Así describía el fotoperiodista Rubén Espinosa su sentir, luego de salir de Veracruz por intimidaciones y la violencia a comunicadores. Hoy está muerto, fue torturado y asesinado junto la activista Nadia Vera y tres mujeres más en el Distrito Federal.
Martes 4 de agosto de 2015
Rubén Espinosa Becerril de 32 años, trabajó en Veracruz como fotoperiodista de la revista Proceso y corresponsal de agencias en el Estado . También era trabajador para Cuartoscuro.
El sábado su familia hizo pública su desaparición a través de la organización Artículo 19, defensora de periodistas y la libertad de expresión, horas después fue localizado muerto junto a Nadia Vera del movimiento #YoSoy132 y activista de Veracruz junto a tres mujeres en un departamento de la colonia Narvarte.
Fuentes policiales confirmaron que dos impactos de bala y diversos golpes en la cara, quitaron vida a Rubén, mientras la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, PGJDF, informó que las jóvenes que lo acompañaban también sufrieron lesiones múltiples.
Todos fueron atados de pies y manos y presentaban lesiones por arma blanca y de fuego y marcas de tortura.
Nadia y Yesenia dos víctimas de feminicidio identificadas
La PGJDF informó que las 4 mujeres que estaban con Rubén “son, una colombiana, una chiapaneca, una maquillista de Baja California, así como una empleada doméstica del Estado de México”.
Una versión oficial despersonalizada de las 4 víctimas de feminicidio, omite lo que circula con fuerza en redes sociales, algunas o todas fueron torturadas, violadas y se encontraron semidesnudas en el departamento.
Nadia Vera de 32 años, originaria de Chiapas, era antropóloga social egresada de la Universidad de Veracruz y activista del movimiento #YoSoy132 y de otras causas sociales en el Estado.
Por otro lado, de Yesenia Quiroz Alfaro de 18 años se sabe que era de Baja California y según la PDJDF era maquillista. La usuaria de Twitter @yohaliresendiz informa que era prima de “Daniel Ramos Alfaro, maestro de CONAFE, desaparecido el 02/10/ 2013 en Michoacán”.
Dos mujeres no han sido identificadas plenamente, sólo se sabe que una tenía 40 años, era del Estado de México y era empleada doméstica y la otra, colombiana de 29 años.
Crimen político y feminicidios, desairados por el gobierno
El caso de Rubén era conocido por varias instancias de gobierno y organizaciones de derechos humanos. Pero ninguna autoridad intentó preservar la vida del periodista.
Espinosa cubrió las movilizaciones de estudiantes en Xalapa y la agresión con palos y machetes que sufrieron el 5 de junio. Encabezó un acto donde homenaje a la periodista asesinada Regina Martínez. Luego de esto fue vigilado e intimidado en su casa y trabajo, razón por la cual decidió salir del Estado.
La versión oficial de la PGJDF causó repudio, por la desestimación del asesinato por razones políticas y contra la libertad de expresión. Donde la PGJDF da peso a que Rubén “llegó a la ciudad de México a buscar trabajo” y la posibilidad de robo por el saqueo al domicilio.
Francisca Daniela de la organización de mujeres Pan y Rosas, en entrevista para La Izquierda Diario, afirmó que el feminicidio en este caso ya es devaluado por las autoridades, pues aunque aparece en las indagatorias iniciales, no fue mencionado como tal en la conferencia de prensa de la PGJDF y han sido organizaciones sociales y la sociedad indignada quienes levantaron la voz para exigir justicia por estas mujeres brutalmente asesinadas.
“No confío en ninguna institución del Estado”
“No confío en ninguna institución del Estado”, afirmó tras 7 años como periodista en Veracruz. En un desalojo policial a los maestros en 2014, Rubén y otros colegas fueron atacados y les robó su equipo la policía. Se armó una comisión de diputados que dijo “no sirvió para nada” para ¨investigar¨. “El encargado de la PGR insistió en pedirme las fotografías del desalojo, al momento de dárselas se acabó el contacto”.
También denunció la complicidad de la Comisión Estatal para la Atención y Protección a Periodistas, que siguió este caso, pero “llamaron 3 días después para preguntarme nada más, no confío en la CEAPP lo digo abiertamente, no creo que funcione”.
Espinosa evidenciaba la cooptación de periodistas en Veracruz por parte del gobierno y las grandes presiones que significa hacer periodismo crítico con el gobierno de Javier Duarte.
“Los periodistas son amenazados con despidos, si acuden a marchas por la libertad de expresión” y “a un periodista que acudió al sepelio de Juan Mendoza, le dijeron en su trabajo que tenía mucha mierda en la cabeza y que mejor se pusiera a trabajar”.
Presiones similares viven periodistas en todo el país, con la violencia, el feminicidio, las violaciones a derechos humanos por parte de policías y militares, los crímenes del narcotráfico, etc. el autoritarismo y la impunidad se consolidaron.
El periodismo crítico no puede sólo guardar un minuto de silencio
Unas semanas duró Rubén en el “autoexilio” en la ciudad de México, ante las amenazas recibidas por su trabajo, “me da coraje, tristeza y dolor, que una persona haya decidido el rumbo de mi vida”, afirmó al referirse a su desplazamiento forzoso.
“Es un cambio radical en mi vida, no comienzo de cero, pero si empiezo de nuevo. Tengo que comenzar a entender esa nueva etapa de mi vida”.
Rubén Espinosa veía con optimismo su futuro, que hoy le fue truncado.
La responsabilidad por su muerte y Nadia Vera del movimiento #YoSoy132 y activista de Veracruz junto a tres mujeres además de sus torturadores y asesinos directos, es también del gobernador de Veracruz Javier Duarte, de Enrique Peña Nieto y el estado de terror que ha sembrado en todo el país, sin justicia para los normalistas, criminalización a periodistas y de la protesta social e impunidad por doquier.
Con información de Rompeviento TV.