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Red Internacional
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Cordoba. Córdoba: Llaryora arrodillado ante los "pituquitos" y muy duro contra los trabajadores cordobeses

Lejos de su tono de campaña, ahora el gobernador se preocupa por dar gobernabilidad al poder económico mientras ajusta sin tregua a los trabajadores cordobeses. Hay un debate necesario con todos los que lo apoyaron diciendo que era el mal menor

Miércoles 3 de enero de 2024 13:44

La noche en que Passerini ganó la intendencia de la ciudad de Córdoba, el actual gobernador Martín Llaryora se despachó con un discurso que generó simpatía entre trabajadores del interior del país. Habló contra "los pituquitos de Recoleta" que venían a Córdoba a decir cómo se debe gestionar, haciendo referencia a la dirección nacional de Juntos por el Cambio que había llegado a la ciudad con expectativas de que De Loredo sea el nuevo intendente de la ciudad.

La frase de Llaryora tuvo impacto nacional y sectores del kirchnerismo local y de todo el país se ilusionaron con que el actual gobernador pueda ser una alternativa a Schiaretti. Hasta Grabois habló con simpatía en su paso por la provincia en plena campaña hacia la presidencia.

Luego vino el debate presidencial en el que Schiaretti quiso vender "el modelo Córdoba" como alternativa de gestión al peronismo nacional y las opciones liberales de Juntos por el Cambio y Milei.

El PJ de Córdoba alineado con el gobierno de Milei

En las semanas previas al ballotage Schiaretti se alineó con Milei, aunque sin dar apoyo explícito encabezó la campaña "Anti Massa". Llaryora evitó pronunciarse. Luego del triunfo libertario el PJ le aportó funcionarios en áreas claves, como Daniel Tillard que hoy busca privatizar el Banco Nación y Osvaldo Giordano, que tiene la tarea de ajustar a los jubilados de todo el pais.

Pero el apoyo del PJ de Córdoba no se limitó a eso, sino que Llaryora apenas electo se arrodilló ante la línea de Milei y empezó con un plan de ataque contra los laburantes cordobeses.

En sólo 20 días de gestión el gobernador reprimió un cacerolazo que terminó con estudiantes y periodistas detenidos. Junto a la represión la policía de la provincia se vio envuelta en un escándalo de espionaje a las organizaciones sociales y de la izquierda durante la marcha del 20 de diciembre.

Luego intentó tirar abajo el acuerdo paritario de las y los trabajadores y jubilados docentes y estatales del que tuvo que retroceder ante la amenaza de paro. A la semana siguiente le dio un mazazo al bolsillo de docentes, trabajadores de la salud, municipales y de todas las áreas del estado al incrementar el porcentaje de aportes a la caja de jubilaciones y APROSS de los trabajadores activos. Y como si esto no bastara, el sábado 30 de enero en vísperas del festejo de año nuevo, despidieron a decenas de trabajadores del estado que incluyen las áreas de desarrollo, Senaf, transporte y trabajadores de la salud de distintos hospitales y centros de atención primaria.

No nos extraña la orientación que está tomando Llaryora y que va a continuar Passerini en la municipalidad. Pero pareciera que para algunos dirigentes kirchneristas y referentes progresistas hace falta recordar el pasado reciente, aunque no creemos que sea un problema de memoria sino de cinismo. Cuando Llaryora asumió como intendente atacó a las y los trabajadores municipales en plena cuarentena estricta, al mismo momento que Schiaretti recortaba a los jubilados. Todos los gobiernos del PJ local se caracterizaron por atacar el salario y los derechos laborales cada vez que necesitaron recursos. Siempre lo tienen que pagar las y los trabajadores y nunca los grandes empresarios. Para ellos siempre beneficios y el chamuyo de que se generan puestos de trabajo, siendo que el empleo privado está estancado en la provincia y crecen los sectores precarizados y la pobreza.

Por parte de los dirigentes de organizaciones sociales, sindicatos y referentes políticos, de la cultura y de la academia referenciados en el kirchnerismo, siempre hay una justificación, siempre hay una excusa para integrarse al PJ, pero el interés real es mantener algún cargo o algún presupuesto como único norte y posibilidad para "hacer política". Los primeros embates del mega-ajuste de Milei y Llaryora, muestran por el contrario que la política puede desarrollarse en la calle y no sólo en "el palacio".

Haber estado tantos años en el palacio fortaleció al PJ, que ajusta duramente al pueblo trabajador. En cambio, desde cacerolazos, grandes asambleas y actividades de trabajadores de la cultura, organización desde abajo de las y los docentes que recuperaron UEPC capital, empleados estatales despedidos de municipios del interior que lograron recuperar sus puestos de trabajo acompañados de vecinos, empiezan a mostrar, cómo en todo el país, una política distinta. La política desde las calles y los lugares de laburo, algo que muchos creían obsoleto. Es la única fuerza que puede enfrentar este ajuste, pero no basta sólo con luchar.

Tenemos que poner en pie nuestras instituciones, asambleas y lugares de organización con independencia política de todos los gobiernos, tenemos que desconfiar de todas las cúpulas sindicales y funcionarios que nos trajeron hasta acá, exigir a las conducciones planes de lucha a la altura de los ataques y pelear para que la crisis la paguen los únicos que siempre son beneficiados: los Arcor, AGD, especuladores inmobiliarios etc. O es con el hambre del pueblo trabajador, los jubilados, docentes, médicos, estudiantes o es afectando los recursos de los que siempre ganan. Llaryora demostró lo que ya sabíamos, bienvenidos todos los jóvenes y laburantes que quieran unir fuerzas contra el ajuste y darle la espalda a los referentes que siguen yendo atrás del gatito de los pituquitos de recoleta.