Así, cada vez que se acercaba a una de estas grandes aves, Merl, daba pronto aviso y todos desaparecían, de la misma forma, que alguien al ver un Testigo de Jehová, tocando una puerta. Fue así, como estos pájaros, no fueron más un problema, el cardumen, logró vivir sin amenaza y libre durante un tiempo. Entonces, nuestro amigo, decidió retirarse de su labores y conocer todo el Sur, junto a su gran amigo y camarada UZA.

Cuando pensaron en renunciar a la Guardia Marina, era de noche. Los peces subieron a la superficie como acostumbraban, disfrutando de las exquisiteces proporcionadas por el mar. En ese momento, a lo lejos, se descubrió lentamente , mayestático y potente “ EL CORAL “, desprendiendo sus redes, igual que un pájaro al desplegar sus alas y abalanzándose como un gran manto, para cubrir el extenso mar, embistiendo, aprisionando y apoderándose de nuestra autodeterminación.

No me aparté de UZA, un solo instante. Escapamos, logrando liberar a unos cuantos, pero, aquella noche también, perdimos a cientos. Luego, nos sumergimos a unos cincuenta metros de profundidad, para subir nuevamente a la superficie y ver que estos seres –no sé lo que son- , parecen tener grandes extremidades y una cabeza. Con gran fuerza, levantaban la malla. Nadé velozmente, y empujé aquel bote, pero, con cada golpe , me sentí más y más, aturdido. El Coral, se alejaba rápidamente y con la misma rapidez, yo perdía la conciencia.

  •  Merl !!
  •  Merl, Merl !!

    Desperté, mi amigo UZA, llevaba más de media hora gritándome.

    Nuevamente, sentí el mismo pavor, que cuando perdí, a mi hermano menor, pero, también recordé mi promesa.

    Fue así, como nuestro pez, elucubró un ingenioso plan, para salvar a los demás. Esta vez, no esperarían pacientes al ser atacados, sino que serían ellos, los que vencerían a los hombres y así recuperarían con vida al resto de los peces.

    Merl, compartió su gran idea con el resto del cardumen, puesto que, tan sólo era cuestión de días, o quizás, horas, para que estos seres volviesen y desplegaran otra vez sus redes para aprisionarlos y robarles lo único que les quedaba: su libertad. La estrategia, consistía en que se dejarían atrapar en la malla, cuando los humanos comenzaran a forzar; ellos harían lo mismo, hasta volcar. El Coral, rodearía a los hombres y no los liberarían hasta que éstos devolvieran con vida a los otros peces.

    Hubo un gran revuelo, muchos le gritaron loco y no lo apoyaron. UZA, no era la excepción, sin embargo, quería y apoyaba a su amigo.

    El Merluccio Gayi, alzó la voz y preguntó:

  •  ¿Somos nosotros los que tenemos que huir despavoridos?
  •  ¿Quieren vivir escapando, sin enfrentarlos?
  •  ¿Prefieren vivir el resto de sus vidas pensando en que tal vez pudieron hacer algo más?

    Eso, no es lo que quiero, no voy a huir. Los enfrentaré, lucharé por lo que he ganado. Mi vida debe tener un sentido y si al menos un pez puedo traer de vuelta, tendrá todo el sentido.

  •  ¡ No teman¡

    Juntos, podremos dominar a los hombres, los rodearemos y tendrán tanto miedo que sólo les quedará acceder a nuestra petición.

    Los peces, parecieron convencerse y pidieron ayuda a la Gran Ballena, a pesar de que no tenían una buena relación, comprendieron que pese a sus diferencias, luchaban por el mismo fin.

    Esa noche, se quedaron en vela. Aún, no amanecía y las ráfagas del viento formaban una oleada pocas veces vista, la corriente se volvía cada vez más fuerte, sólo les quedaba esperar.

    En la distancia, pudo divisarse imperiosamente “ EL CORAL “, autoritario, despótico, dominante, tiránico y orgulloso. Ahí, estábamos, esperando ansiosos con desprecio y ganas infinitas de provocar su zaherimiento.

    La Ballena, se acercó al bote intentando volcarlo, mientras, uno de los hombres disparó un arpón. Este atravesó el voluminoso cuerpo de nuestro aliado, que poco a poco , se sumergía para no volver a salir.

    Muchos peces, al ver tal escena, huyeron amedrentados, pero, Merl, seguía gritando:

  •  Lo lograremos.
  •  Lo lograremos.

    Cuando la gran red cubrió el mar, capturó a UZA, MERL y los demás. El plan seguía intacto, rodearían a los hombres y obligarían a entregar el resto de los peces, que en alguna parte del bote estaban escondidos. Creyeron.

    Paulatinamente, la red comenzaba a subir. Merl, gritaba, alentándolos, ya en el suelo del bote. Los peces comenzaron a saltar sobre él ,hasta rodear a los dos hombres. Algunos perdieron la conciencia, pero, Merl no se cansaba de gritar.

  •  Lo estamos logrando.
  •  Ya los rodeamos.
  •  Se están rindiendo.

    UZA, ya sin aire, responde a su amigo: “ Te- ní-as- ra-zón.”

    Mientras, MERL, con su último aliento de vida, responde: “ He-mos pes-ca-do a los hom-bres” …

    TIC TAC

    Son las 07:30 hrs., camino tranquilamente al colegio. Me rodean feos y gordos relojes. Corren de un lugar a otro despavoridos; algunos llevan bigotes y maletines, otros, sombreros y carteras. Se preguntan mutuamente la hora.

    Van de un lugar a otro, desesperados, pendientes del tiempo, envejecen rápidamente durante el día, hasta quedar total y completamente inservibles.

    La semana ha trascurrido velozmente, ya es viernes. Me he quedado dormido, no puedo llegar tarde. Tomo un pantalón y una camisa. Corro a tomar la micro, pero, ya es tarde, comienzo a sufrir esa extraña metamorfosis; de pronto, me vuelvo gordo, me salen agujas en la cara, mis extremidades se acortan.

    Ahora, soy yo, quien pregunta la hora.