Con goles de Gabriel Jesús y Firmino, la selección verdeamarelha pasa a la final. El equipo de Scaloni mostró su mejor rendimiento. Jugará el sábado por el tercer puesto.
Augusto Dorado @AugustoDorado
Miércoles 3 de julio de 2019 00:00
Una de las mejores oportunidades que tuvo Argentina para convertir. No pudo ser.
Con el correr el tiempo, tal vez, el consuelo tendrá mayor relevancia que los motivos de la desazón: pese a la frustración de quedar fuera de carrera por conquistar la copa más importante de Sudamérica a nivel selecciones, el combinado argentino dio muestras de recuperación notorias. Argentina hizo su mejor partido ante Brasil. No fue un equipo brillante, pero sí más sólido por momentos, con más ideas y mayor actitud, aunque basado más que nada en mejoras individuales empezando por Messi y siguiendo con jóvenes que se afirman como Foyth, Leandro Paredes, Tagliafico y De Paul. Entre lo más flojo de la noche: la dupla central en el fondo, con un Pezzella algo desorientado y un Otamendi que –aunque prolijo- oscilaba entre firmeza y duda.
No sería exagerado afirmar que el resultado no le hizo justicia al trámite del partido, si no fuera porque la diferencia que marcó la selección dirigida por Tite estuvo en la contundencia ofensiva: tuvo dos posibilidades concretas que no desaprovechó para nada. Y fueron goles que derivaron de muy buenas combinaciones colectivas, casi de canchita de fútbol 5; aunque en ese aspecto Gabriel Jesús estuvo por encima de todo el resto. La figura del partido fue el veterano Dani Alves, como para recordarnos que sigue siendo el mejor lateral derecho de la actualidad: marca y tiene salida, se proyecta… Nada que no conozcamos si alguna vez lo vimos desparramar su jerarquía en las mejores versiones del Barcelona.
Pero Argentina tuvo sus varias oportunidades: remate de Paredes desde afuera del área que se fue desviado por poco, tiro libre de Messi al ángulo con atajada magistral de Alisson, cabezazo de Agüero que besa el travesaño seguido por un asedio al arco brasileño tipo película de cowboys, el remate en el palo de La Pulga. Eran los mejores momentos de la celeste y blanca pero cada vez que le sonó la alarma al equipo de Tite, se despertó y encontró el camino para ponerse en ventaja.
El seleccionado de Brasil pudo hacer pesar un poquito más su contundencia, algo de suerte también lo acompañó, y se quedó con el lugar en la final. Independientemente del arbitraje flojo del ecuatoriano Zambrano -que inexplicablemente no recurrió al sistema VAR en algunas jugadas que dejaban margen de duda- la ventaja la consiguieron los locales en la cancha. Cabe destacar que un aparente penal al Kun Agüero en la jugada previa al segundo gol (el de Firmino) ameritaba revisión, aunque a priori no parecía que fuera falta. Pero tampoco estuvo la posibilidad de apreciarlo bien: la transmisión no repitió la jugada y solamente hubo una toma, de una sola cámara; quizás desde otro ángulo se hubiera podido observar mejor.
"Empieza algo nuevo. Viene una camada importante que ama a la selección. Hay futuro. Ojalá no los empiecen a matar desde el vamos, hay que respetarlos y darles tiempo", firma: Lionel Messi. pic.twitter.com/YDwE1ZLDZ1
— Stoppers (@_Stoppers) 3 de julio de 2019
Tras el partido, Scaloni expresó que en la Selección “hay futuro”. Aunque el más incierto es su propio futuro en el banco de Argentina, el diagnóstico pareciera algo acertado: los jugadores que se integraron para un recambio generacional tuvieron mayormente buen rendimiento (a los mencionados antes se pueden agregar Acuña, Lautaro Martínez, Lo Celso). Tal vez pueda ser la plataforma desde la cual despegue un nuevo equipo que le permita a la generación mundialista –de Messi, Di María, Agüero, etc- llegar al Mundial de Qatar 2022 con alguna esperanza de lograr un título.
Ahora el equipo tendrá la chance de subir al podio, a modo de premio consuelo, enfrentando este sábado 6 a las 16 horas al perdedor de la semifinal que hoy disputarán Chile y Perú. Tal vez aporte un poquito más de aire fresco a un equipo que llegó en malas condiciones, arrancó el torneo muy cuestionado y recién sobre el final de la copa fue encontrando algo de estabilidad anímica. Veremos si se confirma un resurgimiento o si solamente se trató de un espejismo pasajero.