×
×
Red Internacional
lid bot

Francia. Contra la inflación y por una vida digna: por qué las feministas y activistas LGBTI deben apoyar las huelgas en Francia

Mientras el gobierno y la patronal quieren hacer pagar la crisis a las clases trabajadoras, las mujeres y las personas LGBTI se ven aún más afectadas por la inflación, la crisis energética y la creciente precariedad. La huelga que han iniciado en Francia las refinerías y a la que se suman otros sectores como el tren a partir del lunes, debe ser apoyada por quienes quieran luchar contra la inflación y por una vida digna.

Domingo 16 de octubre de 2022

Nota publicada originalmente en Révolution Permanente. Traducción: Jorge Remacha

La plantilla de las refinerías de Total y ExxonMobil se pusieron en huelga hace varias semanas contra las multinacionales cuyos beneficios exorbitantes son multimillonarios y que se niegan a dejar la más mínima migaja a sus empleados que reclaman aumentos salariales frente a la inflación. Desde los primeros días, se anunció como una huelga eminentemente política y traspasó los límites de estas dos empresas para convertirse en el símbolo de todos los que quieren luchar contra la carestía de la vida, como demuestran los trabajadores ferroviarios que se sumaron a la batalla. En este sentido, se convocó una jornada de huelga interprofesional por parte de las principales organizaciones sindicales CGT, FO, FSU y Solidaires, y la convocatoria de huelga se extendió a varios sectores, tanto en la función pública como en el sector privado, en la SNCF y la RATP o en la enseñanza, por ejemplo.

Un símbolo de la lucha contra la carestía de la vida y la crisis energética

A principios de año, Macron anunció el "fin de la abundancia". A esto le siguieron una serie de posturas muy duras hacia los empleados por parte del gobierno y de los empresarios, rechazando cualquier aumento salarial superior o igual a la inflación, a pesar de las numerosas luchas en este terreno, en Leroy Merlin, IKEA, las subcontratas aeronáuticas o incluso en Roissy Charles de Gaulle antes del verano... Todo ello en un contexto de crisis energética y de inflación que impacta con mayor fuerza en los más precarios, incluidas las mujeres y las personas LGBTI.

Sin embargo, las grandes petroleras siguen obteniendo beneficios récord: 18.800 millones de dólares en el primer semestre en Total, y 17.900 millones en el segundo trimestre en Exxon. Estas empresas, que destruyen diariamente el medio ambiente en todos los rincones del planeta, y cuyas prioridades económicas dictan las políticas imperialistas de Estados como Francia y Estados Unidos, prosperan cuando los trabajadores y las clases populares tienen dificultades para pagar sus facturas de energía.

El ataque a estos dos gigantes bursátiles preocupa a todos los que se ven afectados por el descenso de los ingresos reales debido a la inflación y a la crisis energética. Es por ello que su lucha ha abierto una importante brecha en la situación, con el anuncio de la fecha del 18 de octubre como jornada de huelga interprofesional y los sectores que podrían utilizarla como punto de apoyo para ir a la huelga, como los ferroviarios. En este sentido, una derrota de la patronal de Total y ExxonMobil sonaría como una derrota de toda la patronal francesa.

Solidaridad contra los ataques del gobierno

Desde hace años, y más aún desde la crisis de Covid, sectores especialmente feminizados, como el personal sanitario y el de la enseñanza, protestan contra el punto de indexación que, hasta entonces congelado, se revaloriza por debajo del nivel de inflación. Todos los salarios apenas superan el salario mínimo de toda una serie de trabajadores de la educación y la sanidad. Además, hay bonificaciones ocasionales que no aportan una solución duradera al problema de los salarios. Por eso la huelga de los refinadores, que ha abierto una crisis para el gobierno y la patronal, es una oportunidad para que estos sectores, que tienen más dificultades para golpear la economía con la misma fuerza y rapidez, se unan al movimiento y exijan aumentos salariales generales de 400 euros, y la indexación de los salarios a la inflación.

Además, las mujeres y las personas LGBTI están sobrerrepresentadas en los empleos precarios y a tiempo parcial... y para algunos, sobre todo las personas trans, están excluidas del mercado laboral debido a la discriminación. Para implicar a estos sectores de la población y por la unidad de nuestra clase, es urgente exigir un aumento de los salarios pero también de las pensiones y de los mínimos sociales generales de 400 euros, también indexados a la inflación.

Sabemos que no tenemos nada que esperar de un gobierno que sólo busca que la crisis la paguen los más precarios. Cuando el gobierno decide requisar a los huelguistas de ExxonMobil para intentar romper la huelga, sabemos que detrás de los grandes discursos, no son los intereses de los trabajadores y de las clases populares los que intenta salvaguardar, sino los de la patronal del CAC40 (N. de T.: el equivalente al IBEX35 español, las empresas con mayores beneficios).

La huelga de los refinadores es una respuesta explosiva a la crisis que el gobierno y la patronal intentan hacer pagar a las clases trabajadoras. Frente a la ofensiva de Macron contra el seguro de desempleo y las pensiones, así como los ataques inflacionistas a nuestros salarios, es esencial que nos dirijamos a las huelgas en curso, que son la punta de lanza de la lucha de clases.

Esto implica no sólo solidarizarse con las huelgas existentes como la petroquímica, difundiendo los fondos de la huelga, popularizando su lucha y sus reivindicaciones, enviando apoyos desde nuestras empresas y lugares de estudio, sino también convertirlas en un punto de apoyo para generalizar la huelga. Así es como podemos construir un plan de batalla capaz de involucrar a todos los trabajadores de los diferentes sectores, para ganar aumentos salariales, prestaciones sociales mínimas y su indexación a la inflación, pero también para conseguir que Macron deje de atacar el seguro de desempleo y las pensiones.