En esta semana se repitió en Córdoba la modalidad de las razzias policiales, detenciones masivas arbitrarias. Del otro lado, crece la organización y la resistencia.
Miércoles 9 de septiembre de 2015
Esta vez ocurrió en Nueva Córdoba, zona céntrica caracterizada por su vida nocturna y por ser el hogar de miles de estudiantes universitarios. La semana pasada, los medios de comunicación estuvieron denunciando “robos piraña” en la zona, una de las más policializadas de la ciudad. Como respuesta, durante el fin de semana un operativo policial terminó con 29 menores y 3 adultos detenidos, la mayoría de la zona de Villa Libertador. Fueron aprehendidos utilizando el cuestionado Código de Faltas, pero sin que se les informara la figura que se les aplicaba. Según sus familiares, la mayoría había salido a bailar y estaba en la parada del colectivo o esperando un taxi para volver a sus casas al momento de la detención. Los familiares de los jóvenes se concentraron frente a la Jefatura de Policía, reclamando por la arbitrariedad de las detenciones, por diversos abusos policiales y por las malas condiciones del encierro.
Hace unos días, un informe de la Universidad Nacional de Córdoba que analiza puntillosamente las razzias del 1 y 2 de mayo. Confirma que la inmensa mayoría de los detenidos no tenían antecedentes penales, incluso los que los tenían era por figuras controvertidas como la resistencia a la autoridad o el encubrimiento. También que los afectados eran de los barrios populares. En esa oportunidad se detuvieron más de 100 menores y se utilizó el Código de Faltas “en general”, sin informar en algunos casos qué figuras se usaban. En ese momento, como ahora, se denunciaron hacinamiento, apremios ilegales y violación de la defensa en juicio.
Esta semana se anunció la ansiada elevación a juicio del caso Nadal, donde están imputados por gatillo fácil (y con fuertes pruebas) dos policías. La familia de Nicolás Nadal está organizada en la Coordinadora de Familiares de Víctimas de Gatillo Fácil.
Esta Coordinadora fue una de las agrupaciones que organizó la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil hace dos semanas, que se suma a la ya consagrada Marcha de la Gorra, a la que asisten 15 mil personas cada año.
En suma, la política de represión a la juventud por parte del gobierno provincial sigue manifestándose, pero crecen los cuestionamientos y la resistencia.
