Luego de que una rata mordiera a un estudiante durante el recreo el pasado lunes, la comunidad educativa se movilizó y consiguió que las autoridades suspendieran las clases el día martes 25 para desratizar la escuela. Sin embargo, la fumigación no existió y al día siguiente se reanudaron las actividades. Denuncian la inacción del gobierno porteño y exigen que se garanticen las condiciones necesarias para el desarrollo de las clases.
Viernes 28 de abril de 2023 09:35
El conflicto
Los y las estudiantes de la Escuela Técnica N°9 del barrio de Caballito, "Luis Huergo", vienen protagonizando diversas iniciativas contra las pésimas condiciones en las que se encuentran cursando hace tiempo. Uno de los principales reclamos tiene que ver con la presencia de ratas en la escuela, a tal punto que el lunes pasado un estudiante que se encontraba en el patio, fue mordido y posteriormente atendido por el SAME.
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Ante este hecho inadmisible, alumnos y alumnas de la escuela, junto a sus familias y docentes, se organizaron para visibilizar y denunciar las condiciones en las que se encuentran llevando a cabo las clases, mediante el corte de la Av. Gaona (próxima a la institución), la organización de "sentadas" dentro de la escuela y la participación en la marcha educativa que se realizó el martes 25 en el centro porteño. Ese mismo día, ante los reclamos de la comunidad educativa, las autoridades "del Huergo" suspendieron las clases para que se lleve a cabo la desratización del establecimiento. Sin embargo, las ratas siguieron apareciendo en distintos lugares de la escuela ya que la fumigación que se había informado no se realizó.
En este marco, los y las estudiantes en los tres turnos decidieron votar nuevas medidas en asamblea para definir cómo continuar. Por la mañana del miércoles realizaron un "semaforazo" sobre otra avenida próxima a la escuela, Honorio Pueyrredón, y durante el día prepararon carteles con el contenido de sus reclamos para llevar a las próximos cortes.
En primera persona
El enojo se viene expresando ampliamente, la convocatoria de los cortes de calle crece y aumenta la participación no sólo de estudiantes de los tres turnos, sino también de familias y docentes. Una mamá de 3° año, presente en el corte, describe en detalle el carácter insólito e irregular de las supuestas medidas tomadas por el Ministerio de Educación: "lo que está pasando es que la conducción del colegio dejó que la situación llegue a este punto, además presentaron un documento de una supuesta desratización que corresponde a una empresa que mandó el Gobierno de la Ciudad que ni siquiera tiene habilitación, parece que las actividades que declaran son de un centro de estética y también de tarot. Encima, nos niegan que aún hay ratas en la institución... Es una cadena de irresponsabilidades contra los trabajadores y estudiantes que siempre terminamos pagando los platos rotos de todas las situaciones de poder", afirma.
"Dicen que supuestamente están desratizando cuando en verdad lo único que están haciendo es limpiar y colocar rejillas. Además, en un sólo día no se puede desratizar todo el colegio porque es gigante", denuncia una estudiante. En este mismo sentido, otra mamá de la escuela, agrega: "estoy muy indignada. Mi hijo me cuenta que es cotidiano llegar al aula y que haya caca de rata en su banco o que directamente las vean ahí y tengan que cambian de aula para tener clases. Tuvimos que hacer un corte de calle para conseguir una desratización y nos mienten en la cara porque no se está haciendo nada".
Otra mamá, aclara que la crisis edilicia no tiene que ver únicamente con la presencia de roedores sino que existen otras problemáticas no resueltas que son parte del reclamo: "además de la plaga de ratas, está el problema del estado de los baños, las viandas insuficientes y, muchas veces, en mal estado". Al respecto, una alumna de la escuela agrega que "si las condiciones no están dadas, no podemos estar en la escuela. Estamos tratando de hacer ruido para que nos puedan escuchar".
Otra de las preocupaciones de la comunidad educativa tiene que ver con la falta de comunicación clara por parte de las autoridades de la institución. En este sentido, un alumno de primer año plantea que: "la mayoría de los directivos están presentes, más allá de las reuniones conseguidas por parte del centro de estudiantes y familias. Quieren que sigamos viniendo a la escuela llena de ratas para no perder días de clase". "Las autoridades, en general, no comunican o no lo hacen con claridad. Esto sucedió el año pasado también con otros reclamos respecto a las condiciones edilicias, como el estado de los matafuegos y los recursos para afrontar las altas temperaturas, en esos días los pibes estuvieron hacinados en las aulas en plena ola de calor, sin ventiladores. Siempre somos los mismos los que ponemos el cuerpo: trabajadores y estudiantes", agrega una mamá.
Cómo seguir
Un alumno de primer año explica cómo se vienen organizando: "desde el centro de estudiantes venimos activando a partir de asambleas para discutir y definir cómo desarrollar el reclamo y así lograr que efectivamente se realice lo necesario para solucionar los problemas". Además, cuenta que el jueves por la mañana hubo una reunión con la conducción de la escuela en la que participaron familias y estudiantes pero no tuvieron respuestas a sus reclamos. Lo único que se informó es que las clases continúan con normalidad y quienes no quieran asistir no tendrán la falta computada. También, informaron que recién el viernes a la noche "se empezará a trabajar" en la desratización de la institución: ¿medidas de fondo? te las debo.
Mientras tanto, los y las estudiantes siguen en estado de alerta y movilización, en unidad con el resto de la comunidad educativa, para continuar con las medidas de lucha hasta que el Ministerio de Educación, dirigido por Soledad Acuña, se haga cargo de garantizar las condiciones necesarias para enseñar y aprender sin poner en riesgo la salud e integridad física de quienes asisten a la escuela todos los días. En el marco de un ajuste brutal a nivel nacional, estudiantes, docentes y familias "del Huergo" no están dispuestos a pagar el costo de la crisis y muestran un ejemplo a seguir para otras escuelas que están atravesando situaciones similares.