El reciente viernes se volvió a ratificar, por 486 votos a favor, la decisión de los estudiantes de sostener la movilización por una semana más. Ya van dos semanas desde que la Facultad se encuentra tomada por el reintegro de los estudiantes expulsados.
Lunes 9 de mayo de 2016
“La toma ha significado una explosión de desarrollo artístico, intelectual, político y lúdico (…) foros sobre la lucha mapuche, clases de mapudungun, obras de teatro, bandas, intervenciones artísticas, una profunda fraternidad, disciplina y orden en las discusiones y altísima participación. Todo lo anterior en el marco de una lucha que aún no hemos ganado: el reintegro de nuestros compañeros que fueron expulsados sin criterios unificados, sin planes de acompañamiento eficientes, y que ya han sufrido un enorme daño moral y psicológico. Aun más, durante este proceso pudimos dar cuenta del drama posterior a las expulsiones: nuestros compañeros son embargados por la universidad si es que no pagan las deudas contraídas con esta institución, aún cuando no pudieron completar sus estudios”. Con estas palabras uno de los voceros de la toma, Francisco Flores, parte de “ La Hazaña” y militante de la Agrupación Combativa y Revolucionaria, hace un llamado a mantener la unidad dada en la movilización hasta conquistar las demandas que dieron vida a esta lucha y no claudicar ante las maniobras de las autoridades para bajar la toma.
La situación anterior se origina al octavo día de toma, cuando, en reunión entre voceros de toma y Decanato, las autoridades se declaran incompetentes para reincorporar a los y las eliminadas. Mientras, por otro lado, repiten exactamente el mismo actuar sostenido durante la última movilización contra la subcontratación de las trabajadoras del aseo que terminó con la mitad de ellas sin trabajo. Es decir, se limitan a conceder parcialmente garantías académicas en caso de deponer la movilización, esto es: tres días de “marcha blanca” sin evaluaciones y declaraciones de “buena voluntad” sobre participación estudiantil en la re calendarización e interceder para que profesores no den materia por enseñada. Sobre el último punto, referido a la realización de jornadas triestamentales cuyo objetivo es decidir entre todas y todos el rumbo de la Facultad, se limitan a señalar que existe disposición para su realización, sin garantizar que las decisiones que allí se tomen sean efectivamente vinculantes.
Por otro lado, organizaciones políticas tampoco se han ubicado a la altura de las demandas de los estudiantes: “Como hemos repetido, no estamos de acuerdo con que la toma sirva para conseguir el objetivo que inició la misma, esto es la reincorporación de lo/as estudiantes eliminado/as. Pese a la presión que se ha ejercido, Rectoría ha repetido constantemente que analizará caso a caso por vía administrativa (…)”, plantean en una declaración emitida por Izquierda Autónoma (actual conducción del Centro de Estudiantes de Derecho), agrupación que junto a la Derecha y la juventud del PS llamaron a deponer la movilización, tras conocer la respuesta del decano Harasic en la reunión antes mencionada.
Dichos grupos políticos no sólo hacen esfuerzos por bajar la toma sin la reincorporación de los estudiantes eliminados, depositando toda su confianza en las vías administrativas que en la práctica ya han demostrado que sin presión pueden tardar mucho tiempo en resolver los casos, sino que también están a favor de la realización de investigaciones sumarias en contra de los organizadores de la movilización por un incidente causado por las autoridades el día en que se dio inicio a la toma, señalando que es posible que la investigación puede llegar a ser justa si el CED actúa como ente garantizador de su transparencia e imparcialidad, lo que finalmente fue desmentido en la última asamblea de escuela, ya que dichas investigaciones son confidenciales e inquisitivas.
Finalmente, la última asamblea realizada el pasado viernes 6, resolvió que la posición estudiantil es de absoluto rechazo a las investigaciones sumarias, en razón de que se espera que los conflictos dentro de la comunidad no sean resueltos a través de mecanismos inquisitivos impuestos por los estatutos legados de la Dictadura Militar.
A medida que avanzan los días de movilización, parece cada vez más urgente que la FECH y la CONFECH comiencen a jugar un rol activo en el fortalecimiento de esta movilización, cuya demanda central devela que el hecho de que hoy la Universidad de Chile esté en crisis es expresión de que la educación en su conjunto lo está.