En este mes de agosto se celebra el culto a la pachamama, tradición de los pueblos del Coya Suyu, actualmente practicada en las pcias. del NOA y países andinos
Lunes 8 de agosto de 2016
La mayoría de las comunidades realiza su homenaje el 1 de agosto. Entre la gran comunidad boliviana tiene mayormente lugar el 6, día de la independencia de Bolivia, o cualquier otro día del mes. Es época también propicia para comenzar algún proyecto importante: construir los cimientos de una casa o impulsar el trabajo comunitario con amigos, compañeros y vecinos para el bienestar común.
Este ritual trascendió sus fronteras geográficas y culturales. En Córdoba, desde hace más de 20 años el homenaje a la Pacha es una costumbre que viene creciendo. Ya no sólo es una tradición venida del norte adonde quizá podía vislumbrarse cierta nostalgia por "el pago querido", o una manera de reafirmar la identidad en un lugar ajeno. En la actualidad, representa una forma de reapropiarse de un lugar, un espacio público o un pueblo, terminando por contagiar a la población local.
Pacha y lucha
Existen todavía quienes ven esta festividad como una curiosidad antropológica, una moda (ya que se ha extendido territorialmente a gran parte del país), y por supuesto nunca falta el mercader de festivales y de grupos folklóricos que explota la veta comercial de este homenaje a la tierra debido a su masividad. Como contrapartida, celebrar a la Pacha en las comunidades del NOA significa además defender su derecho a la tierra enfrentando a las mineras, a emprendimientos turísticos que afectan al ambiente, etc. En nuestra provincia, se han dado casos en los que se vincula la ceremonia de la Pachamama con distintos procesos de lucha. Ya sea de recuperación y revalorización de la identidad de diferentes comunidades Comechingones o sus descendientes. En otros, por reivindicaciones históricas por territorio o la defensa de lugares con importantes riquezas arqueológicas en riesgo.
Lo que no puede negarse, es que la celebración de la Pachamama y sus enseñanzas de respeto y de cuidado hacia la “madre tierra”, llegaron de la mano de los inmigrantes, tanto de las provincias que conforman el noroeste argentino (la cultura Coya de Jujuy y Salta) en migración interna, como aquellos que llegaron de los países puneños y que se establecieron en los barrios populares de la ciudad, como por ejemplo Alberdi, para echar raíces y transformarse en parte del acervo cultural cordobés.