El procurador general de la Provincia confirmó que el militante recibió disparos de armas de fuego. El ministro de Seguridad de Vidal intenta deslindar responsabilidades policiales.
Ulises Valdez @CLAVe
Viernes 23 de noviembre de 2018 12:43
Tal como venían denunciando sus compañeros y vecinos, Rodolfo Orellana fue asesinado de dos disparos en la localidad de Ciudad Evita. "Ronald" participaba desde el viernes a la noche en un reclamo por tierras, en una provincia castigada por la falta de vivienda.
En una conferencia de prensa realizada en la CTEP, los vecinos denunciaron que en el lugar se habían encontrado con dos patrulleros de la Bonaerense y personas de civil, que los amenazaron diciendo que "iba a haber guerra”. Pocos minutos después se produjeron los disparos. Rodolfo cayó al piso con 2 impactos de bala de plomo, uno en la nariz y otro en la pelvis.
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El ministro de Seguridad Cristian Ritondo, fiel al manual de los gobiernos y la policía bonaerense, desde un principio intentó confundir los hechos. Desde su ministerio se sostuvo que “un informe médico” determinó que “no se observa proyectil alojado”, y que el cuerpo “posee un orificio de entrada en el omoplato producto de un elemento punzante, pero que esto no necesariamente pudo haber provocado la muerte”. También aseguró que una de las hipótesis del hecho sería “el propio enfrentamiento entre dos sectores que se disputan la usurpación y la compra de ese terreno”.
Lo cierto es que esta mañana el Procurador General de la Provincia, Julio Conte Grand, tuvo que rendirse ante las evidencias. Primero confirmó que “en principio se dijo que el deceso se habría producido por una intervención de un elemento punzante, pero después la autopsia preliminar lo descartó, y se está trabajando sobre que el hecho se produjo por un proyectil que habría ingresado en el omóplato del cuerpo de la víctima, y habría salido por la parte facial”. Además reconoció que “todos los efectivos que estaban en el lugar para tareas de protección y posibles refriegas portaban balas de goma, pero cuando se desbordó la situación comenzaron a aparecer refuerzos, dos patrulleros de seccionales cercanas y tenemos que verificar las armas que ellos portaban. Estamos detectando si hubo o no armas de fuego”.
Entonces Ritondo tuvo que empezar a recalcular. Por un lado aseguró que el procurador le confirmó que la muerte había sido por balas de plomo. Pero además agregó que "el Procurador dijo que hay dos hipótesis; una, que haya salido del enfrentamiento entre los dos sectores que se disputan ese predio, y la otra es de un mal accionar policial. Asuntos Internos, desde que nos hicimos cargo, ha investigado todo y si hay un mal proceder policial, serán sancionados”.
Para las declaraciones Ritondo había elegido una puesta en escena: un “operativo antidrogas” junto a la jefatura de la Policía Bonaerense. Allí tuvo que retroceder de su primera versión y hasta decir, cínicamente, “lamento la muerte de Orellana”.
Los familiares, vecinos y compañeros de militancia de Orellana siguen denunciando la responsabilidad policial y reclamando justicia.