Desde el golpe de estado de julio pasado, el Primer ministro Erdogan se desatado con una purga que afecta a decenas de miles de personas.
Miércoles 16 de noviembre de 2016
Foto: EFE
Desde el golpe de estado de julio pasado, el Primer ministro Erdogan se desatado con una purga que afecta a decenas de miles de personas. En especial, se ha ensañado con las organizaciones kurdas. Éste miércoles ha tocado a dos alcaldes pertenecientes al Partido Democrático de los pueblos (HDP).
La mano dura llega desde la fiscalía. Esta ordenó la detención de estos dos cargos por una presunta pertenencia al Partido de los Trabajadores del Kurdistán. Partido ilegalizado puesto que es considerado terrorista por Turquía y la Unión Europea.
El HDP denuncia que hay una caza de brujas. Unas semanas atrás fue detenida otra alcaldesa de dicha formación. Alrededor de una veintena de alcaldes del sureste turco ya han sido apresados. La fiscalía arrestó a 10 parlamentarios del HDP con los mismos cargos, entre los cuales había los máximos dirigentes.
A principios de mes, Turquía encarceló a nueve periodistas por ser miembros del PKK y del líder Fetullah Güllen, a quien Erdogan acusó de estar detrás del golpe de julio. Un Tribunal dictó prisión preventiva para el director del diario opositor Cumhuriyet, el más antiguo y quizás el más prestigioso del país, así como para otros ocho periodistas y directivos del periódico.