Compartimos la carta de Victoria Marconetto, militante de la Juventud del PTS en Córdoba y nieta de un desaparecido en la última dictadura militar.
Jueves 21 de marzo de 2019 18:37
Soy Victoria Marconetto, nieta de Luis Alberto Marconetto, desaparecido el 15 de agosto del 76.
Como muchos, creo que conocí la política con la marcha del 24 de marzo, así como la noción de la injusticia y del Estado criminal. Cuando fue la sentencia de la Megacausa de La Perla (causa en la que entraba la desaparición de mi abuelo, exigida como todas durante años por organismos de DDHH y familiares), mi abuela dijo: “Es una justicia a medias, injusta”. Me acuerdo de haber estado ahí y escuchar varias absoluciones, penas de dos años o la frase “posibilidad de prisión domiciliaria”.
Como todos los 24, voy a marchar de manera independiente, con banderas limpias, porque todos los gobiernos protegieron a los grandes beneficiados con el Golpe y les garantizaron la impunidad. Porque pusieron como jefe del Ejército a un genocida como Milani, porque protegen los archivos, porque hay menos de un genocida condenado por Centro Clandestino de Detención, porque persiguen a luchadores. Porque Julio, porque Luciano, porque Mariano, porque Santiago.
Garantizan la impunidad hasta que un día llegan a la presidencia, como la familia Macri, que sumó 40 empresas durante la dictadura. Hoy gobiernan el país quienes, de una u otra forma, fueron cómplices civiles de la dictadura. Están endureciendo el aparato represivo para aplastar a quien quiera levantar la cabeza y refuerzan la criminalización de la juventud para que seamos quienes paguemos las cuentas.
Cada 24 de marzo me enfrento, junto a mis compañeras y compañeros, a cierto discurso épico de los desaparecidos, como si hubiera sido solamente una página negra de la historia en la que algunos jóvenes idealistas enfrentaron a un puñado de militares que tomaron el poder. En realidad, el golpe fue la acción deliberada de una clase que, ante el último ensayo revolucionario de la historia argentina, vino a barrer a sangre y fuego a esa generación a la que perteneció mi abuelo para imponer un saqueo terrible a los trabajadores.
Esta fue la política del gobierno anterior: una memoria abstracta, irrespetuosa para no discutir por qué peleaban, porque es muy peligroso actualizar la pelea por otra sociedad. Pero el aparato represivo forjado en esos días continúa activo hasta el día de hoy, incluyendo a los servicios de inteligencia podridos. También siguen actuando los responsables civiles y eclesiásticos, siguen cuidando a los agentes del Golpe y evitando que sepamos dónde están los desaparecidos que nos faltan.
A Luis nunca lo encontraron: “ni muerto ni vivo” decía Videla.
Muchas veces me preguntan qué le diría hoy a Luis. Le diría que tenemos una pelea enorme para dar contra un saqueo que empezó después de que a él lo desaparecieron, cuando los milicos contrajeron una deuda que después engrosaron estatizando deudas privadas y que todos los políticos de los poderosos dicen que hay que pagar. Le diría que el capital financiero se dedica a quebrar países y a reventar las condiciones de vida de generaciones, anulando por ende toda posibilidad de conquistas de derechos inmediatos. Le diría también que confío en que podemos preparar su derrota, así como ellos se preparan sistemáticamente para reventarnos.
Hoy nuestra generación tiene muchísimo por enfrentar, empezando por el imperialismo. El mismo imperialismo que en los 70 instrumentó el Plan Cóndor, hoy busca avanzar sobre América Latina, como vemos en Brasil, Venezuela y Argentina. Tenemos una historia y una tradición enorme atrás de la que tenemos que sacar lecciones para pensar cómo hacernos cargo de nuestro tiempo. Tenemos que retomar la tradición de personas como Luis, tomando lo bueno y aprendiendo de los errores, pero nunca ser meros testigos de nuevos saqueos.
Yo quiero enfrentar las continuidades de la dictadura en esta democracia y creo que este 24 de marzo tenemos que salir por miles a las calles. Milito contra el nuevo saqueo que quiere imponer el Gobierno con la ayuda del FMI, milito para dar vuelta la historia, milito por otra sociedad. Porque esta, en la que los servicios de inteligencia podridos, las fuerzas represivas, la Justicia de clase, las burocracias sindicales, la Iglesia, los empresarios se mantienen desde la dictadura y siguen decidiendo nuestro destino, no va más.
Por la memoria, por la verdad y por la justicia.
No nos vamos a resignar nunca.
Te invitamos a marchar con la Juventud del PTS este domingo a las 16 desde Colón y Cañada.