En plena emergencia cultural, el gobierno local decidió cancelar la décima edición de la Feria Mercado de Arte de Córdoba (MAC) perjudicando a cientxs de trabajadorxs del arte.
Jueves 20 de octubre de 2022 01:40
Los gobiernos de todos los estamentos parecen coordinarse en hacer peligrar propuestas del arte y la cultura que son ya parte fundamental del acervo social. Es que en medio de la emergencia cultural por la pronta caducidad de los fondos nacionales que sostienen proyectos artísticos locales (como el INCAA, INT), el pasado lunes el gobierno local decidió cancelar la décima edición de la Feria Mercado de Arte de Córdoba (MAC).
Así, el enojo que se venía gestando hace meses contra el “apagón cultural” y la precarización laboral existente, se foguea ahora en la bronca local desplegada en múltiples declaraciones de las muchas organizaciones implicadas en el MAC. Se trata de 94 galerías de arte nucleadas en FARO, las facultades de Artes de la Universidad Nacional y Provincial, la Fundación Proarte Córdoba, la red de Gestión Cultural Pública e incluso organismos de otros países que estaban comprometidos también con la feria.
De manera burocrática y sin consultarles, la gestión del secretario de Cultura, Mariano Almada, decidió de un sopetón, y a días de realizarse, ningunear 9 meses de trabajo de sus gestores - no remunerado - y así dejar en vilo “un total aproximado de 700 trabajadores del arte afectados directamente, e involucradas indirectamente un mínimo de 3.000 personas” - como declaró el equipo curatorial del MAC en una reciente carta dirigida a Juan Schiaretti.
Reavivando una vieja grieta
Para justificar los ataques al sector se aducen justificativos fiscales u organizativos, pero en verdad se trata de posiciones políticas sobre el arte y la cultura en la que se evidencian el valor que dan las gestiones de los gobiernos capitalistas al rol de las y los trabajadores de la cultura locales, y por extensión al derecho popular al disfrute del arte que no sirve tanto para propaganda o que puede tener un contenido más allá del entretenimiento. Sobre todo cuando hay ajuste y se trata de recortar gastos, a la vez que de distraer para que no se note tanto la crisis.
A nivel local es evidente una enorme diferencia de vuelco presupuestario respecto de programas como el de murales en la ciudad y los recientes recitales en la feria del libro, con la crisis de la feria MAC o el recorte en teatros y museos - basta ver el estado del Museo Provincial Genaro Pérez o los despidos en el Teatro San Martín. Al respecto Manuel Molina del equipo curatorial nos decía que parece que el gobierno peronista local “quiere recuperar una vieja grieta cultural y artística que es la de arte culto y cultura popular -o arte elevado vs cultura masiva-, cuando esa división es absolutamente retrógrada, es una vieja grieta que ya ha sido superada... Eso es absolutamente problemático porque en hora buena hay eventos en el espacio público que convocan al encuentro, a momentos de distensión, a la idea de la celebración y a la diversidad de la cultura, etc. Estamos totalmente de acuerdo, el problema es el vaciamiento presupuestario de los sectores específicos y también el problema del contenido de la música que se la usa como una herramienta de demagogia política y lo mismo con el muralismo…”
Resulta auspicioso que la claridad de los distintos sectores de la cultura eluda la grieta que quieren abrir desde arriba, tanto en el carácter específico de las disciplinas como en tanto trabajadores. Los reclamos son muchos: por el pago de los meses trabajados para la décima edición del MAC, contra el vaciamiento, los despidos y la precarización general de los trabajos culturales, contra la caída de los fondos de fomento al cine, la música, el teatro, las bibliotecas populares y los medios comunitarios por la Ley 27.432de 2017, entre otras batallas en curso. Que en tiempo de crisis generalizada y de decisiones políticas que se unen desde arriba contra los trabajadores y aspectos sensibles de lo social como el arte y la cultura (no olvidemos los recortes en discapacidad, jardines de infantes, las peleas en salud y educación), la convergencia de estos ataques se refleje también en unidad de las luchas en su contra marca la posibilidad a una salida de fondo.